Exquisita dolorosa de vestir, titular de la cofradía jiennense de Nuestro Padre Jesús Nazareno, conocido popularmente como "El Abuelo". La gran devoción que tiene la imagen del Cristo eclipsa las evidentes virtudes de una talla mariana que inclina suavemente la cabeza en señal de congoja y dirige la mirada al suelo.

Los grandes ojos de la señora, casi ocultos por unos párpados caídos por el llanto, son de cristal, con pestañas de pelo natural en los párpados superiores y finamente policromadas en los inferiores. Tres lágrimas de cristal corren por sus mejillas, una por el lado derecho y dos por el izquierdo. La nariz es recta y alargada, y la menuda boca, entreabierta, deja ver en su interior los dientes superiores, todo ello excelentemente tallado.

El óvalo del rostro se remata con un pronunciado mentón, centrado por un profundo hoyuelo. El cuello es esbelto y de tipo tubular. Las manos aparecen extendidas, con los dedos flexionados, portando un pañuelo en la derecha y el santo rosario en la izquierda. Las brillantes carnaciones han sido aplicadas en tonos cálidos.

Fue labrada por José de Medina en 1741, otorgándole su habitual impronta, delicada y noble. El actual juego de manos de la Virgen no es el original. En 1940 fue intervenida por el polifacético escultor e imaginero Ramón Mateu Montesinos (1891-1981), profesor y académico valenciano, quien la policromó de nuevo.