La Parroquia de Nuestra Señora del Reposo de Valverde del Camino (Huelva), original de la segunda mitad del siglo XVI con reformas realizadas entre 1760 y 1771 por los daños causados durante el Terremoto de Lisboa, es uno de los templos que han sido elegidos para su rehabilitación por el proyecto Andalucía Barroca 2007. De este modo, el exterior de la iglesia está siendo reparado para consolidar y recuperar sus pinturas, grafías, revestimientos, morteros de cal, linternas, cubiertas y los característicos azulejos que lo adornan.

El interior del monumental templo, lamentablemente, fue pasto de las llamas en 1936, perdiendo la totalidad de su patrimonio mueble salvo contadas excepciones, caso de una imagen dieciochesca de la Virgen del Pilar, labrada en plata, y el singular retablo mayor, que logró salvarse por estar realizado en mampostería, aunque perdió las pinturas y esculturas que lo decoraban. Dicho retablo fue encargado al pintor, escultor y bordador Pablo Legot en 1630, aunque recientes investigaciones apuntan a que, probablemente, el artista subcontrató la obra, al menos en lo que concierne a la hechura del retablo.

De entre las tallas pasionistas del templo que desaparecieron en los disturbios de la Guerra Civil, recordamos por su especial calidad artística la imagen de vestir de la Virgen de los Dolores. Dicha efigie fue traída a Valverde del Camino por el sacerdote Pedro Lorenzo Ramírez, consagrado en 1705, para presidir la llamada Ermita del Mayor Dolor, la cual fue reedificada por sus padres. Al final, la imagen fue llevada a la parroquia a principios del siglo XIX al arruinarse la ermita que presidía.

No existe constancia documental sobre la autoría de la Virgen de los Dolores, aunque consideramos la posibilidad de que la gubiara el escultor e imaginero sevillano Benito de Hita y Castillo (1714-1783), dadas las notables semejanzas que presenta con otras de sus hechuras sobre la iconografía, caso de la Virgen de los Dolores, Patrona de Aroche (Huelva), la Virgen de los Dolores de Icod de los Vinos (Tenerife) o la tristemente desaparecida Virgen de los Dolores, de la popular Cofradía del Nazareno de Cádiz.

Sea o no obra de Hita, cuyo estilo bebe del estudiado preciosismo del maestro Pedro Duque Cornejo y Roldán, se trataba de una exquisita Dolorosa provista de afilados rasgos, fruncido entrecejo, cabeza inclinada hacia la derecha y manos entrecruzadas en señal de oración, caracteres todos ellos comunes a la producción del escultor del Setecientos. Tras la contienda, fue reemplazada por una imagen de Manuel Pineda Calderón, cuyos rasgos parecen estar inspirados en la primitiva, aunque presente las manos extendidas.

También tenían interés las imágenes del Cristo Crucificado de la Buena Muerte, la Dolorosa de la Amargura y un San Juan Evangelista, estas dos últimas de vestir. Todas ellas formaban un Stabat Mater de carácter procesional, popularmente conocido en la villa como el Misterio de las Tres Imágenes. Las tres obras, igualmente destruidas en los sucesos del año 1936, fueron traídas al municipio onubense por el sacerdote José Manuel Vizcaíno desde la sevillana Iglesia de San Miguel, con motivo de su demolición en 1868. 

El Crucificado de la Buena Muerte y fechable a nuestro juicio en torno a 1600, fue sustituido por una talla de Enrique Pérez Comendador. Afortunadamente, las ricas prendas bordadas en oro de la Virgen de la Amargura y San Juan pudieron salvarse de la destrucción de 1936 por estar guardadas en los domicilios de sus camaristas. Se trata de un importante conjunto realizado en Sevilla por las hermanas Ana y Josefa Antúnez entre 1879 y 1884, que comprende la saya y el manto de la Virgen y la túnica y el mantolín para el Discípulo Amado. Un San Juan de Antonio Castillo Lastrucci y una Dolorosa del siglo XIX venerada en el hospital y remodelada para la ocasión por dicho imaginero sevillano, fueron las imágenes que sustituyeron a las anteriores tras los disturbios. 

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