ISAAC DÍAZ PARDO


 

 

Hijo del pintor y escenógrafo Camilo Díaz Baliño, trágicamente muerto en la Guerra Civil, Isaac Díaz Pardo (Santiago de Compostela, 1920 - La Coruña, 2012) es la personalidad artística más cuajada y creativa de la Galicia contemporánea. Según Alberto Núñez Feijóo, la Galicia actual tiene una deuda impagable con la visión innovadora de nuestra cultura, con el talento creativo y con el emprendimiento tenaz de Díaz Pardo.

Su obra como pintor es buscada intensamente por museos y coleccionistas, ya que las actividades empresariales que reseñaremos a continuación absorbieron buena parte de su tiempo de creación artística. De hecho, está representado en todos los Museos de Galicia y en importantes colecciones de España y América.

Pintor, diseñador, ceramista, escritor, empresario y editor. Una obra poliédrica que alcanza muchas miradas, pero un solo compromiso ético y estético: Galicia. Desde niño se habitúa a la compañía de personalidades artísticas como Castelao, Risco, Otero Pedrayo, Cabanillas, Villar Ponte, Blanco Amor, Asorey...

Tras el fusilamiento de su padre al poco del golpe fascista de 1936, se esconde en casa de un tío suyo, en La Coruña, que constituye el otero desde el que contempla el triunfalismo militarista del bando contendiente que había de alzarse con la victoria tres años más tarde. El joven Isaac trabaja como peón en un taller, y en 1938 realiza los primeros ensayos personales de pintor.

Concluida la contienda, se traslada a Madrid para realizar estudios en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, obteniendo una beca de la Diputación de La Coruña. La intención de Díaz Pardo es ser arquitecto. Participa entonces en la primera experiencia de diseño industrial bajo la dirección del dibujante "oficial" del franquismo, Carlos Sáenz de Tejada.

 

 
 
Concierto de Zanfoña (1946)

 

En 1942, con una beca de la Fundación Conde de Cartagena, Díaz Pardo viaja por Italia, lo que constituye una experiencia definitiva en su concepción plástica, puesto que descubrirá la pintura del Renacimiento. Un año más tarde es nombrado profesor auxiliar en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona.

En los 40 expone en La Coruña, Madrid y Vigo. Otero Pedrayo presenta una muestra suya en Madrid, donde ya están algunos de sus cuadros "nazarenistas", que han de peculiarizar su entendimiento de la estética durante algunos años. Le siguen más exposiciones en Londres, La Coruña, Barcelona, Madrid... y en 1948 es presentado por el crítico más importante de estos años, José Francés, árbitro de las Nacionalidades de Bellas Artes.

Díaz Pardo, en cuya mente bullen mil proyectos, inicia el de cerámica, en O Castro (Sada, La Coruña), donde en el futuro se levantará el gran complejo industrial y museístico auspiciado por él y por otra figura excepcional: Luis Seoane. En 1955 viaja a Argentina, donde en la localidad de Magdalena, a 100 km de la capital Buenos Aires, crea una fábrica de cerámica.

Regresa a Galicia, aunque sus viajes a Latinoamérica son frecuentes. Allí intensifica el contacto con exiliados como Seoane, Diestre, Cuadrado, Varela... y toma conciencia de su verdadera razón de existir, desde el arranque tan negativo del fusilamiento de su padre. Nuestro artista trabajaría para conseguir el retorno de esas personas a Galicia como antídoto de la desmemoria y la recuperación de sus conocimientos y prestigio.

Escribe poemas, artículos, dramaturgia, que publica a veces con pseudónimo. Algunos de sus trabajos de pensamiento son prohibidos por la censura. Uno de ellos lleva por título "Discusión sobre organización de industrias manufactureras", aparecido en La Coruña y encaminado, como el propio Díaz Pardo comenta, a formar "una conciencia industrial en Galicia atenta a la realidad industrial internacional".

 

 
 
El hombre de la taza (1950)

 

Una fecha definitiva en su vida, y en la de Galicia, es 1963, cuando con Luis Seoane funda el Laboratorio de Formas de Galicia y aparecen los primeros volúmenes de "Ediciós do Castro", que llevan la personalidad de ambos intelectuales y artistas. Una idea innovadora que acercó muchos de los símbolos gallegos a cualquier persona, convirtiéndolos de alguna manera en iconos pop.

Aparecen nuevos trabajos suyos, colecciones de dibujos, donde un estilo más rígido y un tanto panfletario se reafirma, así como el estudio sobre "El ceramista Arranz y su escuela" (1965). En 1966 aparece en la editorial Ruedo Ibérico de París, el libro "Galicia hoy", coordinado por Díaz Pardo y Seoane, aunque ambos utilicen pseudónimos. La obra es perseguida en España, para evitar su difusión.

Díaz Pardo se instala definitivamente en Galicia en 1968 para entregarse por completo a las experiencias cerámicas de Sada. Otro empeño notable es el Museo Carlos Maside, en el mismo complejo de O Castro, inaugurado en 1970. Crea también el Seminario de Sargadelos y revitaliza el auténtico Seminario de Estudios Galegos, que a partir de 1972 desarrolla una intensa actividad, reflejada en publicaciones notables. Un talante por completo liberal y democrático preside sus actividades. Allí se dan cita intelectuales y profesionales de muy diversa dedicación, desde plásticos a arquitectos, escritores y críticos.

La actividad de Sargadelos es muy intensa. Una nueva concepción del diseño, donde se concitan tradición y modernidad, comienza a expandirse. "Ediciós do Castro" posee ya un catálogo importante, en el que aparecen obras que quieren ahondar en la historia, la verdad y la idiosincrasia de Galicia. Díaz Pardo es galardonado con el Pedrón de Ouro, e inicia las tareas para la creación de un Instituto Galego da Información. En 1981 se crea, también en O Castro, el Laboratorio de Industria e Comunicación.

Díaz Pardo continúa su febril actividad, con publicaciones, auspicio de nuevas empresas, apoyo a iniciativas culturales de todo carácter, siempre con Galicia como bandera y fondo. El mismo decía en su última etapa que ya no era pintor. Más bien era ya una figura imprescindible, de reconocimiento generalizado. Sus empresas fueron creadas para cumplir una función social: como asociación de recursos para satisfacer necesidades, frente a empresas concebidas como asociaciones de intereses para especular con los recursos y las necesidades.

 

 
 
El discurso (1946)

 

La trayectoria de Díaz Pardo es distinguida por la Xunta de Galicia y por el Estado español: se le concede la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes de España, la Medalla de Galicia y la Medalla de Oro de Santiago de Compostela, su ciudad natal, que le nombra hijo predilecto. En La Coruña la Agrupación "Amigos dos Museos" le otorga la llamada "A Pedra do Destino".

Al final de su vida, además, llegó a un acuerdo con la Xunta para que la Cidade da Cultura custodie su valioso legado bibliográfico, documental, epistolar y gráfico, compuesto por más de 16.000 volúmenes de la biblioteca del artista, documentación en el exilio, miles de cartas con Luis Seoane o Rafael Dieste, entre otros.

Díaz Pardo tuvo una etapa barroquista, en sus comienzos, con retratos de materia abigarrada, identificables con modos del pintor Laxeiro también abandonados. El viaje a Italia nos devuelve a un colorista exquisito, digno de los mejores momentos de la pintura del XVI y XVII. Hay desnudos suyos que lo emparentan con Tiziano y Giorgione, pero también con nuestro Francisco de Goya, a quien sin duda admira.

Otro período de Isaac Díaz Pardo es el que ha sido denominado "nazarenista", con influencia de la pintura postromántica, al estilo de Rossetti y Moreau. Dibujo firme, entonaciones oscuras, aparente envejecimiento de las texturas, con "craquelado", y un cierto misticismo de raíz muy literaria.

La etapa final de Díaz Pardo es la de un dibujante firme, rotundo, esquemático, de corte expresionista, denunciador y hasta deliberadamente panfletario, con rostros alucinados, figuras gesticulantes, que ahogan su grito imposible de denuncia y reivindicación. En conjunto, una obra personalísima y excepcional.

 

 
 
Cruz con Santiago peregrino (1946)

 

Exposición Las miradas de Isaac hasta el 4 abril de 2021 en el Museo Centro Gaiás de la Cidade da Cultura. (Monte Gaiás s/n, Santiago de Compostela). Se trata de la primera gran exposición sobre Isaac Díaz Pardo después de su fallecimiento (5 de enero de 2012) y se lleva a cabo haciéndola coincidir con el centenario de su nacimiento (22 de agosto de 1920) con el objeto de situar como se merece al personaje más homenajeado, admirado y querido de la historia reciente de Galicia. Y para eso, pocas personas mejores que Xosé y Camilo Díaz Arias de Castro, sus hijos, para guiarnos en el relato como comisarios de la muestra, que cuenta con 263 obras de arte, fotografías, publicaciones, murales, audiovisuales y objetos personales para reconstruir la vida de entrega a Galicia desde la pintura, la cerámica, el diseño, la escritura y la iniciativa empresarial de este personaje irrepetible. Horarios: todos los días, de 10:00 a 20:00 horas.

 

 
 
La barca de Caronte (1947)

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com