RUBÉN FERNÁNDEZ PARRA

Su condición de escultor le viene de cuna, al ser hijo del imaginero Francisco Fernández Enríquez y hermano del también imaginero Darío Fernández. Junto a su padre ha aprendido todas las técnicas del oficio, colaborando en la ejecución de obras del taller familiar como el Grupo de La Exaltación de Cristo, para Valladolid, o la Inmaculada Concepción con destino a la cofradía sevillana de Los Gitanos.

Rubén Fernández Parra se halla también especializado en restauración, bajo las inmejorables directrices del profesor José Rodríguez Rivero-Carrera, restaurador que fue del Museo de Bellas Artes de Sevilla y de un buen número de imágenes religiosas, tanto de Sevilla como del resto de Andalucía.

Su estilo, a medio camino entre el dinamismo de las tallas roldanescas y el arte grácil y delicado de Juan de Astorga, es uno de los más sugestivos y estimulantes que podemos admirar en la imaginería de hoy en día.

Ha participado en eventos como Munarco o la Muestra de Imaginería del municipio sevillano de Olivares. Entre sus creaciones como imaginero independiente podemos señalar el grupo de figuras de misterio para la Cofradía del Prendimiento de Huelva, la Virgen de las Lágrimas para el barrio hispalense de Ciudad Jardín o la Virgen de la Amargura para la Cofradía del Cautivo, de la localidad onubense de La Palma del Condado.

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