WILFREDO LAM
La Vieja del Rosario (1927) |
Madame Lumumba (1938) |
Wilfredo Lam (Sagua La Grande, 1902 - París, 1982) desarrolló un estilo propio en el que combinaba el surrealismo y el cubismo con el espíritu y formas del Caribe, realizando una propuesta artística con fuerte carga étnica. En contacto desde niño con la santería y la religión sincrética afrocubana, en 1916 Lam se mudó a La Habana donde estudió en la Academia de San Alejandro entre 1918 y 1922. Un año después viajó a Madrid, donde continuó sus estudios hasta 1938 con el pintor académico Fernández Álvarez de Sotomayor y al mismo tiempo, asiste a la Academia Libre del pasaje de la Alhambra, centro de reunión de pintores jóvenes e inquietos. La afinidad lingüística y los lazos afectivos hacen que lo que en un principio no debía ser más que una etapa de su viaje hacia París, se convierta en una estancia de catorce años. En el año 1938 viajó a París con un carta de recomendación para Pablo Picasso de su amigo el escultor Manolo Hugué; allí, Picasso lo presentó a un amplio círculo de artistas y escritores como Henri Matisse, Fernand Léger, Joan Miró o Benjamín Péret; además, conoció a André Breton y a otros surrealistas, entrando al año siguiente en dicho grupo. En 1939 el marchante Pierre Loeb organiza la primera exposición individual de Lam. Durante la Segunda Guerra Mundial, Wilfredo Lam establece fuertes vínculos con los surrealistas en Marsella, lo que tendrá una marcada influencia en su pintura posterior. La obra de Lam de ese periodo se caracteriza por figuras estilizadas con rostros que parecen máscaras. |
Mofumbe (1943) |
Maternité, III (hacia 1952) |
En 1941 huyó de Europa junto con Breton, André Masson, Claude Lévi-Strauss v otros intelectuales, y regresa a Cuba en 1942, donde se asoció con intelectuales como la folclorista afrocubana Lydia Cabrera y el escritor Alejo Carpentier, quienes ayudaron a renovar su interés por la cultura afrocubana. Durante este periodo, Lam empezó a producir obras en las que representaba figuras fantasmagóricas de humanos, animales y plantas en escenarios de jungla que reflejan su síntesis de la santería, el surrealismo y el cubismo. Inicia así una actividad artística basada en las raíces de un pueblo, el cubano, que en opinión de Lam, debía recuperar su dignidad y de esta forma, los referentes autóctonos se funden con el lenguaje formal aprendido en Europa. Entre 1945 y 1946, Lam visitó Haití con André Breton, alternando su residencia durante la segunda mitad de los años 40 entre Cuba, Nueva York y París, ciudad esta última en la que se instala en 1952; visitó Cuba frecuentemente antes y después de la Revolución. A partir de los años 50 sus complejas figuras volumétricas se fueron aplanando y haciendo más esquemáticas, y el follaje cedió el paso a campos de manchas vaporosas. La obra de Wilfredo Lam, mezcla de Expresionismo y Surrealismo, aborda los temas cubanos con una forma muy propia que acuña un estilo en la pintura contempóranea mundial. |
La Confidence, II (1962) |
Personagge 2/24 (1970) |
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