Con esta escultura de David con la cabeza de Goliat ganó Bellver, definitivamente y por unanimidad, la pensión de Roma, quedando la obra depositada en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, pudiendo sobrevivir -junto con otras obras de arte realizadas en un material tan frágil como la escayola patinada, a pesar de los numerosos traslados y de la Guerra Civil- por la protección y el cuidado que muchas personas tuvieron con este patrimonio artístico. Gracias a ello, forma actualmente parte del patrimonio de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid.

Más próximo en su formación estética a Donatello y a Miguel Ángel que a Bernini, Bellver se encontraba en la obligación de demostrar que tenía técnica suficiente creatividad y originalidad para realizar una figura -cuyas dimensiones son 120 x 47 x 38 cm- que no fuera una mera imitación de las grandes creaciones sobre el tema de los grandes maestros.

De este modo, Bellver, inteligentemente, escoge el momento inmediato de la hazaña, haciendo, como Donatello, un David adolescente y relajado, y colocando los brazos y las piernas de manera parecida a como lo hiciera Miguel Ángel, aunque, eso sí, en sentido inverso. Y si el gran Buonarroti hizo que David guardara en su mano derecha la piedra, esperando el momento adecuado, provocando así mayor contención en la escena, el David de Bellver hunde su mano izquierda en los cabellos de la cabeza de Goliat, levantándola y transportando su trofeo, al tiempo que camina airoso.