En la tarde de ayer tuvo lugar la bendición de una copia del Santísimo Cristo Resucitado, titular de la Agrupación de Cofradías de Málaga. Tallada en madera de cedro, a tamaño algo menor del natural, han sido aplicadas en su ejecución por el artista malagueño las mismas técnicas de creación que en su momento empleó su autor, el gran escultor José Capuz. Su destino es la Prefectura Apostólica (Pet Yei Chi) de la ciudad de Battambang, en Camboya, un centro católico donde viene desempeñado su trabajo desde hace años el jesuita asturiano Kike Figaredo como misionero en labores de ayuda por los más desfavorecidos. De esta manera, la referida agrupación malagueña, que ha encargado la obra también como parte de su labor misionera, dentro de los actos de su centenario, pone de alguna manera en valor la portentosa imagen del Resucitado como icono devocional para los cristianos en aquellas tierras del sudeste asiático.

Con la imagen del Resucitado para Málaga, realizada en 1946, el valenciano Capuz logró una de sus obras mayores y más representativas de su peculiar estilo escultórico. Un Cristo equilibrado, sobrio, ensimismado y adscrito a un realismo clásico pero estilizado con aires de vanguardia. Hasta 1983 formaba un conjunto escultórico junto con las figuras de dos sayones, labrados también por Capuz, que fueron suprimidos de la procesión. Dichos sayones, de talla completa, representaban a los que hacían guardia en el sepulcro.