LA OBRA DE ANTONIO CASTILLO LASTRUCCI (VII)
VIRGEN DE LOS DOLORES (RONDA - MÁLAGA)

Jesús Abades y Sergio Cabaco


 

 

Con la imagen de María Santísima del Dulce Nombre, realizada en 1924 para la cofradía sevillana de Jesús ante Anás, Castillo Lastrucci comenzó su larga serie de Dolorosas, denominadas por el propio autor como imágenes marianas del tipo castizo-sevillano. Del prototipo establecido con dicha obra, para la que el escultor tuvo como modelo a una joven sevillana llamada María Cos García, derivarían todas sus Dolorosas posteriores.

El propio Castillo Lastrucci retalló la mascarilla de la Virgen del Dulce Nombre el mismo año de su ejecución, al no ser su fisonomía primitiva del agrado de la hermandad. En la intervención también le colocó ojos de cristal, le retalló las manos y la encarnó de nuevo.

El modelo de la exquisita Dolorosa del Dulce Nombre, consagrado una década después con la también sevillana Virgen de la Hiniesta -tallada en dos ocasiones por Castillo Lastrucci (1933 y 1937) siguiendo el modelo del original destruido- se caracteriza por una acusada frontalidad, rasgos aniñados, entrecejo moderadamente fruncido en forma de uve, ojos vítreos y generalmente intrábicos, largas pestañas postizas en el párpado superior que contribuyen a profundizar la mirada, clásico perfil, tersas mejillas, rostro ovalado, redondeado mentón, cuello suavemente anatomizado, carnaciones aceitunadas y labios entreabiertos con los dientes superiores curiosamente tallados, a modo de funda acanalada para simular la separación de los dientes.

En el caso de la Virgen de los Dolores (1943), titular de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Ronda, la imagen mariana posee un delicado modelado de gran belleza y notable acabado, en la línea de otras creaciones sobre el tema como la Virgen del Pasmo de Bollullos Par del Condado (Huelva), que la sitúan entre las Dolorosas de mayor interés realizadas por el escultor sevillano.

Observamos en la talla rondeña, labrada en madera de cedro real, una mayor inclinación de la cabeza hacia la derecha que la que ofrece la Virgen del Dulce Nombre, así como un semblante más recogido y ensimismado en su dolor. Fue restaurada en el año 2000 por el imaginero Francisco Berlanga de Ávila.

El Nazareno titular de la cofradía es obra también en cedro real de Antonio Castillo Lastrucci, quien lo ejecutó en el año 1942. Ambas imágenes sustituyen a otras desaparecidas en los incidentes de la Guerra Civil. 

 

 

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