Los cementerios también se constituyen con historias de personalidades, tanto anónimas como famosas, que conforman la identidad de cada localidad. De hecho, existen camposantos famosos únicamente por las personas que descansan en ellos. Así es el caso del cementerio de San Fernando (Cádiz), reconocido a nivel mundial por albergar en su interior los restos del cantaor isleño Camarón de la Isla (1950-1992).

La figura del cantaor consagrado se aprecia con gran respeto, pero en el flamenco no había surgido un personaje tan preponderante como Camarón de la Isla (José Monge Cruz), también apodado simplemente Camarón. Previamente a su muerte, ocurrida prematuramente en Badalona (Barcelona) a consecuencia de un cáncer de pulmón, ya había cobrado una fama importante por tener cualidades fuera de lo común con su cante -legiones de gitanos le seguían y hasta le llevaban niños enfermos para que les impusiera las manos-; pero tras su muerte, vendría una veneración de mayor dimensión, tal como la de un ser mítico o un héroe con un poder sobrehumano al que se le rinde culto en su tumba. De hecho, en su mausoleo hay un incesante goteo de personas, desde niños a ancianos, e incluso se sueltan con algún cante.

Desde el día en que se realizó el multitudinario entierro de Camarón, el mausoleo es continuamente visitado y cuenta siempre con multitud de flores frescas. Su color oscuro destaca del resto de las sepulturas del recinto funerario, con una hornacina flanqueada por cuatro faroles negros que acoge su retrato escultórico en tamaño más pequeño del natural, sentado y en un momento que parece que está esperando para empezar a cantar.

El diseño general de la obra, junto con el relieve del catafalco que representa una panorámica de San Fernando, es obra del artista isleño Manuel Correa Forero. La escultura de Camarón fue encargada a Alfonso Berraquero (1941-2016), también de San Fernando, y la forja de hierro a Francisco Fernández (Jerez de la Frontera). El trabajo realizado en piedra, granito verde ubatuba, es obra de Mármoles Ayllón (Cádiz), y la fundición en bronce de Salteras (Sevilla).

Aunque es conocido por su extensa y controvertida producción como imaginero, Berraquero realizó ocasionalmente otro tipo de trabajos como el que nos ocupa, considerada una de sus mejores obras. Para San Fernando también realizó otra escultura pública, homenaje a la libertad de expresión (2010).

FUENTES

CÓRDOVA DÍAZ, Mauricio. El flamenco: entre el arte y la transformación de la tragedia (tesis doctoral), Universidad Autónoma de Zacatecas, 2002, pp. 55-56.

PÉREZ GARCÍA, Luisa Victoria. Cementerios en la provincia de Cádiz. Arte, Sociología y Antropología (tesis doctoral), Universidad de Málaga, 2015, p. 195.

GONZÁLEZ VELA, Verónica. El turismo de cementerios o necroturismo (trabajo de fin de grado), Escuela de Turismo Universitaria de Zaragoza, 2016, p. 10.