GABRIEL CUADRADO DÍAZ

Juan Antonio Patrón Sandoval


 

 

 

La imagen de la Virgen de la Paz, cotitular de la Real Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno del municipio gaditano de Tarifa, por haberse adquirido en los talleres Santarrufina de Madrid ha sido a veces denostada argumentándose su escaso valor artístico y que es una talla cuya producción era casi en serie. Sin embargo, pese a que quizás no sea una imagen de excesiva calidad, no ha de pasarnos inadvertido que el autor de la talla fue un escultor, hoy tristemente desaparecido, cuya producción artística sí merece al menos ser tenida en cuenta y conocida por todos.

Ya el año pasado dimos a conocer en la breve reseña del Boletín Informativo del Consejo Local de Hermandades y Cofradías de Tarifa la autoría de la imagen de la Virgen de la Paz, cotitular de la Real Archicofradía del Nazareno tarifeño. Anunciamos por aquel entonces que aunque la imagen fue adquirida en los talleres Santarrufina en 1977, su autor no era sino el desaparecido escultor sevillano Gabriel Cuadrado Díaz.

Fechas más tarde, con motivo de la restauración de la Dolorosa por el restaurador-conservador Pedro Enrique Manzano Beltrán en Sevilla, se confirmó lo que anunciamos en su día al descubrirse la autoría de la talla en el antiguo candelero de la Virgen, donde su imaginero dejó escrito con bolígrafo azul: "Me hizo Gabriel Cuadrado Díaz de Villanueva del Ariscal Sevilla en Madrid a 18-3-76". Curiosamente, pese a tratarse de una imagen reciente, adquirida el 11 de mayo de 1977, esta autoría era desconocida por los cofrades tarifeños por encontrarse el texto en la cara interior del chapado de madera que formaba el candelero.

No entendemos por qué no se ha reintegrado por el restaurador el trozo de chapa con la autoría en el nuevo candelero de listones que se le ha hecho a la Virgen. Así considero que debía haberse hecho, pues si bien se ha sustituido el candelero por uno nuevo, la firma que dejó el autor debería ir siempre unida a su imagen como obra suya que también es y no arriesgarnos a que con el tiempo, pese a que ahora se conserva por la cofradía como una reliquia, para otros en un futuro no sea más que un tabla escrita que nadie sabe a qué corresponde.

Pero ¿quién fue ese imaginero de nombre Gabriel Cuadrado Díaz del que bien poco se conoce? Nacido en Villanueva del Ariscal (Sevilla) en el mes de abril del año 1936, muy pronto dejó entrever su talento para la talla, razón por la que en 1952, con sólo 16 años, entró a formar parte como alumno del taller que tenía en Sevilla, en el conocido corralón de la calle Castellar, el maestro escultor Manuel Escamilla Cabezas (1914-2005), con quien también se formaría Manuel Carmona Martínez (1938), escultor que recientemente ha realizado las pechinas e imágenes del retablo de Nuestra Señora del Rocío (Almonte-Huelva). 

Ocho años más tarde, en el año 1960, Gabriel Cuadrado se marchó a Madrid a la aventura y allí pronto entró en contacto con el insigne escultor sanroqueño Luis Ortega Brú, quien desde el año 1955 residía en la capital y quien tras abrir su primer estudio-taller en la madrileña calle de Gustavo Fernández Balbuena admitió a Gabriel Cuadrado como alumno en las labores de escultura. Por aquel entonces, entre la decena de empleados entró también a formar parte del taller de Luis Ortega Bru, su hermano Bernardo Cuadrado, quien durante cuatro años se aplicó en las tareas de policromado de las imágenes del maestro.

Por fin, en el año 1968 Gabriel Cuadrado se establece por su cuenta y monta su propio taller en el madrileño barrio del Pilar. Casi toda su producción la realiza y es adquirida por la Compañía Española de Artículos Religiosos "Santarrufina", establecida en la capital, si bien no fue hasta el año 1975 cuando entró a trabajar con dedicación exclusiva como escultor en esos mismos talleres madrileños. Desde entonces sería Gabriel Cuadrado quien tallara todas las imágenes de candelero puestas a la venta en Santarrufina y era él quien moldeaba directamente todos los modelos especiales policromados.

 

 

 

Sin embargo, el seguimiento de su producción artística en esta época se dificulta por haberse hecho tras la marca comercial de Santarrufina, enviada en su mayor parte a Sudamérica y, cuando no, realizada esporádicamente en los cortos periodos de tiempo que pasaba en su pueblo natal donde aprovechaba para realizar algún encargo particular. Aún así, como veremos, hemos logrado localizar algunas de sus obras.

Conocemos de por aquel entonces la existencia de un traslado o réplica de la Virgen de Loreto de la ermita de su pueblo natal, patrona del Ejército de Aviación pero también del Aljarafe sevillano. De aquellos años podrían ser también las imágenes secundarias del misterio del Santísimo Cristo de la Humildad en su Flagelación de Sanlúcar la Mayor (Sevilla). Así, aunque el Cristo es del escultor Aurelio López Azaustre (1965), las imágenes del misterio son de Gabriel Cuadrado menos un esclavo negro del también escultor de Villanueva del Ariscal Francisco Limón Parra; por cierto, gran conocedor de la obra de Cuadrado Díaz. Para Sanlúcar la Mayor (Sevilla), aunque para la cofradía del Santo Entierro de Cristo, Gabriel Cuadrado también recompuso el cuerpo del Cristo Yacente en la urna, cuya cabeza es anónima del siglo XVII. 

En mayo del año 1975 la junta de gobierno de la Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Tarifa, presidida ya por Bartolomé Oliva Cantero, acordó sustituir la mascarilla a la imagen de la Virgen de la Paz por otra acorde a la cara del Cristo y poder representar así uno de los misterios dolorosos de Nuestra Señora. El cambio se encomendó a los talleres Santarrufina, por lo que hemos de suponer que fue también Gabriel Cuadrado quien talló la nueva mascarilla que se adaptó a la primitiva imagen de candelero adquirida por los jóvenes de la Borriquita en 1955. Con todo, la nueva Virgen de la Paz volvió a Tarifa tan sólo dos días antes del Domingo de Ramos de 1976, quedando contrariados los hermanos de la archicofradía por el cambio practicado en el rostro de la imagen pues en nada se parecía a la dolorosa que anhelaban. Así fue cuando en mayo de 1977, aprovechando un nuevo viaje a Madrid del mayordomo Sebastián Rondón Guerrero, éste adquirió en Santarrufina la imagen que hoy conocemos y que se venera en la iglesia de San Francisco de Asís.

Como vimos anteriormente, la talla había sido realizada por Gabriel Cuadrado para los talleres madrileños un año antes, en 1976. No tenemos constancia, pero también podrían ser obra de nuestro escultor el modelado original de los angelitos de 45 cm, tallados en madera policromada y que fueron adquiridos igualmente por Sebastián Rondón en Santarrufina en los años 1975 y 1977. Dichos angelitos son los que hoy porta en sus cuatro esquinas el paso de Nuestro Padre Jesús Nazareno.

Tres años después, en 1980, Gabriel Cuadrado recibía el encargo que la cofradía de la Virgen de la Cabeza de Alcaudete (Jaén) hizo al mismo taller madrileño de una réplica de la talla que se venera en el Santuario de la Virgen de la Fuensanta. La pequeña imagen de la Virgen llegaría a Alcaudete en marzo de 1981. Ese mismo año realizó para la cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo y Nuestra Señora de la Paz de Sanlúcar la Mayor la imagen de la Dolorosa bajo palio, advocada como la de Tarifa y muy parecida a la nuestra, imagen de la que se dice posee rasgos populares y que no la desmerecen en su dignidad a pesar de no ser de alto valor. Para la misma cofradía había realizado ya la primitiva imagen de Jesús Cautivo, si bien ésta ha sido sustituida posteriormente en 1989 por una obra de Limón Parra.

Por último, como anécdota de este periplo madrileño cabe decir que también tuvo la oportunidad de realizar alguna obra profana, como fue la figura del Hombre Lobo para el Museo de Cera de Madrid.

Lo cierto es que Gabriel Cuadrado Díaz era un imaginero de calidad, pero su obra pasaba inadvertida y bien poco ha trascendido con el paso de los años. Quizás, como ocurre en Tarifa, ello no sea debido sino al haber trabajado tras el nombre de talleres Santarrufina, algo que sin duda le obligó a encontrar un equilibrio entre la calidad de su obra realizada para el taller y un precio asequible al público. Quizás por ello hay quienes piensan que, sin ser un escultor e imaginero de gran calidad artística, sí que cumplía con su tarea al tener un estilo ciertamente personal y de trazos verticales. 

Todavía en Madrid, nuestro escultor presentó un boceto al concurso promovido por la Hermandad de Montserrat de Sevilla para la adquisición de dos nuevos ladrones crucificados para su paso de misterio. Resultó elegida la propuesta de Gabriel Cuadrado, quien entre 1980 y 1981 talló para la Hermandad de Montserrat los dos ladrones San Dimas y Gestas de talla que procesionaron por primera vez ese último año y dejaron de hacerlo en 1997 al ser restauradas las imágenes primitivas, de telas encoladas y debidas al imaginero Pedro Nieto en 1628. Actualmente los ladrones que realizara Gabriel se guardan en el coro de la Capilla de Montserrat.

Sobre ellos, el historiador cordobés José María de Mena en la publicación Semana Santa: la Imaginería y los Imagineros, editada en el año 1990, nos decía que "Son dos magníficas imágenes, en cuyos rostros, de un gran realismo, aparecen sintetizados el arrepentimiento y la misericordia del buen ladrón, que se apiada del sufrimiento de Cristo y le pide su salvación, y la ira y resentimiento del mal ladrón que lleva su odio hasta la muerte, imágenes de un realismo patético, y que se encuentran entre las más perfectas de su género".

Hasta tal punto es así que, cuando se sustituyeron las imágenes, se levantó cierta polémica entre los hermanos de la Cofradía de Montserrat que se opusieron al cambio. No en vano, para algunos eran de tal calidad los de Cuadrado Díaz que a cada lado del Santísimo Cristo de la Conversión del Buen Ladrón que tallara el maestro cordobés Juan de Mesa y Velasco, no parecían dos ladrones sino otros dos cristos crucificados.

 

 

Un año después, en 1982, aún en su taller de Madrid, realizaba una pequeña Inmaculada Concepción para una hermandad sevillana. Para entonces ya era un escultor conocido y de cierto prestigio por haber pertenecido a la escuela de Ortega Brú, incrementado si cabe tras su reciente trabajo para la Hermandad de Montserrat. Ello le aseguraba cierta carga de trabajo y le permitía establecerse por su cuenta, razón por la que decidió entonces regresar a su pueblo natal y establecerse en Villanueva del Ariscal, en pleno corazón del Aljarafe sevillano. Adquiere un solar y en él construye su taller, con vistas al Santuario de Loreto.

Comienza entonces su producción más conocida y así, entre las obras de Gabriel Cuadrado realizadas en esta época, liberado ya de las limitaciones artísticas impuestas por Santarrufina, hemos encontrado una Virgen Dolorosa advocada de la Esperanza para Guillena (Sevilla) y las imágenes del misterio completo de la Hermandad de la Borriquita de Alcalá de Guadaíra (Sevilla).

En dicho misterio, a excepción del niño hebreo realizado por Jesús Curquejo en 1993, son obras suyas de 1982 el Santísimo Cristo de la Bondad (contratado en agosto de 1982 y bendecido en 1983, año en que efectuó su primera salida), al igual que el apostolado (Pedro, Santiago y Juan), un fariseo, una mujer hebrea, la burra que monta Jesús y la pequeña borriquita. En el misterio alcalaíno de la Sagrada Entrada en Jerusalén Gabriel Cuadrado representó un pasaje inédito en la Semana Santa andaluza: Jesús entra triunfante en Jerusalén y a su paso sale un fariseo que le recrimina el alboroto que forman sus discípulos. Jesús se vuelve y le responde "Créeme, en verdad os digo que si éstos callaran, clamarían las piedras". De esta manera, el rostro de Jesús triunfante y el gesto de bendecir de otras localidades se convierte en Alcalá de Guadaíra en un Jesús de rostro angustiado, en diálogo con el fariseo al que vuelve el rostro. Espectacular era este diálogo visto desde la trasera del paso ya que el imaginero realizó un gran trabajo en la imagen del fariseo, tremendamente expresiva, mirando a la cara al Señor. No sin polémica, con el estreno en 2005 de un nuevo paso de mayores proporciones, una comisión de expertos integrada, entre otros, por el escultor Juan Manuel Miñarro y el bordador Francisco Carrera Iglesias, varió la composición original de Gabriel Cuadrado para dar mayor protagonismo al Cristo.

En diciembre del año 1982 le llegaba el encargo de los cofrades de la recién creada hermandad del Santo Cristo de la Misericordia de Huelva para que les tallara la imagen de su titular. Bendecido en el mes de noviembre del año siguiente, la portentosa talla del crucificado de la Misericordia fue realizada en el año 1983 por Gabriel Cuadrado en pino de flandes siguiendo el canon marcado por Juan de Mesa en el Cristo de la Buena Muerte, titular de la Hermandad de Los Estudiantes de Sevilla.

De esta fecunda época es también el busto a tamaño natural de Sor Ángela de la Cruz que Gabriel Cuadrado talló para el cofrade de la Hermandad de la Amargura de Sevilla José Luis González García Ramos. Donado por la viuda de éste a su hermandad en 1990, se venera actualmente en la iglesia de San Juan de la Palma de Sevilla, sede canónica de la cofradía que lo transformó en una imagen de vestir de su cotitular Santa Ángela tras encargar al escultor Francisco Berlanga el candelero de madera, las manos, cruz, libro y el ensamblaje en dicho candelero del busto que tallara Cuadrado Díaz.

Por último, damos cuenta de la imagen de San Ginés que procesiona en las fiestas de la vendimia del municipio sevillano de Villanueva del Ariscal, actualmente en poder de su hermano Bernardo Cuadrado, quien la cede cada año para la procesión por expreso deseo de Gabriel por haberla tallado para tal fin.

Así, en plena actividad artística, nuestro artista falleció prematuramente antes de cumplir los 49 años, en enero de 1985. Sirvan estas líneas para recuperar su memoria y para agradecer nuevamente a su hermano Bernardo los datos biográficos que tan amablemente nos facilitó y sin los cuales bien poco podríamos haber escrito.

 

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