LA VIRGEN DE TRAPANI DE LA CATEDRAL DE LA LAGUNA

Texto y fotografías de José Guillermo Rodríguez Escudero


 

Esta preciosa pieza, de incierto origen, cuya antigüedad y material la hacen más singular si cabe, ha sido identificada desde décadas con la Virgen del Pilar. Es de alabastro policromado, de unos 73 cms. de altura con pedestal, y data de la primera mitad del siglo XVI. De autor anónimo, se custodia en el tesoro de la Catedral de Nuestra Señora de los Remedios en la ciudad tinerfeña de La Laguna.

No hay referencias de que en este magnífico templo la Virgen de piedra blanca haya contado con altar propio. Fue precisamente el investigador y profesor Hernández Perera el que, en el catálogo de la exposición de arte sacro celebrada en 1963 con motivo del centenario de la Catedral Nivariense, consideraba la escultura como obra renacentista aragonesa, y aunque aún la mostraba como Virgen del Pilar, recogía las primeras referencias alusivas a su origen. En el caso de que esta aseveración fuese cierta, estaríamos ante la efigie más antigua de esta advocación zaragozana existente en el Archipiélago Canario. Hay que tener en cuenta que con este nombre, a la Virgen no se le erigen templos o levantan altares hasta el siglo XVIII. 

El alabastro es una variedad de piedra blanca, no muy dura, compacta, a veces traslúcida de apariencia marmórea, que se usa para hacer esculturas o elementos de decoración arquitectónica. El material empleado en la construcción de esta bella pieza es típico de la región aragonesa y esto relacionaba su autoría con el estilo del maestro Damián Forment. Este artista había labrado otras imágenes marianas con esta piedra blanca, como es el caso de la Virgen del retablo mayor del monasterio catalán de Poblet. Otra hipótesis, que es barajada por mayor número de expertos, la hace originaria de la ciudad siciliana de Trapani, una población italiana de excelente ubicación por ser núcleo comercial y puente hacia el continente africano, desde donde posiblemente hubiera llegado a Canarias. 

La Virgen es representada de pie y lleva al Niño en brazos, con el que parece dialogar. La policromía dorada aún se conserva en varios fragmentos del cabello, cejas y ojos de ambos. Las roscas sobre las cabezas tenían como misión la sujeción de las coronas. Desde 1963 se observan destrozos en el conjunto, como la pérdida de la mano izquierda de Jesús y el deterioro de la derecha de la Virgen. Debido a la fragilidad del alabastro, se observan también roturas en otras efigies del mismo material conservadas en las Islas. La figura de María sostiene sobre el brazo izquierdo al Niño y deja entrever una sonrisa, en tanto que el Niño, completamente de perfil al espectador, dirige su mirada a la Madre y su manita al pecho de la misma. Pese a estas pérdidas mencionadas, podemos suponer, por comparación con otros ejemplos que aún se conservan, que con ella acariciaría a Jesús.

Aunque no son abundantes, tenemos importantes ejemplos canarios en la Virgen de los Reyes de la sacristía de la parroquial palmera de San Juan Bautista de Puntallana; Nuestra Señora de la Peña de Francia, que se venera en la iglesia lanzaroteña de Mozaga; o la Patrona de la Isla de Fuerteventura, Nuestra Señora de La Peña, fechada esta última en el siglo XV, que presenta características típicas y propias del gótico francés. En la Península, otro ejemplo es la bella imagen que se conserva actualmente en el Museo de Navarra y que procede del convento del Sancti Spiritu de Puente la Reina. Otras copias son la de Marchena (Sevilla) y la custodiada en el convento de las Benitas de Toledo, muy similar a la anterior imagen -los dibujos en oro, el tipo de escudo-, aunque mejor conservada.

Estas Vírgenes de Trapani son hechas a imagen y semejanza de la que labrara Nino Pisano en el siglo XIII, en Florencia, para el Convento de la Annunziata, la cual suscitó en su momento “una devoción tan grande, que su imagen será reproducida por escultores de fama o bien de manera artesanal, en alabastro, difundiéndose por todo el Mediterráneo occidental”. Otros investigadores afirman que dicho artista había realizado esta Madonna en el siglo XIV (en 1350, aproximadamente) con destino a la Isla de Chipre -por encargo de un sacerdote de Endithet- y que una terrible tormenta había llevado la imagen milagrosamente hasta Trapani, Sicilia (Italia), donde fue venerada durante siglos. Su popularidad fomentó que se interpretase el modelo en numerosas ocasiones, llegando a existir entre los siglos XVI y XVIII hasta cuarenta talleres en la localidad italiana dedicados a reproducir el original.

Nuestra pieza es un ejemplo más de la amplia difusión que ha tenido esta iconografía. Impulsado su culto sobre todo por la Orden del Monte Carmelo -muchas veces las copias existentes de la Madonna di Trapani aparecen bajo la advocación de Virgen del Carmen, siendo ambas muy veneradas por los marineros-, ya desde el siglo XV el santuario se convierte en lugar de peregrinación.

 

 

Martínez Carretero -de la Orden de los Carmelitas- ha escrito que, “La Virgen de Trapani es celebérrima nada menos que desde el siglo XIV, cuya devoción no sólo se extiende por tierras sicilianas sino por gran parte de Italia, incluso por nuestras tierras del Sur, traídas sin duda por los virreyes españoles y los propios carmelitas, ya que esta devotísima escultura en alabastro está considerada iconográficamente como la primera imagen de talla que se veneró bajo el título del Monte Carmelo y traída, según la tradición, del mismo monte de Palestina, donde tuvo origen la Orden del Carmen a principios del siglo XIII. La escultura se atribuye a la escuela de los Pisano entre 1245 y 1314”.

Es tan devota y bella la imagen que en cierta ocasión dijo de ella el propio Virrey de Nápoles, Enríquez de Rivera, al contemplarla: “Quien desee verla más bella sólo en el cielo podrá contemplarla”.


BIBLIOGRAFÍA

CHICO PÉREZ, Blanca. «Virgen de Trápani», Res Gloriam Decorant. Arte Sacro en La Laguna, La Laguna, 1998.

CIURANESCU, Alejandro. La Laguna. Guía histórica y monumental, La Laguna, 1965.

HERNÁNDEZ DÍAZ, P. Pinturas de la Catedral de La Laguna, La Laguna, Santa Cruz de Tenerife, 1984.

HERNÁNDEZ PERERA, J. Exposición de Arte Sacro. Cincuentenario de la Catedral de La Laguna, Instituto de Estudios Canarios, Santa Cruz de Tenerife, 1963.

 

 

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