JUAN DE VALDÉS LEAL


 

 

Juan de Valdés Leal fue uno de los grandes pintores del barroco español, hasta el punto de ser calificado por Mayer como el Churriguera de la pintura española y el mejor colorista de nuestro país.

Nacido en Sevilla, en 1622, a los 25 años se trasladó a Córdoba, donde formaría su estilo pictórico y quedaría muy influido por la obra de Herrera el Viejo y del cordobés Antonio del Castillo, de quien fue discípulo.

De esta primera etapa destacan el lienzo de San Andrés (1647) del templo cordobés de San Francisco, su primera obra documentada con grandes influencias del estilo de Herrera el Viejo; la serie de cuadros para el Convento de las Clarisas del municipio sevillano de Carmona (1653), hoy conservados entre el Museo de Bellas Artes de Sevilla y la Fundación March; el soberbio lienzo La Virgen de los Plateros con San Eloy y San Antonio de Padua (1654), hoy en el Museo de Bellas Artes de Córdoba, y la serie de pinturas realizadas para la Iglesia Conventual de los Carmelitas Calzados, también en Córdoba (1655-1658).

Entre los años 1656 y 1657, se establece en su ciudad natal, donde permanecería hasta su muerte y fundaría en 1660, junto con Bartolomé Esteban Murillo y Herrera el Joven, la Academia de Pintura. Según la historiadora Valme Muñoz, la década comprendida entre 1660-1670 marca el momento de la plenitud artística de Valdés Leal y de sus más importantes encargos, tanto de obras individualizadas como de grandes conjuntos.

Entre ellas podemos destacar la serie de dieciocho lienzos que realizó para decorar la sacristía del sevillano Monasterio de San Jerónimo de Buenavista (1657). Tras la desamortización decretada en el año 1835 por Mendizábal, la mitad de los cuadros pasó a formar parte de los fondos del Museo de Bellas Artes de Sevilla (la otra mitad se halla diseminada en colecciones privadas).

También debemos mencionar el encargo de sus dos lienzos más populares por parte de su amigo Miguel de Mañara (a quien realizaría, en el año 1681, uno de sus mejores retratos), llamados popularmente Los Jeroglíficos de las Postrimerías y con destino al Hospital de la Santa Caridad, de quien el propio Mañara era impulsor. Se trata de In Ictu Oculi y Finis Gloriae Mundi, ambas muy representativas de la macabra concepción teatral y moralizante que se impuso en la llamada España Negra.

Su gran amistad con el escultor Pedro Roldán, del que llegaría a ser padrino de una de sus hijas, motivó que se hiciera cargo de la policromía de dos de sus retablos: el del Llanto sobre Cristo Muerto o Los Vizcaínos, para la Parroquia del Sagrario (1666), y el del Santo Entierro de Cristo para el Hospital de la Santa Caridad (1670-1672), donde tampoco se descarta una colaboración pictórica de Murillo. Valdés Leal falleció en el año 1690.

 

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