CURIOSIDADES... SAN JUAN BAUTISTA

UN SAN JUAN BAUTISTA ATRIBUIBLE AL ESCULTOR ALONSO MARTÍNEZ
PRESIDE TEMPORALMENTE EL RETABLO MAYOR DE LA CATEDRAL DE BADAJOZ

24/06/2022

Se trata de una imagen inédita hasta ahora, pues la talla que habitualmente preside este retablo, atribuida al escultor asturiano Juan Alonso Villabrille y Ron (1717), se encuentra en la ciudad de Plasencia (Cáceres), formando parte de la exposición Transitus organizada por la Fundación "Las Edades del Hombre".

El escultor Alonso o Alfonso Martín o Martínez, nació en 1612 en la localidad de Villaeles de Valdavia (Palencia). Era un dato descubierto por Francisco Espinosa de los Monteros y Marisa Franco Herrero (1), trasladándose posteriormente a Cádiz y más tarde a Sevilla. De su escasa obra documentada, entre otras, se encuentra el Cristo de las Tres Caídas de la parroquia de San Isidoro de Sevilla, realizado en 1668 (2).

Fátima Halcón, en su interesante trabajo publicado en 2007 (3), atribuye a Alfonso Martínez las tres esculturas de san Pedro, san Pablo, la Inmaculada Concepción y el relieve de Dios Padre, hoy muy repintadas, del retablo de la capilla del Sagrario de la Catedral de Badajoz. El retablo se contrató con Blas de Escobar, vecino de Zafra, en 1666. En la Colegiata de Zafra (Badajoz) ya realizaron algunas obras Alonso Martínez y José de Arce, cuyo retablo mayor es obra de Blas de Escobar. Las tallas de Badajoz capital pueden ser las que aparecen en el inventario tras la muerte del escultor, fechado el 3 de enero de 1669. Yo ya sospechaba desde hacía mucho tiempo que no eran obras de Blas de Escobar, que era tallista y no escultor de obras de bulto exentas, al menos conocidas. Fátima cita también que estas obras debieron ser de las últimas que realizó el artista antes de su muerte en Sevilla el 26 de diciembre de 1668. La autora desconocía que el titular de la catedral, y que presidía este retablo, se conserva todavía, en concreto en el Museo de la Catedral de Badajoz. Es una obra bastante segura de Alfonso Martínez, pues guarda analogías con las otras que todavía se conservan en la catedral pacense.

Blas de Escobar, al que se le atribuye su nacimiento en Sevilla, dato todavía no comprobado -quizás nació en Salamanca-, falleció en Zafra el 17 de julio de 1670. Escobar realizó el retablo mayor del convento de Santa Ana de Montilla (Córdoba), contratado el 4 de mayo de 1652 (4). Sus magníficas imágenes exentas son obra del escultor sevillano Pedro Roldán. Curiosamente se indicaba en la sexta cláusula del contrato que el maestro escultor que haría las imágenes del retablo sería "Alfonso Martínez o Pedro Roldán, u otro si lo hubiere más primoroso" (5). Digamos que eran los escultores de más prestigio de la época junto al flamenco José de Arce, del que los dos primeros tomaron influencias.

Fátima Halcón cita que, de ese inventario de Alfonso Martínez, se desprende que Blas de Escobar le debía 2.000 reales por la hechura de unos santos que le hizo, aunque no especifica cuáles eran. Seguramente se trata de las obras badajocenses, no de ninguna para Zafra.

El 20 de septiembre de 1664 se firmaban las condiciones del retablo mayor de la Catedral de Badajoz, que se adaptaría al ábside primitivo, que era de tres lados. La obra comenzaría el 30 de septiembre, día de san Andrés, y se finalizaría el mismo día dentro de dos años. El importe fue algo elevado para un retablo más bien pequeño: 6.000 ducados. Como solía incluirse en las condiciones, "se haría a vista y satisfacción de maestros del arte". El retablo se haría en blanco (sin dorar), la primera paga de dos mil ducados, la segunda de otros dos mil ducados, a mitad de la obra, ya asentado el primer cuerpo del retablo, y la tercera con los dos mil ducados restantes. Llevaría doce columnas entorchadas en arpón, todo en buena madera de pino de Castilla, seca y de satisfacción, con diez imágenes de bulto. Estas se harían en madera de cedro. En el remate llevaría al Padre Eterno con un Santo Cristo en las manos (actualmente lleva la bola del mundo). A los lados del sagrario figurarían las imágenes de santa Teresa de Jesús (ya no se conserva) y san Atón, obispo de Pistoya, supuestamente natural de Badajoz (que tampoco se conserva). Puede tratarse de la talla que se encuentra en la capilla de San Benito o de la Soledad del claustro (6), aunque no tiene el mismo estilo que las obras de Alonso Martínez. En el centro del primer cuerpo a san Juan Bautista, patrón de la catedral y de la diócesis. A los lados de este último se colocarían a san Jerónimo y a san Pedro Nolasco que, o bien no se conservan o no llegaron a realizarse, pues no hay espacio para ellas. En el segundo cuerpo y nicho central a la Inmaculada Concepción. A cada lado de esta, los apóstoles Pedro y Pablo, tal y como hoy se encuentran.

Una vez acabado el retablo, el 15 de noviembre de 1666, el entonces obispo de Badajoz, fray Jerónimo Rodríguez de Valderas, vicario general del Ejército de Extremadura, nos recordaba los motivos del encargo:

Deseando que la Santa Iglesia Catedral de esta ciudad y el culto divino que en ella se celebra, sea con toda veneración y aumento ha procurado que en ella se haga un retablo en la capilla mayor. Está ajustado el que lo haga Blas de Escobar, escultor, vecino de la villa de Zafra, según la planta y en la forma que se le ha señalado (...). Y por cuenta del dicho Blas de Escobar ha de ser el venir con sus oficiales desde la villa de Zafra a poner dicho retablo, con tanta seguridad y firmeza y recorridas y aderezadas cualesquiera quiebras que puedan traer en el camino (...).