NUEVAS TALLAS DE JUAN ANTONIO BLANCO RAMOS PARA SEVILLA
Con fotografías de Eduardo García Mérida (06/04/2011)
El escultor e imaginero sevillano Juan Antonio Blanco Ramos concluye el conjunto escultórico de la Asociación Parroquial de Nuestro Padre Jesús de la Bendición y Nuestra Señora de la Esperanza en su Soledad, cuya sede se encuentra en la parroquia hispalense de Jesús Obrero, con tres nuevas figuras. Al Nazareno de la Bendición en el Santo Encuentro, Santa María de la Esperanza en su Soledad, San Juan Evangelista y Santa María Magdalena, de cuya ejecución les informamos entre los meses de Febrero y Marzo del pasado año, se suman ahora las figuras de dos militares romanos y un judío, todas ellas representadas en la popularmente conocida como Calle de la Amargura, tramo del trayecto hacia el Monte Calvario en el que, según las escrituras cristianas, tuvo lugar el primer encuentro del Reo con su Madre. Tanto los soldados romanos como el judío, al igual que las otras tallas que conforman el grupo, son de tamaño natural para vestir y han sido labradas en madera de cedro policromada al óleo por Blanco Ramos, quien culmina así su primer misterio procesional completo para la capital hispalense. Los soldados obligan agresivamente a Jesús a continuar su andadura: uno de ellos, de siniestro semblante y situado en la trasera del paso, le empuja; el otro, en la delantera, con expresión de suma fiereza, aparece látigo en mano y tirando de la soga que cuelga del cuello del Nazareno. En el extremo opuesto a este último, el interesante simulacro del judío, en actitud declamatoria, señala la escena a los espectadores mientras sostiene en su mano izquierda el titulus crucis, escrito en tres idiomas: griego, latín y arameo, que será clavado en el madero. Pulsando sobre el icono que encabeza la noticia, podrán ver más instantáneas de las obras, realizadas por Eduardo García Mérida. Las tres tallas aparecen en las dependencias de la cofradía sevillana de San Benito, donde han sido expuestas durante dos días, y acompañadas de las de San Juan Evangelista y Santa María Magdalena. Los cascos de los romanos, rematados con airosas plumas, están tallados en el mismo bloque de la cabeza, lo mismo que el turbante del judío. |
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