EL MARTIRIO DE SAN SEBASTIÁN (IV)
PIERRE PUGET

Con información de Sergio Cabaco y Jesús Abades


 

 

Para dos de los nichos de los pilares de la bóveda de la basílica genovesa de Santa Maria Assunta di Carignano, diseñada por Galeazzo Alessi, Puget labró las estatuas de San Sebastián y San Alessandro Sauli. Ambas fueron encargadas el 8 de marzo de 1664 por Giulio y Francesco Maria Sauli -parientes de Alessandro, miembros todos de una poderosa familia de comerciantes-, aunque no fueron realizadas hasta 1668, siendo trasladadas el 12 de mayo de ese año desde el taller del artista, situado en Via Balbi, hasta Carignano.

Como bien ha subrayado el experto Klaus Herding, la plaga de peste que afectó a Génova en 1657 influyó en el diseño de la decoración interior del templo de Carignano. De hecho, las dos primeras estatuas encargadas a Puget confieren al conjunto un inequívoco carácter votivo.

Otras dos figuras iban a ser ejecutadas por Puget para Carignano: una Magdalena Penitente que, pese a tener ya modelado un boceto, se negó finalmente a realizar -resentido por haber tenido que pasar una noche en prisión sin que los Sauli intervinieran hasta la mañana siguiente-, y un San Jerónimo -acordado en 1691 con los Sauli tras retomar sus vínculos en Marsella-, debido presumiblemente a la muerte de Puget en 1694.

San Sebastián, realizado en mármol de Carrara al igual que San Alessandro Sauli, se inspira en el Daniel de Gian Lorenzo Bernini (imagen superior), que forma grupo con un león (Dn 6:1-28) en la Capilla Chigi de la basílica romana de Santa Maria del Popolo. Según Lauro Magnani, otro gran estudioso de Puget, el santo mártir podría ser un homenaje al propio Giulio Sauli -uno de los promotores de la basílica de Carignano, mecenas de Puget y duque en el momento de la epidemia- por el gran papel que acometió en las obras de caridad que aliviaron el sufrimiento de una población castigada por la enfermedad.

Formado como escultor y pintor en Roma y Florencia, donde fue discípulo y colaborador de Pietro da Cortona, Puget fue marginado en Francia por considerar su estilo dentro del barroquismo italiano, muy alejado del ideal clasicista imperante. Ello finalmente le apartó de su patria durante 20 años, abriendo taller en Génova y llevando a cabo una notabilísima producción que contaría con gran aceptación en Italia.

La principal influencia de Puget fue Bernini, no solo en el grandioso San Sebastián atado al tronco y con los atributos de la milicia a su lado, sino también en otras famosas obras del autor como el Milón de Crotona. También se observan en algunas piezas ecos de Alessandro Algardi y Ercole Ferrata, discípulo de Bernini.

 

 

Fotografías de Jacqueline Poggi 

 

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