GUIDO DI PIERO (FRA ANGELICO)


 

 
 
La Anunciación y la expulsión de Adán y Eva del jardín del Edén (Prado)

 

Se desconoce la fecha de nacimiento de Fra Angelico, cuyo nombre antes de ingresar en la orden dominica era Guido di Pietro da Mugello, aunque se cree que nació cerca de Vicchio (Toscana) hacia 1395-1400. También es incierta la fecha en que se trasladó a Florencia con su hermano Benedetto, ingresando ambos en el taller de manuscritos de la parroquia de San Miguel Visdomini. Benedetto se formó como copista, y Guido como iluminador, lo que explica su ulterior maestría en obras de pequeño formato. En 1417 figuraba como pintor y ciudadano florentino en la Confraternidad de San Nicolás de Bari, y en 1418 cobraba por un retablo desaparecido para San Esteban del Puente en Florencia. En 1423 había profesado ya como dominico en el convento observante de Santo Domingo en Fiesole y tomado el nombre de Fra Giovanni da Fiesole.

En torno a 1408-1410 entró como aprendiz en el taller de Lorenzo Monaco, donde aprendió enseguida a imitar el elegante estilo gótico de su maestro, quien a su vez lo había aprendido de Agnolo Gaddi. Al mismo tiempo que se convertía en el más valioso colaborador de Monaco, la pintura florentina -incluida la de Gherardo Starnina, que había trabajado en España más o menos una docena de años- estaba cambiando por la influencia del proyecto en el que por entonces estaba trabajando Ghiberti, los relieves en bronce para las puertas del baptisterio. Que estaba finalmente emprendiendo un camino personal lo demuestra un documento de 1417 en que se recoge su afiliación a una hermandad religiosa en la que figuraba como pintor de profesión.

Según parece, sus primeros trabajos como pintor pudo realizarlos entre 1415 y 1420, adquiriendo cierto renombre en los círculos artísticos a mediados de la década siguiente. Hay también indicaciones de que se estableció con taller propio antes de profesar, hacia 1420, en el convento de San Domenico de Fiesole, donde tomó el nombre de Fra Giovanni da Fiesole. Fra Angelico es el apodo que se le puso catorce años después de su muerte por haber destacado como pintor religioso y en referencia a su profunda espiritualidad, ampliamente destacada por su primer biógrafo, Antonio Manetti, hacia 1494-1497.

 

 
 
La Coronación de la Virgen y la Adoración del Niño con seis ángeles (San Marco, Florencia)

 

Fra Angelico ingresó en el reformista convento dominico de Fiesole influido por la nueva energía de la vida religiosa en Italia durante el pontificado de Martín V, quien unificó la Iglesia tras décadas de papas rivales. Su condición de fraile no le impidió colaborar con otros artistas y mantener un gran taller que proveía de pinturas tanto a iglesias como a importantes mecenas de la ciudad y fuera de ella.

Es posible que las cinco tablas de la parte inferior del retablo mayor de su iglesia -el altar con la Virgen y el Niño entronizados junto a los santos Tomás de Aquino, Bernabé, Domingo y Pedro Mártir- las pintara una vez terminado el noviciado, en el que tuvo que memorizar los Salmos y otros textos litúrgicos. Pero el nuevo fraile no perdió el contacto con el mundo artístico florentino. Se enteró de que a finales de la década de 1420 había llegado a la ciudad el pintor más famoso de Italia, Gentile da Fabriano, cuyas suaves carnaciones, delicado empleo ornamental del oro e interés por la forma en que la luz cae sobre las figuras y los objetos tuvieron una profunda influencia sobre nuestro artista. Este se benefició también de sus conversaciones con Lorenzo Ghiberti, quien afirma en su autobiografía que facilitaba a los pintores modelos en cera y arcilla.

Entre 1420 y 1432 compaginó la iluminación con obras de altar para Santo Domingo y otras fundaciones de la orden, aplicando a éstas el preciosismo y delicadeza de la miniatura, como se aprecia en "La Anunciación" (Prado) o "La Coronación de la Virgen" (Louvre). Realizadas en un momento crucial para el arte florentino, estas obras delatan la confluencia en Angelico de muy variadas influencias, desde el gótico internacional de su maestro Lorenzo Monaco al arte "revolucionario" de Masaccio, sin olvidar el elegante y refinado artificio de Gentile da Fabriano. El año 1432 marcó un punto de inflexión en su carrera, al pintar para el Arte de'Linaiuoli un tríptico cuya tabla central, de grandes dimensiones, muestra a la "Virgen con el Niño" entronizados (Museo di San Marco, Florencia). Acabado en 1436, el tríptico señala la madurez artística de Angelico y su rotunda decantación por las propuestas más avanzadas, curiosamente representadas por artistas de la generación anterior; de hecho, su concepción espacial y la monumentalidad de las figuras lo aproximan más a Masaccio (fallecido en 1428) y a escultores como Ghiberti (1378-1455) que a sus colegas coetáneos.

El tríptico Linaiuoli suscitó el interés de dos poderosos patronos rivales: Palla Strozzi, para quien pintó una "Deposición" (Museo di San Marco, Florencia), y Cosme de Médicis, que le encargó la decoración del convento de San Marcos en Florencia, un proyecto colosal que realizó entre 1440 y 1445 y que comprendía tanto los altares como la pintura al fresco de las principales estancias del edificio, incluyendo cuarenta y tres celdas. Esta enorme tarea solo pudo llevarse a cabo gracias a la existencia, perceptible ya desde inicios de la década de 1430, de un amplio y bien organizado taller entre cuyos miembros figuraría Benozzo Gozzoli, su discípulo más destacado.

 

 
 
Virgen de la Granada (Prado)

 

En las primeras décadas del siglo XV Florencia era un hervidero de nuevo arte público. Ghiberti, como hemos apuntado anteriormente, estaba trabajando en las puertas del baptisterio, y Brunelleschi en la cúpula de la catedral, así como en los proyectos del hospital de los Innocenti y la iglesia de San Lorenzo. Por otro lado, la escultura monumental conquistaba espacios en la catedral, el campanile y Orsanmichele.

Fra Angelico estaba muy al tanto de lo que sucedía a su alrededor, y sus primeros cuadros independientes de la "Virgen con el Niño" indican que había estudiado aquellas obras. Por otra parte, sus "Historias de los padres del desierto" son una reinterpretación de otra pintura anterior, que probablemente estaba en Santa Maria Novella, donde residió durante más de un año el nuevo pontífice, Martín V, lo que hizo de la ciudad de Florencia un verdadero centro internacional de las artes y de los estudios humanistas.

La riqueza de la ciudad de Florencia dependía fundamentalmente de su banca y de su industria textil. Los pintores respondieron rápidamente a los nuevos terciopelos florentinos, con hilos de oro y plata, los cuales se exportaban a toda Europa. Sobre todo Fra Angelico y Masolino tendieron a recogerlos en sus obras. Análogamente, en la década de 1420, la escultura admitió el color, y la viva interacción entre la Virgen y el Niño cobró más protagonismo al policromarse los relieves labrados en terracota.

El retablo de la "Anunciación" conservado en el Museo del Prado, uno de los tres que pintó Fra Angelico para su convento de San Domenico de Fiesole, se instaló en el cancel (elemento arquitectónico en el lado del Evangelio del altar) que dividía la zona de los frailes de la de los fieles. Del mismo modo que Campin recurrió a los edificios góticos de su época, Fra Angelico se basó para la casa de la Virgen en la arquitectura florentina contemporánea, con precisas representaciones de las plantas en el jardín que recuerdan a los tratados de botánica tardomedievales. El retablo de Fra Angelico estaba en el centro de ceremonias litúrgicas diarias como la que se ve en el cuadro de Berruguete sobre la aparición de la Virgen a una comunidad de dominicos.

 

 
 
Historias de los padres del desierto (Uffizi)

 

La Florencia del Renacimiento tenía mucho de teatral. Los pintores respondían al espectáculo diario de sus procesiones, rituales y representaciones religiosas concibiendo sus composiciones como si estuvieran dirigiendo a actores en la escena. A veces se utilizaban pinturas como telones de fondo de determinadas ceremonias. El relicario de la "Coronación de la Virgen" que pintó Fra Angelico se llevaba hasta el altar mayor de Santa Maria Novella en las grandes festividades. El gran grupo de la "Crucifixión" en siluetas lo realizó para una organización juvenil en la que se recitaban las plegarias ante él. En los últimos años de la década de 1430 Fra Angelico pintó al fresco escenas similares en las celdas del reformista convento dominico de San Marco.

Además de la excelencia de Fra Angelico como narrador de historias, su reputación se basó en su capacidad para crear imágenes dotadas de un profundo sentimiento religioso. Y eso es lo que trataron de imitar otros artistas como el italiano Antoniazzo Romano y el castellano Pedro Berruguete a finales del siglo XV. El tapiz que procede de la catedral de Zaragoza se realizó en la manufactura que creó en El Vaticano el papa Nicolás V, mecenas de Fra Angelico. Los tejedores venidos de la Europa septentrional emplearon todos sus conocimientos técnicos para traducir al medio textil sus ideas. El paño fue adquirido por un clérigo español en Roma.

Con la elección como papa en 1446, con el nombre de Eugenio IV, de Antonio Pierozzi, antiguo prior de San Marcos, Fra Angelico se trasladó a Roma, donde estuvo pintando durante cuatro años en el Vaticano. Solo se conserva uno de sus trabajos romanos: el ciclo de frescos con las vidas de San Esteban y San Lorenzo en la capilla privada de Nicolás V (1448-1449), que evidencia su profunda asimilación de la obra de Masaccio en la capilla Brancacci (Santa María del Carmen, Florencia).

Tras una breve estancia en Orvieto, regresó en 1450 a Florencia para asumir el priorato de Santo Domingo en Fiesole, trabajando de nuevo para Cosme y Pedro de Médicis. Su último encargo fue la desaparecida decoración al fresco del claustro de Santa María sobre Minerva, principal fundación dominica en Roma, donde siguió un programa iconográfico concebido por fray Juan de Torquemada, a quien Fra Angelico, que murió en Roma el 18 de febrero de 1455, conocía desde la estancia del prelado español en Florencia en la década de 1430.

 

 
 
Crucifixión (MET)

 

Fra Angelico y los inicios del Renacimiento en Florencia, que cuenta con el patrocinio de la Fundación Amigos del Museo del Prado, investiga el valor artístico del primer Renacimiento florentino, en torno a 1420 y 1430, con especial atención a la figura de Fra Angelico, uno de los grandes maestros de este período. Esta exposición, en la que participan más de 40 prestadores de Europa y América, gravita alrededor de "La Anunciación" del Museo del Prado, que se exhibe ahora en toda su plenitud tras su reciente restauración. Junto a ella se pueden contemplar la "Virgen de la Granada", incorporada a la colección del Prado en 2016, y otras 40 obras de Fra Angelico, así como de otros pintores contemporáneos como Masaccio, Masolino o Filippo Lippi, y de escultores como Donatello o Ghiberti, hasta un total de 82 obras. Comisariada por Carl Brandon Strehlke, Conservador Emérito del Philadelphia Museum of Art, reconocido experto en Fra Angelico y otros maestros del Renacimiento florentino, esta exposición se podrá visitar en las salas C y D del edificio Jerónimos desde el 28 de mayo hasta el próximo 15 de septiembre. Con motivo de la restauración y la investigación realizada en torno a la obra maestra del dominico, el Museo del Prado ha producido el documental "La Anunciación de Fra Angelico. El arte de la contemplación". Habiéndose filmado en diferentes escenarios de Florencia como los conventos de San Marco y San Domenico (Fiesole), además de en las instalaciones del Prado, la pieza apuesta por una experiencia visual que acerque a los visitantes del Museo tanto al proceso creativo del artista como al modo en el que ha sido revelado por los profesionales del Taller de Restauración y del Gabinete Técnico. El corto, de 23 minutos de duración en versión bilingüe español/inglés subtitulada, se proyectará en la sala D en las mismas fechas de la exposición. Dirección y horarios: Paseo del Prado, s/n. Diario, de 10:00 a 20:00 horas.

 

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