UNA TALLA ROLDANESCA EN BOLLULLOS PAR DEL CONDADO (HUELVA)

Juan Ignacio Pérez Díaz y Jesús Abades (17/10/2013)


 

 

Madrugada del Viernes Santo. Algo más temprano de la hora en que lo hace actualmente, procesionaba en el municipio onubense de Bollullos Par del Condado la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Salían en primer lugar, y sin acompañamiento de nazarenos, los pequeños pasitos de San Juan y la Santa Mujer Verónica, por este orden. Unas pocas parejas de nazarenos precedían el paso del Señor ayudado por el Cirineo; esta última una imagen de talla completa. El pequeño paso portaba la imagen del Nazareno, al que todavía los más viejos seguían llamando el "Cristo de los Millaeros" (degeneración del término "Humilladeros"), y que gozaba de una gran devoción en la localidad. Sus nazarenos vestían túnicas moradas de cola, siendo iguales a las actuales de la Dolorosa, cuya advocación es María Santísima del Pasmo. Todos ellos llevaban las colas rizadas, elegantemente cogidas al brazo. El paso de la Virgen del Pasmo, muy hermosa según recogen todos los testimonios orales de la época, llevaba música; el Nazareno, sin embargo, procesionaba en riguroso silencio.

Llegada la cofradía a la Plaza de la Iglesia, se deshacía el cortejo para representar un hermoso acto, ya desaparecido, último vestigio del Teatro de los Misterios medieval. El llamado "Sermón de la Plaza" era dirigido desde el balcón de la fonda de Pepa Boza por el "Cuaresmal", un fraile que permanecía toda la Cuaresma en el pueblo, predicando los cultos de todas las cofradías. Los pasos, separados y colocados en los extremos de la Plaza, seguían con sus movimientos las indicaciones del "Cuaresmal", que sobrecogía a los asistentes con el dramático relato del encuentro del Nazareno con María en la Calle de la Amargura. Acabado el acto, la cofradía volvía a organizarse, siguiendo su recorrido habitual. Tras atravesar la Plaza, entraba en la Capilla antes de las 10, pues a esa hora empezaban los Oficios del Viernes Santo en la Parroquia.

 

 

La fotografía superior, tomada en alto desde el porche del Ayuntamiento de Bollullos Par del Condado, recoge el momento en que la Santa Mujer Verónica simulaba limpiar el rostro de Jesús: un nazareno con su vara acercaba el paño al rostro de la imagen del Nazareno.

Tras la Guerra Civil, y seguramente debido a motivos económicos, solo se reponen las imágenes del Señor y la Dolorosa, perdiéndose para siempre la ceremonia del Sermón de la Plaza. Ambas obras son del escultor sevillano Antonio Castillo Lastrucci (labradas en 1937 y 1938, respectivamente); si bien, según estudios del profesor Manuel Jesús Carrasco Terriza, basándose en testimonios de Juan Garrido Escobar, el Nazareno fue tallado en madera por el escultor granadino Rafael Barbero Medina (el cual dejó una marca en la imagen mientras cursaba tales trabajos) siguiendo el modelo de escayola labrado por su maestro Castillo Lastrucci.

Todas las imágenes de la Hermandad fueron destrozadas en el asalto a la Capilla de Nuestro Padre Jesús por parte de los revolucionarios de izquierdas, en la mañana del 19 de julio de 1936. Con especial saña, cuentan los testigos, fue destruida a hachazos la imagen del Señor, con cuya cabeza jugaron a la pelota los milicianos.

Por fortuna, pudieron salvarse el retablo del Nazareno y la pequeña talla roldanesca de San José que figuraba al lado derecho del mismo (imágenes inferiores). Los historiadores Carrasco Terriza y Juan Miguel González Gómez consideran que el retablo es una notable obra concebida a modo de arco triunfal, fechable en el último cuarto del siglo XVII, del entorno de Bernardo Simón y Pineda e inspirada en el retablo mayor del sevillano Hospital de la Caridad. Pudo pertenecer originalmente al Convento de San Juan de Morañina (sede de la Orden Tercera de Franciscanos entre 1400 y 1835), en estado ruinoso en la actualidad, que hubo en la zona y que posiblemente, con la Desamortización de Mendizábal, pasara en el siglo XIX a la capilla (ver enlace).

 

 

Desde el año 2001 hemos relacionado la desaparecida imagen del Nazareno de Bollullos Par del Condado con el taller del escultor sevillano Pedro Roldán (1624-1699), cuya última etapa artística (1685-1699) se caracteriza por la intensa intervención en los encargos de los miembros de su obrador. Su antiguo amigo, el citado Bernardo Simón de Pineda, le requirió para algunas obras en diferentes retablos, pero fueron sus últimas realizaciones conjuntas; después de 1690 se estrechan los lazos de trabajo entre Cristóbal de Guadix y los Roldán.

Tras la muerte del maestro, su hijo Marcelino se hizo cargo del taller paterno hasta la disolución del mismo en el año 1709. Cinco años antes, en la manda testamentaria de Juan Garrido, se hace mención al altar del "Santo Cristo del Humilladero", nombre con el que era conocida la actual Capilla de Nuestro Padre Jesús, pues a ella acudían en humillaciones penitenciales los disciplinantes de cilicio y flagelo los días de la Semana Santa. Sin embargo, es en el testamento de Inés Sánchez, fechado el 8 de diciembre de 1735, donde encontramos los primeros datos importantes sobre esta entonces ermita: "uno de los dos millares de Viña Majuelo que me ttoca de dho sittio de los Quadrejones con el cargo del ttributto que le corresponde lo dejo y mando a nro Padre Jesús de Nasareno que sea de colocar en su hermitta que se esttá labrando en la calle del Castillo".

En los años finales de Pedro Roldán, Cristóbal de Guadix es su asiduo ensamblador de retablos, y fallecido el escultor continuó solicitando esculturas de su taller, en las que intervenían su hijo Marcelino y sus yernos Matías Brunenque y José Felipe Duque Cornejo. Otro discípulo del maestro fue un nieto que también gozó de gran celebridad: Pedro Duque Cornejo (1677-1757), con cuyo estilo el historiador hispalense José Carlos Pérez Morales ha puesto en contacto recientemente el Nazareno de Bollullos Par del Condado; al igual que nosotros, con las prudentes reservas que entraña siempre el conocimiento por fotografías antiguas.

El Nazareno de Bollullos muestra tanto las maneras dinámicas y teatrales como la técnica suelta y claroscurista propias del maestro, quien las heredó del flamenco José de Arce hasta el punto de que el arte roldanesco, en líneas generales, puede definirse como una libre interpretación del estilo de Arce. Ese barroquismo sería exacerbado por Duque Cornejo, quien buscaría las rebuscadas composiciones y el gran movimiento de cuerpos y ropajes para dar lugar a una de las últimas grandes manifestaciones del barroco sevillano.

 

 

 

Nota de La Hornacina: Juan Ignacio Pérez Díaz es Licenciado en Geografía e Historia.

 

FUENTES: PÉREZ DÍAZ, Juan Ignacio. Las Hermandades de Bollullos en la República y la Guerra Civil. La Hermandad de Jesús, conferencia pronunciada el 27 de enero de 2012 en la Capilla de Nuestro Padre Jesús; BERNALES BALLESTEROS, Jorge. "Pedro Roldán. Maestro de Escultura (1624-1699)", nº 2 de la colección Arte Hispalense, Sevilla, 1973, pp. 38-39; www.hermandaddelamadruga.org

 

Fotografías del San José de Santiago Rodríguez López

 

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