MARÍA SANTÍSIMA DE LA O (SEVILLA). LA IMAGEN
Jesús Abades
La Dolorosa es titular de la Pontificia, Real e Ilustre Archicofradía del Santísimo Sacramento, Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la O, establecida canónicamente en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la O, en la Calle Castilla (Triana), y fundada en torno al año 1560, aunque sus primeras reglas datan del año 1566. Su estación de penitencia tiene lugar en la tarde-noche del Viernes Santo sevillano.
La imagen, de candelero para vestir, es una
de las creaciones más populares del imaginero sevillano Antonio Castillo
Lastrucci (1882/1967), quien cobró por su trabajo la cantidad de 2.000 pesetas.
Fue realizada entre los años 1936 y 1937, empleándose madera de cedro en su
ejecución, y presenta los peculiares rasgos de las efigies del autor,
aunque por su modelado se intuye que Lastrucci pudo tomar como punto de partida
la efigie primitiva, destrozada en 1936 y de la que hablaremos posteriormente.
La Virgen de la O, que ocupa la presidencia
del templo trianero desde el año 1961,
presenta una postura erguida, con las manos extendidas a
la altura de la cintura, la cabeza en posición frontal y la mirada levemente
dirigida hacia el lado derecho. Como aditamentos postizos, posee ojos negros de
vidrio, pestañas superiores de pelo natural, cinco lágrimas de cristal -dos
surcando la mejilla izquierda y tres en la derecha- y peluca de oscuros
cabellos, peinada con raya al medio. Mide 162 cm de altura.
El juvenil semblante de la Señora expresa un resignado
dolor. Muestra las cejas finas y levantadas, denotando aflicción y formando un
marcado entrecejo en forma de uve. Los párpados se encuentran hinchados por el
llanto, la nariz es recta y alargada, los pómulos aparecen enrojecidos como
consecuencia de la angustia que padece, y los finos y picudos labios,
entreabiertos en señal de diálogo, dejan ver tallada la corona dentaria
superior. El mentón, limpio y pronunciado, da paso a un cuello esbelto, con la
zona escapular suavemente anatomizada.
Como apuntamos anteriormente, esta pieza sustituye a una anterior, de gran calidad y similares características, que resultó gravemente dañada en los disturbios de la Guerra Civil, perdiendo la nariz, las manos, parte de la mejilla izquierda y los ojos, que fueron arrancados de la mascarilla a puñaladas. Gracias a las investigaciones realizadas por los historiadores Francisco Infante de Cos y Federico García de la Concha Delgado, sabemos que fue encargada al célebre escultor Pedro Roldán, autor del Nazareno de la corporación, por 150 reales en el año 1667, corriendo a cargo de la policromía el pintor Miguel Parrilla, quien también aplicó la original del titular cristífero (1).
La talla roldanesca, restaurada en 1882 por Manuel Gutiérrez Reyes, tuvo a su vez uno o varios precedentes procesionales, tal y como se desprende de los archivos de la cofradía: según el Libro de Cuentas de 1614, se pagan a Francisco Nieto 680 maravedíes "por un rostro de pasión que compró para la ymagen de la procesión de disciplina"; en 1632, según también el Libro de Cuentas de dicho año, se le abonan 22 reales a Luis de Lara "por la cabeza de la imagen de pasión", y en el Libro de Cuentas de 1650, figura un nuevo pago de 12 reales a dicho artífice por "retocar el rostro y manos de la Madre de Dios". En todo caso, hasta 1701, fecha en que se termina la construcción del templo, no se construye un altar propio para la imagen Dolorosa de la Cofradía, la cual solamente salía a la luz pública para la procesión, quedando guardada el resto del año en un cajón de cedro. En 1826, coincidiendo con la construcción de un retablo nuevo, se exhibe por primera vez la talla en su iglesia con un candelero completo, figurando hasta entonces como una pieza de medio busto (2).
Pese a que, a finales de los años 50, el imaginero sevillano Juan Abascal Fuentes afirmase la posibilidad de una recuperación de la Dolorosa de Roldán basándose en las fotografías anteriores a 1936 que que se conservan de la misma, no fue hasta el año 2003 cuando José Manuel Cosano, hermano de la cofradía que también interviniera el simulacro de Gloria, procedió a restaurarla, reintegrando los elementos perdidos durante la agresión.
Volviendo al simulacro actual de Lastrucci, éste ha sido restaurado por Cosano, Antonio Dubé de Luque y Juan Manuel Miñarro López. A su llegada al taller de Miñarro, en el año 2004, la Virgen presentaba notables repintes en la nariz y zona central de las mejillas, habiendo incluso adquirido tonos verdosos alrededor de las comisuras de los labios; la policromía del mentón, sin embargo, se encontraba en condiciones bastante buenas. Para la limpieza y posterior rescate de los tonos originales se emplearon palillos de boj, pues tanto la fragilidad de los materiales, propia de la precariedad de la posguerra, como el estado en que se encontraba el color impedían el uso del bisturí. Durante la intervención se advirtió que la talla de la Dolorosa se encuentra intacta, salvo las aletas de la nariz, que habían sido retalladas para afinarlas, posiblemente, en opinión del restaurador, por el propio Lastrucci.
El paso de palio de María Santísima de la O cuenta con interesantes piezas bordadas, destacando el manto diseñado por Juan Manuel Rodríguez Ojeda y confeccionado en hilo de oro sobre terciopelo burdeos por Guillermo Carrasquilla en 1939. Fue pasado y restaurado por Artesanía Santa Bárbara en 1992. Los bordados del palio han sido realizado por diversos autores, empleando el mismo color y materiales: los del exterior de la bambalina delantera son del taller La Esperanza (1957), y los del techo y exterior de las bambalinas trasera y laterales son del Convento de Santa Isabel (1967-73), siguiendo en todos los casos un diseño de José Guillermo Carrasquilla (1957), hijo del bordador del manto. Respecto a los bordados de las bambalinas interiores, diseñados por Carmelo Martín Cartaya (1995), corresponden la frontal y la trasera a Artesanía Santa Bárbara (1995), y las laterales a Fernández y Enríquez (2003). En cuanto a la orfebrería, también corrieron a cargo de diversos artífices la ejecución de piezas como la peana, obra de Seco Imberg; los candelabros de cola, cincelados por Contreras; los respiraderos y los varales, labrados por Bautista Lozano, o la candelería, realizada por Manuel de los Ríos.
La corona que lucirá la Virgen con motivo del Pontifical de Coronación Canónica, que tendrá lugar el próximo 2 de Junio en la Plaza del Altozano de Triana, a las 20:00 horas, ha sido diseñada y cincelada en oro de ley de 22 kilates por el veterano orfebre Juan Borrero Campos.
BIBLIOGRAFÍA
(1) GARCÍA DE LA CONCHA DELGADO, Federico. Pontificia, Real e Ilustre Archicofradía del Santísimo Sacramento, Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la O, en volumen I de Nazarenos de Sevilla, Sevilla, Tartessos, 1997.
(2) Archivo de la Hermandad de la O.
www.lahornacina.com