ESCULTURAS DEL VIA LUCIS MARIANO DE JEREZ DE LA FRONTERA 2013

Fotografías de Alfonso Vidán Díaz. Con información de Sergio Cabaco y Jesús Abades


 

 

La Inmaculada Concepción

La imagen de María Santísima de la Concepción Coronada es una talla moderna de Manuel Prieto Fernández (1959), restaurada posteriormente por José Guerra Carretero (1976). El escultor ha optado por un modelo de Dolorosa desfallecida por el llanto, de facciones aniñadas y sonrosadas carnaciones.

Fue coronada canónicamente en 2004, con motivo del centenario de la declaración por el papa Pío IX de la Inmaculada Concepción como Dogma de Fe. Procesiona el Viernes Santo junto al Cristo de la Exaltación, en la cofradía popularmente conocida como Las Viñas por la titular letífica del templo donde reside.

 

 

La Natividad de Nuestra Señora

El primer trabajo que realiza Antonio Eslava para Jerez de la Frontera fue la restauración de Nuestra Señora del Loreto en su Soledad, una Dolorosa del siglo XIX que desde siempre ha estado atribuida a Juan de Astorga. Esta talla se encontraba en la Parroquia de San Pedro bajo la advocación de Virgen de los Dolores. En 1951, con la organización de su cofradía, es cuando pasa a llamarse Nuestra Señora de Loreto.

En 1953 la imagen fue restaurada y retocada por el imaginero, quién rehízo el candelero y suprimió un saliente que tenía en la nuca. Al año siguiente, realizó su primera estación de penitencia en su paso de misterio con la cruz vacía con el Santo Sudario. En 1963 vuelve a intervenirla el imaginero de Carmona, creando un nuevo cuerpo a la imagen a modo de saya, pudiéndose decir que es de cuerpo entero y no de candelero.

(Con información de Antonio de la Rosa Mateos)

 

 

La Anunciación a María

Nuevamente se recrea un episodio mariano con una Dolorosa de tamaño natural (170 cm en este caso), María Santísima de la Salud y Esperanza; creación de Salvador Madroñal (1999) que inclina suavemente la cabeza y muestra un entrecejo muy fruncido por el dolor, recordando el famoso prototipo macareno. Los párpados, muy caídos, casi dejan ocultos los ojos, modelados en pasta vítrea. Las pestañas superiores son de pelo natural, mientras que las inferiores, al igual que las finas cejas, se hallan pinceladas en el material.

La Virgen, de cálidas carnaciones, lleva en su rostro tres lágrimas de cristal: dos corren por la mejilla derecha y una por la izquierda. La nariz es recta y estrecha, y la boca, abierta por los sollozos, permite ver claramente en su interior la lengua proyectada hacia adelante y ambas coronas dentarias, remitiendo todo ello a los prototipos astorguianos. El mentón, puntiagudo y tocado por un profundo hoyuelo, da paso a un cuello esbelto y moderadamente anatomizado. Respecto a sus manos, aparecen extendidas, llevando el rosario en la izquierda y un manípulo de encaje en la derecha. Es titular de la Cofradía de la Clemencia.

 

 

La Visita de la Virgen a Santa Isabel

Para ilustrar el relato de la Visitación se ha elegido la imagen de Nuestra Señora del Rosario que recibe culto en la capilla del colegio que lleva su nombre, más conocido como El Beaterio. Se trata de una talla completa realizada en el primer tercio del siglo XX en un obrador valenciano.

Como todas las piezas de dichos talleres, reproduce los gráciles modelos de los maestros levantinos del XVIII. Está dotada de cierta rigidez clasicista, si bien el suave movimiento de la toca y el manto que cruza en diagonal el frente atenúan algo la rectitud. Los amanerados rostros reflejan siempre dulzura y felicidad eterna.

(con información de Antonio de la Rosa Mateos y Enriqueta González Martínez)

 

 

Jesús nace en Belén

Según la tradición, la imagen de Nuestra Señora de la Consolación, co-patrona de la ciudad de Jerez, se apareció en el mar tras la Reconquista, en una barca abandonada durante una gran tempestad, siendo recogida por el capitán Domingo Adorno quien le improvisó un altar en su barco.

En sueños la propia Virgen le pidió que le llevase al convento de los dominicos, fundado por el rey Alfonso X el Sabio en el siglo XIII, para recibir allí culto como la Patrona de los Afligidos y los Navegantes. Desembarcada la imagen en El Puerto de Santa María, fue llevada a Jerez en una carreta tirada por bueyes.

En realidad se trata de una obra gótica de alabastro, labrada en el siglo XV, que se muestra a los fieles sobre una carreta de plata realizada por Manuel Márquez Rinarres (segunda mitad del siglo XVIII). La tradición dice también que llegó desde el Golfo de Rosas (Gerona).

(Con información de POMAR RODIL, Pablo Javier y Miguel Ángel MARISCAL RODRÍGUEZ. Jerez: Guía Artística y Documental, Madrid, 2004, p. 36)

 

 

La Adoración de los Magos

Este grupo escultórico de talla completa y marcada influencia italiana se venera en una gruta belenística compuesta en el año 1905 por el artista jerezano Juan Bravo para la Capilla del Nacimiento de la Basílica Menor de Nuestra Señora del Carmen Coronada.

El misterio formado por María y José adorando al Niño, casi de tamaño natural, fue realizado por Francisco Font, catalán afincado en Madrid. Los pastores que lo rodean son del valenciano Vicente Tena. Los tres reyes magos, piezas anónimas restauradas por José Carlos Gutiérrez, han procesionado revestidas para la ocasión.

(Con información de POMAR RODIL, Pablo Javier y Miguel Ángel MARISCAL RODRÍGUEZ. Jerez: Guía Artística y Documental, Madrid, 2004, p. 111)

 

 

La Presentación de Jesús en el Templo

La imagen de candelero de María Santísima del Dulce Nombre fue tallada en 1959 y adquirida a su autor por la hermandad jerezana de la Buena Muerte en 1964, siendo bendecida el 28 de mayo de ese mismo año. Cuando Antonio Castillo Lastrucci realizó esta Dolorosa sabía de memoria toda la producción de los grandes maestros imagineros del pasado, pues compendia todas las características de las tallas barrocas del siglo XVII.

El rostro es el de una Virgen joven, de belleza sublimada; no respondiendo en este detalle a los patrones realistas de otras efigies sobre el tema. Lleva cinco lágrimas, tres en la mejilla derecha y dos en la izquierda. Los ojos vítreos son enormes y reflejan un intenso sufrimiento. El entrecejo fruncido y la boca entreabierta nos hablan del agudo dolor de María en el trance pasionista.

Es una obra personalísima en la producción de este fecundo artista, en la que se aúnan detalles realistas con una idealización buscada expresamente por Castillo Lastrucci, con el objeto de resaltar a la Madre de Dios y su advocación. Su aspecto original se halla modificado tras la intervención de 1980 por José Guerra Carretero.

Para recrear el pasaje la Virgen ha estado acompañada por una talla anónima de San Pedro Pascual que representaba a San José; un sanedrita del misterio del Desprecio de Herodes (Cofradía del Transporte), tallado por Francisco Pinto Berraquero, que representaba al profeta Simeón, y la imagen de Santa María Magdalena (obra de Antonio Eslava) que procesiona en el paso del Cristo del Amor y representaba a la profetisa Ana.

(con información de www.semanasantadejerez.com y DE LA ROSA MATEOS, Antonio. Imaginería Procesional en la Semana Santa de Jerez, Ediciones Remedios, Jerez de la Frontera, 2012)

 

 

Jesús, perdido, es hallado en el Templo

Titular de la cofradía jerezana de la Sagrada Cena, Santa María de la Paz en sus Misterios Gloriosos es una imagen letífica que procesionó desde 1964 hasta 1981 en el cortejo de dicha corporación de penitencia como Dolorosa. Actualmente aparece sentada y con el Niño en brazos, siendo una obra fechable entre los siglos XVI y XVII, según la restauración efectuada en el año 1998 por Agustín Pina Calle.

(con información de www.semanasantadejerez.com)

 

 

En Familia, en Nazaret

Atribuida fehacientemente al escultor flamenco Roque Balduque, afincado en la capital hispalense, Santa María del Buen Suceso procede del Convento Trinitario de Sevilla, desde donde llegó a Jerez en el año 1634. Venerada antaño como Virgen de las Batallas, la zona del tocado fue reformada en el periodo barroco para poder vestirla con telas naturales. Recibe culto en la Iglesia de la Santísima Trinidad.

Según un artículo de Joaquín Baro de Alba publicado en Humildad y Paciencia (nº 4, año II, pp. 21-22), fue traída a Jerez de la Frontera por Fray Cristóbal de Alarcón, quien también le dio su actual advocación por su feliz viaje a través de los ríos Guadalquivir y Guadalete. Hipólito Sancho de Sopranis niega que fuese co-patrona de Jerez; sin embargo, Dolores Barroso afirma que fue proclamada con dicho título en el año 1728.

 

 

María interviene en las Bodas de Caná

El 8 de noviembre de 1897 las Salesianas fundan casa en Jerez de la Frontera. La hermosa estatua de María Auxiliadora llega a la ciudad el 30 de mayo de 1900, donación de José Domecq, quien hace de padrino en la bendición de la misma. El 9 de febrero de 1974 esta venerada imagen se traslada procesionalmente, escoltada su carroza con bicicletas y coches, hasta la nueva residencia de Monte Alto.

La iconografía viene dada tal y como San Juan Bosco la vislumbró en sus sueños y puede contemplarse en su Basílica Santuario de Turín. La Señora está de pie, con túnica rosa, prendida por un cinto hebreo en la cintura, y manto azul, cerrado por un broche en el pecho y recogiéndose en la parte delantera bajo la imagen del Niño.

La talla ha sufrido numerosas intervenciones desde su ejecución. En la mano derecha porta el cetro, en alusión a su doble condición de reina y dispensadora de gracias, mientras que en la izquierda aparece el Niño Jesús con los brazos abiertos hacia los fieles como símbolo de auxilio. Corona real y aro de estrellas en número de doce completan esta popular representación de la Virgen.

(con información de A.A.V.V. María Auxiliadora en España, Madrid, 1984. pp. 101-102)

 

 

María, Madre de los Hombres

En mayo de 1940, la Hermandad de Nuestra Señora de las Angustias contrata con el escultor valenciano, afincado en Jerez, Ramón Chaveli la hechura de un Cristo muerto en brazos de su Madre, que sustituía el antiguo del siglo XVII, y la restauración de la Virgen. Chaveli le construye un nuevo cuerpo y parece ser que talla un nuevo rostro, ya que el anterior no estaba realizado en madera.

Iconográficamente es un ejemplo inequívoco de Virgen de los Dolores. Esta imagen fue bendecida el 18 de octubre de 1942 en la Capilla de las Angustias, procesionando en la Semana Santa de 1943. La talla es de tamaño algo inferior al natural. Chaveli realiza un Cristo sereno, bien trabajado anatómicamente, sin rigidez post mortem, con la cabeza inclinada suavemente sobre su lado derecho, desprovista de los usuales símbolos de la Pasión. La melena parte de una raya central, que divide los cabellos en dos mitades asimétricas. Muestra las manos semicerradas y discretos regueros de sangre en su encarnadura.

(DE LA ROSA MATEOS, Antonio. El Escultor Ramón Chaveli Carreres (1879-1947), Jerez, 2005, p. 55)

 

 

La Resurrección de Jesús

En 2008 el historiador jerezano Antonio de la Rosa Mateos pudo concretar la fecha de ejecución de Nuestra Señora de la Luz, una obra de Ramón Chaveli que unos tres años antes pasó a formar parte de la Hermandad de la Sagrada Resurrección. La imagen mariana tenía la advocación de la Virgen de la Paz y fue un encargo del sacerdote del Servicio Doméstico Hijas de María Inmaculada, del Palacio de Bertemati, y el capellán del Convento del Espíritu Santo, Monseñor Enrique de Bertemati y Pareja.

Durante muchos años, esta Virgen presidió el altar mayor de la capilla del Servicio Doméstico, pasando después al pasillo, donde era vestida de Dolorosa por el conocido vestidor Manuel Monroy. La corporación del Domingo de Resurrección jerezano le ha dado su actual advocación. La talla, de candelero para vestir, está firmada en la parte izquierda de la espalda con la siguiente leyenda "R. Chaveli. 1942".

(www.lahornacina.com/articulosjerez7.htm)

 

 

La Venida del Espíritu Santo

Recogemos la atribución formulada por el historiador jerezano José Manuel Moreno Arana sobre la imagen de Nuestra Señora de los Remedios, antigua Dolorosa del Desamparo, y la situamos en la órbita del escultor jerezano Francisco Camacho de Mendoza (1680-1757). La magnífica imagen eleva la cabeza hacia la derecha mientras dirige suavemente la mirada al lado izquierdo. Las manos que lleva actualmente no son las originales; fueron talladas por el escultor carmonense Antonio Eslava Rubio.

La espléndida talla, de carnaciones nacaradas y provista de ojos y lágrimas de cristal en su mascarilla, fue primitiva titular de la cofradía jerezana del Prendimiento; de hecho, la adquirió a la misma Juan Pedro Bernal Blanco en el año 1940 por 1500 pesetas. Parece que esta hermandad, radicada en la Iglesia de Santiago, encargaría sus dos imágenes titulares al mismo escultor, Francisco Camacho de Mendoza, muy ligado por razones de vecindad, familiares y laborales a esa parroquia. Ha sido restaurada entre finales del año 2006 y principios de 2007 por Enrique Ortega y Rosa Cabello.

(con información de http://elbarrocojerezano.blogspot.com.es y DE LA ROSA MATEOS, Antonio. Imaginería Procesional en la Semana Santa de Jerez, Ediciones Remedios, Jerez de la Frontera, 2012)

 

 

La Asunción de la Virgen al Cielo

El culto carmelita en Jerez de la Frontera arranca el 19 de junio del año 1586, fecha de la llegada de varios miembros de la Orden al municipio, procedentes de Sevilla. Parece ser que la actual imagen, muy venerada en la localidad, se corresponde con la que traían consigo los religiosos de la capital hispalense, si bien muestra signos de haber sido alterada posteriormente en varias ocasiones.

La talla de Nuestra Señora del Carmen Coronada fue concebida originalmente sin el Niño Jesús en sus brazos. El que porta hoy en día le fue añadido a finales del siglo XVII y se encuentra en actitud de llamar la atención a los fieles sobre la divinidad materna.

La intervención más importante en la hechura de la Virgen tuvo lugar en el año 1925 por parte del escultor valenciano Carmelo Vicent Suria, quien le hizo un cuerpo de talla, al que se acoplaron la cabeza y manos primitivas, colocando en su interior un fuerte eje de hierro que pudiera soportar la pesada corona que ostenta, cincelada por el orfebre valenciano José David en oro y piedras preciosas.

La Virgen del Carmen sale en multitudinaria procesión desde su basílica cada 16 de julio, día declarado por el Papa Benedicto XIII, en el año 1726, fiesta universal para el orbe cristiano.

 

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