LA OBRA DE ANTONIO CASTILLO LASTRUCCI (V)
VIRGEN DE LA ENCARNACIÓN (CASARICHE - SEVILLA)
Jesús Abades y Sergio Cabaco
Como bien apreciara el profesor Jorge Bernales Ballesteros, las creaciones de Lastrucci dieron pie en el siglo XX a una auténtica resurrección de la animación y la expresividad del arte barroco. Son obras que conectaron con el pueblo por su vistosidad y que en cierto modo fijaron unas directrices para muchos imagineros posteriores. En estas tareas de renovación escultórica, el escultor sevillano se inspiró en modelos propios de las artes locales. Al igual que hiciera su contemporáneo Julio Romero de Torres en el ámbito de la pintura, Antonio Castillo Lastrucci tomó para sus modelos femeninos los rasgos típicos de la mujer andaluza. De este modo, sus imágenes marianas, de oscuros ojos de cristal y tez aceitunada, mostrarán un cariz profundamente castizo, lo que unido a detalles como la marcada frontalidad y el acusado rictus de aflicción en el caso de las Dolorosas, conformarán un tipo escultórico perfectamente reconocible. Dentro de las tallas letíficas que representan a María, nos encontramos con la Virgen de la Encarnación, Patrona de Casariche, municipio sevillano cuyo patrimonio sacro quedó gravemente dañado a raíz de los sucesos de la Guerra Civil, debiendo ser cubiertas las pérdidas en años posteriores. Castillo Lastrucci jugó un importante papel en dicha tarea, pues además de la Patrona, también titular de la Parroquia de Casariche, realizó las imágenes de Jesús Cautivo y la Virgen de los Dolores para los desfiles de penitencia. La Virgen de la Encarnación, además de los caracteres marianos reseñados anteriormente, posee una velada sonrisa, labios cerrados y bien perfilados, y cuello de sección tubular, lo que nos remite a fórmulas del primer realismo sevillano del siglo XVII. La ondulada cabellera negra realza la estética racial de una figura que se halla emparentada con otras esculturas sobre el tema de Castillo Lastrucci, caso de la Virgen del Robledo de Constantina (Sevilla) o la Virgen del Puerto de Zufre (Huelva). Como titular del templo, se encuentra en el altar mayor del mismo. El retablo es una interesante obra barroca del siglo XVIII que procede del extinguido Convento de Nuestra Señora de la Victoria de Estepa (Sevilla). |
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