GIUSEPPE SANMARTINO. 300 AÑOS
ÁNGELES Y LIENZO DE LA VERÓNICA

11/07/2020


 

 
     
     
 

 

Esta pareja de ángeles portadores de antorchas del altar mayor de la iglesia napolitana de los Girolamini está considerada como una de las mejores y más influyentes creaciones de Sanmartino, modelo para numerosas obras posteriores no solo en Italia, sino también en otros territorios como España, Malta y varios de los actuales países de Latinoamérica, todos ellos caracterizados por el ornato de ceremonias religiosas y templos.

Los ángeles fueron encargados al escultor por la comunidad de religiosos en 1786 y entregados al año siguiente. Son de mármol blanco, con una altura de 196 cm, a los que hay que sumar los 64 cm de sus pedestales en mármol rojo francés, labrados por Antonio Di Lucca hacia 1787.

Los ángeles sobrevivieron al bombardeo de la iglesia durante la Segunda Guerra Mundial, que causó graves daños en parte del techo y el artesonado de la nave. En 1979 fueron trasladados al Museo Capodimonte de Nápoles con motivo de una exposición; sin embargo, tras ser restaurados, se decidió por razones de conservación que permanecieran en el museo, en una sala dedicada a Luca Giordano. No fue hasta 2013 cuando volvieron a su emplazamiento original, colocados a los lados de la balaustrada que rodea el presbiterio.

Estos dos ángeles resumen además el estilo de Giuseppe Sanmartino en la composición de sus figuras angélicas: modelado de gran virtuosismo, estética vinculada a la cultura figurativa del barroco y el rococó, diseño de ropajes sumamente elaborado que infunde al material sensación de ligereza y sugerentes efectos lumínicos, cabellos despeinados por el viento y rostros afables que insinúan una sonrisa tranquilizadora y dialogan con la mirada de los espectadores que, en este caso, se acercan al altar mayor del templo.

 

 
 
Foto: Hotepibre

 

La pareja de los Girolamini tiene su precedente en los ángeles lampadarios del altar mayor de la iglesia napolitana de la Nunziatella. De hecho, con la decoración escultórica del presbiterio de este templo jesuita, que corrió a cargo de Sanmartino, el escultor consagró definitivamente un prototipo de altar con ángeles establecido en 1742, según el estudioso Federico Jappelli, que luego repetiría, con ligeras variantes, en otras ambiciosas obras posteriores como las de los Girolamini o las esculturas de los altares mayores de la Catedral de Foggia y la iglesia napolitana de Santa Teresa de los Descalzos, estas últimas probablemente del taller.

Junto a las dos parejas de ángeles lampadarios, Sanmartino incluyó en la Nunziatella otros seis querubines: dos de cuerpo completo en el frontal (imagen superior) y cuatro cabezas aladas repartidas por el sagrario. Todas ellas se suman a la rica decoración de mármoles policromos, según las formas clásicas del barroco napolitano, que fue realizada en 1732 por Giuseppe Bastelli según un diseño de Carlo Schisano.

Respecto a la fecha de ejecución de las esculturas, los expertos consideran que Giuseppe Sanmartino las realizó entre 1756 y 1760, año en que el artista recibió carta de pago por parte del procurador del Noviciado de la Compañía de Jesús, cuyo importe era de 350 ducados por todo el conjunto.

 

 

La capilla de la Madonna del Pilerio en la Catedral de Cosenza fue erigida en 1598 según un proyecto del cantero Andrea Maggiore di Carrara. El cuadro de la Virgen, colocado en el altar mayor de su capilla, es un óleo sobre tela del siglo XV en estilo bizantino, posteriormente colocado sobre una tabla.

La decoración actual de la capilla es de época barroca y está realizada a base de estucos a excepción de la balaustrada y el altar, que son de mármoles polícromos. Las esculturas de los ángeles del altar de la Madonna del Pilerio, patrona de la ciudad, son obra de Sanmartino y los expertos las fechan en 1771.

Hablamos también de cabezas aladas de querubines, pero sobre todo de dos ángeles de cuerpo completo que, situados encima del icono mariano, sostienen un gran dosel a modo de corona. Los gestos risueños y las actitudes movidas dan paso en este caso a unos semblantes más afectados y unas poses más solemnes.

 

 
 
Ángeles del altar mayor (Martina Franca)
 
 
 
 
Lienzo de la Verónica (Martina Franca)

 

Junto a las dos Alegorías analizadas en la anterior entrega, también se relacionan con Giuseppe Sanmartino varias figuras de ángeles y querubines en la basílica de Martina Franca. Es el caso de los que decoran el altar mayor y el altar del Cristo Atado a la Columna, situado en la cabecera del crucero. Ambos altares de mármoles polícromos, fechados en 1773 y 1775, respectivamente, fueron diseñados por Gennaro Sanmartino, hermano de Giuseppe, y realizados por el tallista especializado en el mármol Giuseppe Varriale.

Sobre la parte alta del baldaquino se sitúan dos sugerentes ángeles reclinados que llevan atributos relacionados con la condición de obispo del santo titular Martín de Tours: la mitra y el cayado. El resto son cabezas aladas de querubines, al igual que en el altar del Cristo a la Columna -talla de Giacomo Genovivi (1622)-, que en su parte baja muestra sin embargo su parte escultórica más interesante: el lienzo de la Verónica con el rostro impreso de Cristo, también en mármol, cuya gran habilidad en el relieve remite a Giuseppe Sanmartino.

 

 

Un último ejemplo es la pareja de ángeles para el monumento funerario de Felipe de Borbón, el hijo mayor del rey Carlos, diseñado por el arquitecto Ferdinando Fuga para la basílica napolitana de Santa Clara. El monumento fue realizado en 1777, y dio una gran oportunidad a Sanmartino, convertido en el gran protagonista de la escena escultórica napolitana, para distinguirse también en la corte borbónica.

Junto con los del cenotafio Ippolito de la iglesia napolitana de los Santos Apóstoles, son estos quizás los ángeles más dolientes de Giuseppe Sanmartino, especialmente el de la derecha, cuya mano lleva al rostro para enjugarse el llanto mientras con la otra señala el gran lienzo marmóreo. El ángel de la izquierda señala directamente al sepulcro del infante. A diferencia de los ya analizados ángeles del cenotafio Sersale, de expresión ensoñadora que roza lo jovial, aquí prima una vertiente triste cercana a lo pasionario.

 

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