LA OBRA DE ANTONIO LEÓN ORTEGA (V)
VIRGEN DE LA RÁBIDA (SANLÚCAR DE GUADIANA - HUELVA)
Sergio Cabaco y Jesús Abades
La venerada imagen de la Patrona del municipio onubense de Sanlúcar de Guadiana fue labrada en 1938, el mismo año en que Antonio León Ortega se establece definitivamente en Huelva y entra en el taller del pintor y escultor Joaquín Gómez del Castillo. Muerto el maestro en el año 1944, el imaginero ayamontino continuaría en el obrador, compartiéndolo con el pintor Pedro Gómez, hasta que en 1964 se traslada a un nuevo estudio en la calle Doctor Luis Buendía, muy cerca de la Catedral de la Merced. La efigie de la Virgen de la Rábida es de talla completa, aunque suele ser recubierta por sus devotos con manto y larga mantilla de encaje. Viste túnica de tonos rojizos, recamada en sus orillas, y manto de color azul, ambos adornados con discretos estofados en oro. La Señora aparece de pie sobre una nube y sosteniendo al Niño sobre su brazo izquierdo, estando flanqueada por dos angelitos que se postran ante su divinidad. La mano derecha del pequeño Jesús llama la atención al espectador sobre la hermosura de la Madre. Es una creación atípica dentro de la trayectoria de León Ortega, posiblemente por haberse inspirado el escultor en la talla primitiva, que según los historiadores onubenses Juan Miguel González Gómez y Manuel Jesús Carrasco Terriza, databa del siglo XVIII y se perdió en la Guerra Civil. Sin embargo, y tomando como cierta la hipótesis de que el escultor siguiera fielmente en su modelado los detalles de la antigua patrona, la verticalidad de la silueta en la actual, cierto hieratismo en su semblante -alejado de la mayor dulzura y naturalidad de la Virgen del Rosario de Cartaya, esculpida en las mismas fechas- y la elegante flexión que muestra la pierna izquierda, logrando un suave contrapposto, nos llevan a pensar si la obra destruida en el año 1936 no se hallaba incluida dentro del círculo sevillano de la primera mitad del XVI. La imagen preside el retablo mayor de la parroquia de la localidad, dedicada a Nuestra Señora de las Flores; un retablo moderno y carente de interés, salvo las tres magníficas tablas del siglo XVI que han sido colocadas en su ático y que estudiosos como Enrique Valdivieso atribuyen al pintor sevillano Cristóbal de Morales. Recientemente, ha sido intervenida por el escultor y restaurador de Rociana del Condado (Huelva) Elías Rodríguez Picón, quien ha renovado completamente la policromía, el dorado y los estofados. |
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