La bella Dolorosa, titular de la Cofradía del Cristo de la Buena Muerte que procesiona en la Madrugada cordobesa, inclina la cabeza hacia el lado derecho. Realizada en el año 1944, posee peluca de pelo natural para aumentar el naturalismo barroco de la talla. Su rostro es aniñado y dolorido, con el entrecejo fruncido y los músculos del cuello en tensión como consecuencia de la angustia que padece.

Los ojos, con el iris de color castaño oscuro, son de cristal, y quedan enmarcados por pestañas de pelo natural en la parte superior y policromadas en la inferior. El perfil de la Señora es clásico, y sus cejas, en señal de aflicción, se arquean y pincelan omitiendo cualquier toque de gubia. Lleva cinco lágrimas de cristal, en alusión a las Cinco Angustias sufridas por la Virgen, dos en la mejilla derecha y tres en la izquierda.

La boca, entreabierta, permite ver en su interior los dientes superiores tallados. El mentón ha sido trabajado con discreto hoyuelo, mientras que las manos aparecen extendidas, portando un pañuelo la derecha y un rosario la izquierda. Al ser una talla de candelero para vestir, posee un bastidor o devanadera interior de líneas cónicas y base ovalada, formado por una serie de listones que arrancan de las caderas.

La imagen, en la línea de la Dolorosa que el escultor sevillano labró en el año 1933 para la sevillana Cofradía de la Hiniesta, es uno de los más logrados ejemplos del modelo de "Dolorosa Castiza" de Antonio Castillo Lastrucci, caracterizado por las facciones raciales, las carnaciones morenas y una belleza decididamente juvenil. Hoy en día se encuentra sensiblemente alterada debido a la restauración efectuada por Miguel Ángel González Jurado (1990), quien intervino en su policromía.

El Crucificado titular de la corporación es también obra de Castillo Lastrucci (1944), quien al modelarlo siguió fielmente el modelo mesino del Cristo de los Estudiantes de Sevilla, reproduciendo detalles como el sudario ceñido por gruesa soga que deja descubierto el costado derecho del Varón.