SOMBRAS (IV)
SOMBRAS MARCADAS
Sergio Cabaco y Jesús Abades. Con información de Victor I. Stoichita
Con el siglo de las luces, la sombra alcanzó un nuevo protagonismo de la mano de Johann Caspar Lavater y sus llamados "Fragmentos fisionómicos" (1776), con los que pretendía sentar las bases para el estudio de la personalidad humana a partir de la proyección del perfil del rostro sobre una pantalla. Pero el siglo XVIII fue también el del nacimiento de nuevos conceptos estéticos como lo "sublime", y la sombra comenzó a ser valorada por sus cualidades narrativas, eminentemente negativas. Poco a poco se asiste a la aparición de una verdadera "estética de lo siniestro", algunos de cuyos ejemplos más destacados se encuentran en la obra de Francisco de Goya, Heinrich Wilhelm Tischbein, Joseph Wright of Derby, Adolf Menzel, Jean-François Millet, Gioacchino Toma, William Holman Hunt, Jean-Paul Laurens y Émile Friant. Existe discusión a la hora de catalogar la obra del francés Friant (1863-1932), ya que si bien algunos lo encuadran dentro del Art Nouveau por pertenecer a la Escuela de Nancy, otros, con más acierto, lo consideran un pintor a medio camino entre el post-romanticismo y el realismo, con especial gusto por lo cotidiano. En la imagen podemos ver una de sus obras más famosas: el óleo sobre lienzo Sombras Marcadas (1891), inspirado en Degas pero con una puesta en escena mucho más radical. Los protagonistas están delante de un muro, con una fuente de luz frontal dirigida de abajo hacia arriba que hace sobresalir manos y rostros. Debajo de sus oscuras ropas, los cuerpos se reducen a siluetas. El tratamiento recuerda la fábula de Plinio sobre la invención de la pintura, citada en la primera entrega. Conservado en el Musée d'Orsay, mide 116 x 67 cm. |
www.lahornacina.com