UNA POSIBLE OBRA DE FRANCESCO GALLEANO EN SAN FERNANDO (CÁDIZ)

Manuel Pérez Estrada y Jesús Garrido Pérez


 

 
 
Hospicio de San Juan de Dios de Cádiz

 

1) ANTECEDENTES HISTÓRICOS

El historiador isleño Joaquín Cristelly, en su libro Ligeros Apuntes sobre la Ciudad de San Fernando publicado en el año 1891, afirmó que en el desaparecido Hospicio de San Juan de Dios de esta ciudad "hubo una buena capilla (...) con buen número de imágenes", añadiendo que la imagen de talla de San José que en su época presidía la sala de hombres del hospital de este título procedía de aquel hospicio.

El Hospicio de San Juan de Dios de la Real Isla de León fue fundado a principios del siglo XVIII. Era una especie de "sucursal" del hospicio gaditano, fundado por la Hermandad de la Santa Caridad y Misericordia de Nuestro Señor Jesucristo, la institución de beneficencia más antigua de Cádiz.

 

 
 
Colegio-Asilo de las Hijas de Santa Joaquina de Vedruna

 

Se desconocen datos concretos sobre los orígenes del hospicio gaditano, pero parece ser que su fundación se debe a la iniciativa de la Hermandad de la Santa Caridad, que utilizó para su emplazamiento terrenos aledaños a la Ermita de la Misericordia. Se tiene constancia del mismo con anterioridad al asalto anglo-holandés del año 1596, con documentación relativa a su existencia en 1498.

Desde el año 1614 residieron en él oficialmente (1) y se encargaron de su gestión, los Hermanos de San Juan de Dios. Aunque ya con anterioridad (finales del siglo XVI) un reducido grupo de hermanos de esta orden se ocupaban de atender a los enfermos.

El hospicio isleño, gestionado por los mismos Hermanos de San Juan de Dios, prolongó su existencia (2) hasta la época agitada y anticlerical del primer cuarto del siglo XIX. En la segunda mitad de esa centuria fue reconvertido en lo que hoy es el Colegio-Asilo de las Hijas de Santa Joaquina de Vedruna (vulgo Carmelitas).

 

 
 
Antiguo Hospital de San José

 

Seguramente con la extinción de este Hospicio, las imágenes veneradas en la Capilla fueron a pasar a otras manos. En concreto, el bello San José que nos ocupa pasó al Hospital homónimo, inaugurado en el año 1768 por el Obispo fray Tomás del Valle, y hoy día reconvertido en el Instituto de Secundaria "San José", el Asilo de Ancianos de San José y la Capilla de la Virgen de los Desamparados (antigua Capilla de San José) junto a las dependencias de la hermandad que allí radica.

 

 

2) IMAGEN DE SAN JOSÉ: ICONOGRAFÍA, MORFOLOGÍA Y ESTILISMO

La Imagen del Patriarca Bendito en la que nos centramos, custodiada en las dependencias del antiguo Hospital del mismo nombre hasta el último cuarto del siglo XX, representa la figura de San José itinerante, mostrándonos su condición de maestro y guía de Jesús en su más tierna infancia. Los referentes iconográficos más cercanos nos llevan a los modelos que crearan grandes figuras de la Escuela Sevillana, como son Martínez Montañés (3), Juan de Mesa o Francisco de Ocampo (4). Esta representación itinerante cae en desuso hasta que la retoman artistas del siglo XVIII como José Montes de Oca (5) o Francisco Camacho de Mendoza (6). Esta iconografía es también utilizada por los artistas de la escuela gaditano-genovesa, traducida en bellas obras como el San José del Convento gaditano del Carmen y Santa Teresa o el venerado en el templo de la Conversión de San Pablo.

La Imagen que nos ocupa es una efigie de talla completa y dimensiones académicas, realizada en madera encarnada, estofada y policromada. Morfológicamente representa a un hombre de mediana edad. Posee corta melena de mechones en forma de tirabuzón y barba bífida. La cabeza aparece levemente girada hacia la derecha, posiblemente mostrando una actitud de comunicación con el Divino Infante, pieza ésta, la del Niño, lamentablemente en paradero desconocido. El brazo derecho se separa del resto del cuerpo, proyectándose hacia el suelo. La pierna derecha se ve adelantada respecto de la izquierda, siendo visibles ambos pies. La vestimenta consta de túnico ceñido mediante un cíngulo lazado, con abundancia de pliegues que resaltan el ademán caminante, y capa recogida bajo el brazo izquierdo.

Presenta un rostro de forma ovalada, frente despejada, siendo visible el nacimiento del pelo en la zona superior central, finas cejas sutilmente arqueadas y abultados párpados que enmarcan los ojos, de cristal. Los pómulos están pronunciados, la nariz es recta y levemente puntiaguda, con finos rebordes laterales de los orificios nasales, anchos en la base y finos en la punta. La boca, enmarcada por finos labios, aparece entreabierta, mostrando dientes y lengua. La barba es bífida, realizada mediante finos y estriados golpes de gubia, rematada a su vez por unos sutiles bigotes, casi esbozados en el rostro.

El tallado del pelo es similar al de la barba, con el mismo tratamiento minucioso del gubiado. El cabello aparece dividido en dos desde el plano de simetría de la cabeza, con entrada triangular de la frente. El pelo deja prácticamente al descubierto las orejas y los mechones se muestran como bucles barrocos.

La mano diestra muestra detalladamente tendones y venas. Sus dedos aparecen terminados en uñas con forma de teja. Esta misma mano deja adivinar un gesto paternal, que bien podría ser de estrechamiento con la de su Hijo. El dedo índice aparece mutilado, al igual que la mano izquierda. La posición del brazo izquierdo hace probable que la función de esta desaparecida mano fuese la de sostener la vara de azucenas, atributo característico de la iconografía josefina. Los pies se presentan sin el apoyo de la peana original.

La policromía de la cabeza y las manos parece que no ha sido alterada sustancialmente a lo largo de la historia. Los ropajes de la talla presentan un desafortunado repinte que oculta el bello trabajo de estofado que se vislumbra en algunas zonas, así mismo el vuelo de la capa aparece mutilado en la zona donde es recogida, acotando el dinamismo con el que se intuye que fue concebida.

Con respecto al análisis estilístico de la obra, presenta las características propias de la estética barroca de influencia italiana, adivinando un movimiento y teatralidad cercenado a lo largo de su historia.

 

 

3) ATRIBUCIÓN DE SAN JOSÉ DEL HOSPITAL

Con anterioridad a este artículo, la única atribución de autoría conocida (7) sobre esta Imagen la adjudicaba a la gubia del imaginero José Montes de Oca, basándose mayoritariamente en el carácter itinerante de la talla. Actualmente no existe constancia documental del artista que realizara esta venerada Imagen. Los datos estéticos y artísticos nos ponen en la pista de la posible autoría. Concretamente nos remiten a la obra del imaginero genovés Francesco Galleano. Artista que nace en Génova en 1713 y muere en Cádiz en 1753, discípulo de Antón María Maragliano y hermano del también artista, Pietro Galleano.

Estética y artísticamente comparte los rasgos estilísticos (8) de las tallas gaditanas relacionadas con el insigne imaginero ligur. La desaparecida Imagen del Ecce Homo (9) del Monasterio de Santa María es, quizás, la que más evidencia sus analogías con la talla de San José y especialmente el minucioso tratamiento del pelo y de la barba, patentes en obras como el Resucitado de San Francisco de Cádiz, la Santa Bárbara (10) de San Francisco de San Fernando o el Arcángel San Miguel de la Iglesia de San Juan de Dios de Cádiz.

 

 
 
Imágenes de San José y del Ecce Homo gaditano

 

 
 
Imágenes del Resucitado y del San José

 

Rostro y expresión están muy cercanos a los de la bella titular gaditana de la Orden Tercera Servita, la Virgen de los Dolores (11), al Arcángel San Miguel y a la Dolorosa de San Juan de Dios, también de Cádiz. Con todas ellas comparte esa marcada expresión de ausencia y éxtasis que transmiten un misticismo muy particular.

 

 
 
Imágenes de San José y la Virgen de los Dolores

 

 
 
Imágenes del Arcángel San Miguel y de San José

 

Así mismo estos rasgos también son cercanos a la venerada imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno de San Fernando, relacionado también con la producción de Francesco Galleano.

 

 
 
Imágenes de San José y del Nazareno isleño

 

El hecho de que la imagen de San José provenga del desaparecido hospicio isleño de San Juan de Dios, respalda cronológicamente la fecha en la que Francesco Galleano se encontraba activo en Cádiz, así como la relación profesional que mantenía dicho imaginero con el establecimiento homónimo gaditano, para el cual trabajó. Esto haría razonable su conexión con la efigie isleña.

 

 

4) CONCLUSIÓN

El notable parecido que nos ofrece este bello San José con las obras del escultor Francesco Galleano nos pone en buen camino para formalizar una atribución fidedigna. Los datos técnicos de la imagen por parte de especialistas, así como las nuevas investigaciones de los historiadores serán fundamentales para sustentar esta hipótesis que, desde nuestro punto de vista, hemos defendido.

El estado actual de tan bella imagen del santo hace necesaria una minuciosa restauración que devuelva todo el esplendor con el que lucía antaño. Quizás en un futuro no muy lejano podamos venerar de nuevo, en esta tierra de patronazgo josefino, la meritoria talla del Patriarca Santo.


 

NOTAS

(1) Después de un complicado proceso de peticiones y gestiones para conseguirlo.

(2) Existen pocas referencias acerca de la historia de esta institución.

(3) Un ejemplo es la imagen que se venera en la Iglesia de la Victoria de Medina Sidonia (Cádiz).

(4) San José que se venera en la Parroquia de Nuestra Señora de las Virtudes de Villamartín (Cádiz).

(5) San José de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Bormujos (Sevilla).

(6) Imagen de la Parroquia de Nuestra Señora de la O de Rota (Cádiz).

(7) Artículo publicado por Francisco Cabrera Casanova en la edición de San Fernando Información (19/04/93).

(8) Estos rasgos han sido descritos al hablar de la imagen de San José.

(9) Esta bella imagen se perdió el 11 de mayo de 1931, en la quema y saqueo del Convento de Santa María.

(10) El Cristo Resucitado y Santa Bárbara son las dos únicas obras documentadas de Francesco Galleano que hay en la actualidad.

(11) Esta hermosa talla sustituyó a la imagen fundacional de José Montes de Oca y fue colocada en su altar el Viernes de Dolores 25 de marzo de 1774. La imagen fue atribuida a Francesco Galleano por el restaurador Pedro Manzano Beltrán, tras los exhaustivos análisis que realizó durante la restauración de la talla.

 


 

BIBLIOGRAFÍA

FERNANDO MÓSIG PÉREZ, Historia de las Hermandades y Cofradías isleñas, San Fernando 2005.

SANGUINETI Y CERVINI, Han tutta l'aria di Paradiso. Gruppi processionali di Anton Maria Maragliano tra Genova e Ovada, Turín 2005.

SANGUINETI DANIELE, Antón María Maragliano, Génova 1998.

SANCHEZ PEÑA, JOSE MIGUEL, Escultura Genovesa. Artífices del Setecientos en Cádiz, Cádiz 2006.

JOAQUÍN CRISTELLY, Ligeros Apuntes Históricos, y colección de citas, documentos y datos estadísticos de la Ciudad de San Fernando, desde los tiempos más remotos hasta 1823, San Fernando 2005.

GEMISA, Semana Santa en las Diócesis de Cádiz y Jerez, Sevilla 1988.

HERMANDAD DE LA SANTA CARIDAD DE CÁDIZ, Historia de la M. H. Hermandad de la Santa Caridad y de Ntro. Sr. Jesucristo, portal web www.santacaridad.org

JESÚS ABADES, La obra de los imagineros genoveses y su presencia en Andalucía, La Hornacina, 2005.

 

Nota de los autores: nuestro agradecimiento a Fernando Mósig Pérez por su inigualable
aportación histórica, así como a los colaboradores gráficos de Islapasión y La Mirada Cofrade.

 

Artículo Relacionado en este

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com