UNA POSIBLE OBRA DE FRANCISCO CAMACHO DE MENDOZA
EN EL PUERTO DE SANTA MARÍA (CÁDIZ)

José Manuel Moreno Arana


 

 

A partir de dos obras documentadas: el retablo de Ánimas de la Iglesia de San Lucas de Jerez de la Frontera y el San José de la Parroquia de la O de Rota, se han elaborado diversas atribuciones al escultor y arquitecto de retablos jerezano Francisco Camacho de Mendoza (1680-1757). Teniendo en cuenta estas obras, podríamos intentar establecer las características principales del estilo de Camacho.

El San José roteño muestra un rostro ovalado; nariz recta y cejas finas; boca de labios poco carnosos, con la dentadura superior tallada y mostrando el surco nasolabial marcado y despejado, y rehundimiento debajo del labio inferior. La barba es bífida, con el detalle singular del pelo peinado hacia delante bajo las mejillas.

Este modelo físico lo vemos repetido, con leves variantes, en otras tallas atribuidas, como son los casos de Jesús del Prendimiento de Jerez de la Frontera, el Santo Domingo de Sanlúcar de Barrameda, Cristo y San Francisco en el relieve de Ánimas de la Catedral de Jerez de la Frontera, el Cristo de la Columna de Alcalá de los Gazules o en la inédita imagen que seguidamente trataremos.  El tratamiento del cabello es dinámico y de formas abocetadas, recordando el estilo del escultor flamenco José de Arce, aunque con mayor detallismo en su talla.

La búsqueda de la asimetría lleva a Francisco Camacho de Mendoza a colocar a veces un gran y rizado mechón sobre uno de los hombros, algo que podemos ver en la talla jerezana de Jesús del Prendimiento, en el San Miguel del retablo de la iglesia jerezana del mismo nombre, en una de las ánimas del retablo catedralicio de Jerez de la Frontera o en la talla que cierra este artículo. En otros casos, como muestra la figura infantil de Rota, la frente aparece orlada por una sucesión de varios mechones, gruesos y desiguales, al igual que ocurre con el San Vicente Ferrer, el Santo Domingo o en algunas ánimas de la Catedral jerezana.

Los rostros del Niño Jesús de Rota o los de la Virgen y el ángel central de las Ánimas de San Lucas (Jerez de la Frontera) permiten observar un modelo femenino que vemos repetido en sus dos Dolorosas jerezanas (la Virgen de los Remedios y la Virgen de la Amargura) y en la figura del San Miguel del relieve de Ánimas de la parroquia jerezana del arcángel. Encontramos así rasgos cercanos a los vistos para las figuras masculinas, aunque de líneas más curvas y mórbidas, destacando unos grandes ojos y una barbilla prominente y redondeada que suele llevar un característico hoyuelo. Las manos del San José poseen un excelente acabado. Su modelado suave, cuidada anatomía y expresivos dedos recuerdan a sus mejores piezas atribuidas, como Jesús del Prendimiento o el San Vicente Ferrer, ambas en Jerez de la Frontera. Por último, en las tallas destinadas a procesionar en Semana Santa suele acentuar el gesto de dolor mediante un peculiar entrecejo fruncido.

 

 

Partiendo de esta base, proponemos una posible realización de Camacho de Mendoza. Es una talla que había pasado desapercibida hasta ahora, pero consideramos muy ligada a su obra, documentada y atribuida: el San José de la iglesia de las Concepcionistas de El Puerto de Santa María, conservado hoy dentro del coro bajo (1).

Se nos muestra al santo con el Niño en los brazos, lo cual supone un importante cambio frente a la actitud itinerante del San José roteño. Así, al Niño, en este caso, se le representa con menor edad, desnudo y en ademán de bendecir. Del mismo modo, la composición es más dinámica por el sinuoso movimiento del manto y la expresión del padre, menos grave, de mirada más dulce y melancólica.

Sin embargo, es precisamente la cabeza la que nos remite a la talla de Rota y a diferentes imágenes atribuidas, especialmente al titular de la cofradía jerezana del Prendimiento. Ello es palpable en los rasgos faciales, la talla de la barba y la distribución del cabello. El modelado y expresión de las manos, especialmente la izquierda, que sostiene la vara florida, está también en la línea del maestro.

Por un inventario realizado con motivo de la Desamortización de 1836 sabemos que se veneraba por aquella época en el convento, en un retablo dorado propiedad de la "Casa de Barrios" (2), familia encabezada por el cargador de Indias Jacinto José de Barrios, muy ligada a la construcción del templo, inaugurado en 1728 (3).

Quizás en torno a esta fecha, cercana cronológicamente a las de las anteriores obras que hemos ido citando, deba situarse la ejecución de este espléndido e ignorado grupo escultórico, venerado por las Madres Concepcionistas en su convento de El Puerto de Santa María.


BIBLIOGRAFÍA

(1) Nuestro más sincero agradecimiento a la comunidad de Madres Concepcionistas por habernos permitido acceder a esta zona y al historiador Francisco González Luque por su mediación.

(2) Archivo Histórico Provincial de Cádiz, Desamortización, caja 1239, legajo 11, f. s/n.

(3) La fecha de la inauguración aparece en: SANCHO MAYI, Hipólito: Historia del Puerto de Santa María desde su incorporación a los dominios cristianos en 1259 hasta el año mil ochocientos. Cádiz, 1943. p. 524. Un historiador de la época nos informa que la iglesia se bendijo en 1732 (RUIZ DE CORTÁZAR, Anselmo José: Puerto de Santa María ilustrado y compendio historial de sus antigüedades (1764). Ayuntamiento de El Puerto de Santa María, El Puerto de Santa María, 1997, p. 440. Sobre la familia Barrios: IGLESIAS RODRÍGUEZ, Juan José: Una ciudad mercantil en el siglo XVIII: El Puerto de Santa María. Sevilla, 1991, pp. 379 y 451.

 

 

Nota de La Hornacina: José Manuel Moreno Arana es Licenciado en Historia del Arte.
Este artículo es un extracto de la revisión del magnífico estudio "Sobre el imaginero Francisco
Camacho de Mendoza", publicado en
Revista de Historia de Jerez, nº 14-15, 2009, pp. 353-364.

 

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