Y en cuanto a la decoración y exorno de los ropajes, en la que ha colaborado el pintor sevillano Manuel Peña Suárez (ver enlace) en todo momento se ha buscado primero la armonía en los colores elegidos, siempre muy apagados, buscando también el juego entre las diferentes texturas. Así, se ha resaltado la cenefa, barroca pero con toques renacentistas italianos, ya que la figura principal son los "puttis" o querubines repartidos por toda ella, al igual que el velo que imita un lamé y la túnica que se inspira en las sedas venecianas, con un diseño simétrico que se enlaza a través de pequeñas guirnaldas florales inspiradas en frescos pompeyanos, las cuales conforman un dibujo romboide geométrico.

Se ha buscado la prioridad de exorno en toda la imagen de la Virgen del Socorro, dando la mayor importancia a la ancha cenefa del manto que contrasta en colorido con el color oscuro y monocromo del resto de la pieza y con la veladura nacarada de sus vueltas.

Las policromías, realizadas a través de veladuras muy inspiradas en las policromías renacentistas, son muy básicas de acabado pero muy efectistas en su resultado general.