Juan Polo Velasco (Fernán Núñez, Córdoba, 1923-2017) fue un escultor español al que se le considera el último discípulo vivo de Mariano Benlliure, figura clave de la escultura y del arte funerario en España. Nuestro artista también formó parte de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba.

En 1940 Polo Velasco se matricula en la Escuela de Artes y Oficios de Málaga. Seis años después es destinado a Madrid para terminar el servicio militar. Allí comenzó a trabajar en el taller de Benlliure, con el que había contactado durante su etapa malagueña. En 1947 vuelve a Andalucía, concretamente a Sevilla, donde realiza estudios en la Escuela de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría. Tras concluir su formación en 1956 se asentará definitivamente en Fernán Núñez, su localidad natal, instalando taller para ejercer su labor de escultor e imaginero.

Polo Velasco celebró numerosas exposiciones individuales de sus esculturas y participó en innumerables muestras colectivas y certámenes en los que obtuvo varios galardones, como el Premio Nacional de Escultura Jacinto Higueras.

Su producción escultórica se caracteriza por una total diversidad temática: figuras o grupos populares, toros, escenas taurinas y de flamenco, desnudos, retratos, escultura religiosa, monumentos y piezas funerarias como la que nos ocupa, ubicada en el cementerio de Fernán Núñez: la Piedad del panteón familiar del propio Polo Velasco, que también realizó un excelente Cristo crucificado para el mismo camposanto.

Como podemos ver en la Piedad, y en el resto de su obra, el concepto escultórico de Polo Velasco enlaza con el de los grandes maestros impulsores de un nuevo clasicismo y con el de otros importantes escultores españoles.

De hecho, la imaginería guarda un importante papel en la trayectoria de Polo Velasco. Entre sus obras de esta tipología podemos destacar el Cristo de la Promesa, crucificado que preside el retablo mayor de la Iglesia de Santa Marina de Aguas Santas, y las imágenes de Jesús de la Oración en el Huerto, Cristo Resucitado, Jesús del Desprecio y otro crucificado en la Ermita de San Sebastián, todas ellas en su Fernán Núñez natal.

La Piedad muestra a María arrodillada ante el cadáver de Cristo, cuya cabeza reposa sobre el regazo materno, ladeado el tronco hacia su derecha. Tanto la posición de las manos de la Virgen como su atuendo, recreado con suma atención a los detalles, recuerdan la composición de las dolorosas procesionales de vestir que también realizó el escultor.

FUENTES

AA.VV. Cinco escultores y trece pintores de Fernán Núñez (catálogo de exposición), Ayuntamiento de Fernán Núñez, 2024, pp. 76-77.