LA OBRA DE ANTONIO LEÓN ORTEGA (Y XXX)
VIRGEN DEL AIRE (MADRID)

Sergio Cabaco y Jesús Abades


 

 

A los 70 años, el autor vuelve a demostrar su habilidad para reflejar muy bien el porqué de cada simulacro religioso, su mensaje y su contexto, de ahí que la Virgen del Aire (1977), venerada en la parroquia madrileña de Cuatro Vientos, esté concebida con una acentuada sensación de vuelo e ingravidez, casi diríamos que flotando ante la blanca desnudez del altar donde se halla dispuesta para el culto.

Con esta obra, Antonio León Ortega se aleja más que nunca de los ideales barrocos para ofrecer una composición sumamente estilizada, serena y depurada. El escultor huye del detallismo a la hora de representar la cabeza, las manos y los pliegues del manto, siluetea la figura y prescinde del cromatismo habitual en sus creaciones, optando por un suave plateado en el manto y los cabellos, así como por una leve tintada en las carnes, recurso éste último que practicó en otras piezas del periodo como el Cristo Crucificado (1977) que también recibe culto en el templo de Cuatro Vientos.

El uso intencionado de la verticalidad contribuye a resaltar la elevación y la esbeltez de una talla inmersa en los canones figurativos con los que el Concilio Vaticano II pretendía renovar el arte sacro para investirlo de la sencillez y espiritualidad de sus reformas.

En principio, la interpretación de María se encuentra en la línea de la plástica inmaculista, aunque la mano de Dios que parece suspenderla en el aire y el empleo de luz artificial en el dorso para simbolizar la luz interior de la doncella, llena de gracia por intercesión divina ("Verbum caro factum est et habitavit in nobis"), la acercan también al pasaje de la Encarnación. El modo de abrochar el manto sobre el pecho, a modo de capelina, es similar al de otros modelos del ayamontino, caso de la Virgen del Carmen de La Antilla (Lepe-Huelva).

 

 

Nota de La Hornacina: Concluimos este especial dedicado a la vida y obra del imaginero onubense, dando las gracias a todas las personas que han colaborado en su realización, especialmente a Antonio León Ferrero, hijo del escultor, albacea de su obra y presidente de la Fundación Escultor León Ortega.

 

 
 
Monumento a León Ortega en Ayamonte (Huelva), obra del escultor sevillano, afincado en Aracena, Alberto Germán Franco Romero, inaugurado el pasado 14 de diciembre.

 

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