COR IESU
Juan Manuel Moreno Orta y Juan Bautista Quintero Cartes (22/03/2019)
Corazón de Jesús Enrique Orce |
Corazón de Jesús Rafael Barbero Medina |
Introducción El centenario de la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús, realizado por el rey Alfonso XIII en El Cerro de los Ángeles, centro geográfico del país, el 30 de mayo de 1919, así como el cincuentenario de la consagración del Seminario Diocesano de Huelva a dicha advocación en 1969, ofrecen la ocasión para conmemorar ambos acontecimientos a través de la muestra Cor Iesu. El Corazón de Jesús en la diócesis de Huelva, que se puede visitar en el Monasterio de Santa Clara de Moguer (Plaza de las Monjas 1, Moguer, Huelva) hasta el próximo 20 de abril en horario de 10:30 a 12:30 y de 16:30 a 18:30 horas (martes a sábado, domingo solo mañanas). Desde los testimonios que aporta el patrimonio artístico y cultural, este evento constituye, según sus comisarios Juan Manuel Moreno Orta y Juan Bautista Quintero Cartes, una reflexión, en forma de exposición, de la importancia de la devoción al Corazón de Jesús en tierras onubenses. |
Crucificado de la sacristía (detalle) Anónimo sevillano |
Pie de pila bautismal Anónimo |
Parte 1. El costado abierto de Cristo No es nueva la devoción al Corazón de Cristo; al menos no en su profundidad teológica, esbozada en el Antiguo Testamento, plenificada en el Nuevo Testamento, y explicada con belleza y acierto por los padres y escritores eclesiásticos, de los que se hace eco el magisterio. Por eso, el primer apartado de la exposición Cor Iesu. El Corazón de Jesús en la diócesis de Huelva se detiene en la contemplación del costado abierto de Cristo, traspasado por la lanza en el Calvario, y del que salió sangre y agua según el evangelio de Juan. La "Homilía a los bautizados" de San Juan Crisóstomo, nos dice que primero salió agua y luego sangre porque los cristianos primero son lavados por el bautismo y después se les otorga la gracia del sacramento santísimo. El bautismo (agua), introduce al cristiano en la Iglesia. Por su parte, la sangre simboliza la Eucaristía, en la que se contiene su bien más preciado: el cuerpo y la sangre de Cristo. Jesús entregó su vida y derramó su sangre que nos da a beber, simbolizado en el pelícano que alimenta a sus polluelos con su propia sangre. Los cálices, los ostensorios y los portaviáticos son unos vasos sagrados que aluden a tres aspectos de la Eucaristía: sacramento-sacrificio, sacramento-banquete y sacramento-presencia permanente. Estas piezas, junto con los sagrarios en los que aparece el Corazón de Jesús, vienen a representar la unión de dicha devoción con la Eucaristía. La sangre y el agua que brotan del costado, y el mismo costado abierto nos hablan de los misterios de la Encarnación y de la Redención, de cómo Cristo lava, purifica e introduce en el misterio de su amor. |
Corazón de Jesús Niño Emilio Pizarro de la Cruz |
Santa Margarita María de Alacoque José Alarcón Santacruz |
Parte 2. He aquí el corazón que tanto ha amado La devoción al Sagrado Corazón de Jesús se ha desarrollado en la historia de la Iglesia, ya sea en las obras, reflexiones y experiencias místicas de santos y santas del medievo: San Buenaventura, Santa Gertrudis la Magna, Santa Catalina de Siena... o concretándose en el siglo XVII, a partir de las obras de San Juan Eudes y de las revelaciones privadas de Santa Margarita María de Alacoque y del Beato Bernardo de Hoyos. Se exponen variadas muestras de la iconografía, siguiendo más o menos un orden temático y cronológico. Las revelaciones de Jesús a Margarita María de Alacoque son la raíz de la moderna devoción al Deífico Corazón. Estas revelaciones generan la necesidad de reparación y expiación del Amor no amado, de la que brota una fuerte corriente espiritual de devoción al Corazón de Jesús que se desarrolla entre los siglos XVII y XX. Los primeros ejemplares de la iconografía corazonista representan el Corazón cercado de espinas y llameante de amor, sin la imagen de Jesús. Singulares en la iconografía corazonista son las esculturas del Corazón de Jesús Niño, asumiendo el papel de conductor de almas. Las representaciones de Jesús cardiófano lo presentan mostrando su Corazón en el pecho. Otro tema iconográfico lo tenemos en el Cristo cardióforo, mostrando el Corazón en su mano, basado en la pintura de Pompeo Batoni para la iglesia del Gesú, de Roma. Otra revelación privada del siglo XVIII es la del Beato Bernardo de Hoyos, en Valladolid, en la que Jesús promete ser más venerado en España y en su imperio que en parte alguna del mundo. Impulsada por la festividad de Cristo Rey, instaurada por Pío XI en 1925, en la iconografía corazonista es peculiar la representación de Jesús mostrando su Corazón sentado en un trono, con los atributos de la realeza. Por último, la importancia del culto litúrgico al Sagrado Corazón viene señalado por algunos ornamentos con representaciones del mismo: tres casullas, dos de ellas pintadas hacia el año 1906, y otra bordada (primera mitad del siglo XX), así como una palia (siglo XIX) del templo parroquial de San Juan del Puerto. |
Corazón de Jesús Sebastián Santos Rojas |
Corazón de Jesús Sebastián Santos Rojas |
Parte 3. Venga tu reino El culto al Corazón de Jesús está basado en la consagración. Durante todo el siglo XIX se desarrolla el culto al Corazón de Cristo en asociaciones, hermandades e instituciones, que surgen hasta nuestros días. De ellas se exponen estandartes, bordados, túnicas, escapularios... Por su parte, la devoción doméstica y privada se muestra en escapularios, detentes, medallas, placas, novenas... Hasta una cruz de mayo de propiedad particular, la llamada "Cruz de las Macías", de Moguer, está decorada con el emblema del Corazón de Jesús. La devoción al Corazón de Jesús se ha traducido en múltiples obras de piedad, de evangelización, de promoción de la caridad y de concreción de la doctrina social de la Iglesia. Valgan los ejemplos que ilustran la exposición: la labor del Beato Marcelo Spínola, muy devoto del Corazón de Cristo y que tanto tuvo que ver con el fomento de su culto en la archidiócesis hispalense, del que se expone una mitra con los Corazones de Jesús y María (siglo XIX) perteneciente al Monasterio de Santa Clara (Moguer); en el caso de Huelva, con todas las obras nacidas del apostolado de San Manuel González García y de su más estrecho colaborador, Manuel Siurot, se exponen, entre otras obras, la magnífica escultura del Corazón de Jesús encargada por el propio Siurot al escultor Sebastián Santos (1940) para las Escuelas del Sagrado Corazón de Huelva. Singular es el caso de la localidad onubense de Valverde del Camino, con el fomento de la devoción corazonista por parte de Jesús de Mora y la fundación de las Escuelas Vicentinas, donde se colocó uno de los primeros monumentos callejeros del Corazón de Jesús. Destacar también otro municipio onubense, Bollullos Par del Condado, con la labor desarrollada por el laico Francisco Pérez y Vacas y el monumento al Sagrado Corazón de Jesús levantado en conmemoración de la parcelación de las tierras de Remuñana, antigua dehesa, en el año 1927. Son obras nacidas de la devoción al Corazón de Jesús, que dan fe de lo profundo de la misma. De la contemplación del Corazón de Jesús nacieron numerosos monumentos públicos, como el que se levantó en La Palma del Condado, del que se expone la primitiva cabeza labrada por Antonio Pinto Soldán (1927), del templo parroquial de San Juan Bautista de dicha ciudad. Igualmente, una referencia al mejor monumento levantado en Huelva: un templo para gloria del Deífico Corazón, representado en los planos del templo que tiene dedicado en la capital onubense (Vicente Traver y Tomás, 1928), del Archivo Diocesano de Huelva. Cierra la exposición otro espléndido Corazón de Jesús de Sebastián Santos: el que preside el templo parroquial de la Asunción en Almonte, tallado en 1936. Una obra con la que se quiere hacer referencia al mensaje de amor y misericordia narrado por Mateo en su evangelio: "Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón" (Mt 11, 28-30). |
Corazón de Jesús Anónimo valenciano |
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