Instantánea complementaria a la presentada por La Hornacina el pasado 16 de junio (ver enlace). Lleva por título El Cazador de las Rocinas y representa al autor del hallazgo meditando después de los hechos en una posada de la villa de Almonte, con la imagen de la Virgen aparecida en el fondo de la estancia, superpuesta, aprovechando el artista las sombras como reflejos de lo que transcurre por la mente del cazador.

Absorto en sus pensamientos, el protagonista se olvida prácticamente del sustento. Elías Rodríguez Picón saca partido del momento para ofrecer un bodegón con los platos y las viandas propios de la época, al estilo de las obras pictóricas de los maestros Zurbarán y Sánchez Cotán: las aves capturadas, jarras de vino, sopa a base de fritada, migas y huevos de codorniz, piezas de pan, frutas, verduras, etcétera.

La escena, que casi podríamos dividir en dos zonas delimitadas por la cortina, muestra un tenebrismo propio del arte barroco, así como el esmero escenográfico tan propio de Rodríguez Picón, visible también en sus grupos escultóricos. Este interesante proyecto se completa con un reportaje fotográfico de la imagen mariana creada expresamente para el mismo, que será publicado en La Hornacina en los próximos días.