INTERVENCIÓN EN LA TABLA DE SAN ROQUE. CONVENTO DE SANTA CLARA (SEVILLA)
28/05/2015
Estado final |
Introducción La intervención efectuada por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) sobre la Tabla de San Roque procedente del convento hispalense de Santa Clara se ha desarrollado por encargo del Instituto de la Cultura y de las Artes de Sevilla (ICAS) en colaboración con Real Maestranza de Caballería de Sevilla. La obra, de gran valor histórico-artístico, pone de manifiesto la calidad de encargos de bienes muebles que atesoraban los edificios religiosos en la Sevilla del siglo XV. Por sus características morfológicas y estilísticas se puede relacionar con la escuela flamenca y la última etapa artística del afamado pintor neerlandés Hernando de Esturmio (Zierikzee, hacia 1515 - Sevilla, 1556), entre los años 1548 y 1556. |
Radiografía |
Estudio con luz ultravioleta |
Iconografía Es muy probable que la tabla proceda de la extinta y muy poco conocida Hermandad de Nuestra Señora de la Estrella y del Señor san Roque, establecida en su propia ermita o capilla, bajo la jurisdicción de la también desaparecida parroquia de san Juan de Acre, junto a la puerta de san Juan o de los Ingenios de Sevilla. La temática de la tabla se centra en la leyenda y el entorno de San Roque, un santo nacido en la ciudad francesa de Montpellier, cuya iconografía tiene su origen en el periodo que pasó apartado al contraer la peste y los elementos que lo caracterizan como la fuente, surgida para aplacar su sed, el perro que le traía pan o el ángel que curaba sus heridas, todos ellos compendiados en la tabla. El santo se ha representado como un peregrino, barbado, y lleva como atributos un sombrero, manto con esclavina, bordón, calabaza y zurrón; igualmente, es habitual recrearlo con la calza bajada para enseñar en el muslo de una de sus piernas el bubón de peste que propicia su retiro al bosque, que centra la composición. |
Estado inicial y final (detalle) |
Técnica La obra está pintada al óleo y realizada sobre un soporte de madera de roble y con telas enlenzada por toda la superficie. Los pigmentos que se utilizan en el cuadro son los habituales de la escuela flamenca, siendo más claros y luminosos en la escuela de los renacentistas flamencos del segundo tercio del siglo XVI, caracterizada por colores brillantes y de una gran calidad en los materiales empleados. El dibujo que emplea Esturmio en su obra, en general es muy marcado y conciso, tendente a precisar con nitidez los contornos. La perspectiva es una mezcla de la tradición de los primitivos flamencos de finales del siglo XV y la influencia de la escuela italiana rafaelista. Al fondo aparece un paisaje montañoso en tonos verdes y azulados con gran vegetación y unos edificios idealizados inspirados en grabados, mientras en la cercanía destaca como un manantial a la derecha del santo con elementos vegetales y animales, donde se aprecia una pequeña ave y varios caracoles. |
Estado inicial (detalle) |
Estucado (detalle) |
Estado de conservación El desarrollo de este proyecto ha estado dirigido hacia la estabilización y consolidación de los elementos degradados, eliminando numerosas intervenciones realizadas en épocas anteriores que dificultaban el correcto análisis estilístico de la obra. Esta intervención ha estado condicionada, además, por el gran formato y peso de la obra, por su fragilidad y características particulares de algunas de las piezas constitutivas y por las intervenciones antiguas a las que había sido sometida. En líneas generales el estado de conservación que presentaba esta tabla era pésimo. El deterioro se debía principalmente al proceso natural de envejecimiento y a los daños originados por las intervenciones antrópicas, así como a la afección biológica y microbiológica. El estado de conservación de la tabla guarda una estrecha relación con los daños presentes en el soporte, ya que éstos se hacen patentes en los estratos superpuestos al mismo. |
Limpieza (detalle) |
Intervención Los criterios aplicables al soporte han sido preferentemente de tipo conservativo, primando aquellos procesos que exigían una mínima intervención, respetando la configuración estructural original del soporte. Excepcionalmente, la actuación ha sido más intervencionista sobre aquellos problemas de conservación que presentaba el soporte, causados por uno de los principales agentes de destrucción de la madera, los insectos xilófagos, siendo incluso necesaria la sustitución de dos de los travesaños de refuerzo. El tratamiento sobre otros elementos de la obra como la capa de protección, estrato de preparación y capa pictórica, se ha abordado de una forma integral. Para ello se han tenido que acometer procesos de restauración en lo referente a las fases de fijación, limpieza, reposición y reintegración de estos estratos. Se diseña y realiza un nuevo sistema de enmarcado, que además de controlar los movimientos del soporte pictórico, contribuye a evitar futuros daños ocasionados por la manipulación de la obra. |
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