Jesús Abades y Sergio Cabaco (10/04/2014)
"La imaginería se mueve dentro de un círculo muy cerrado y perjudicial para la creatividad artística"
Ha causado bastante revuelo tu artículo sobre la imposible evolución de la imaginería en una ciudad como Sevilla, su núcleo principal de producción. ¿Pretendías reivindicar o espolear conciencias? A decir verdad, he pretendido hacer más hincapié en las dificultades e incapacidades que en los imposibles. Por un lado, considero que existe una demanda determinada con unas características muy definidas y, por otro, unos artífices que quedan sometidos a este contexto, por una u otra razón. Ahí es donde incido sobre qué papel debe tener el arte y los artistas y, concretamente, la Imaginería ante un público tan hermético. Naturalmente, toda crítica constructiva pretende reivindicar y estimular las mentes... En tu artículo denuncias la sustitución de una obra de Luis Ortega Bru por otra de su compañero Sebastián Santos Rojas. Curiosamente son dos polos opuestos pero indispensables para la configuración de la imaginería sevillana del pasado siglo XX. Antes que nada, dejar claro que no he querido enfrentar la valía de estos gigantes de la Imaginería del siglo XX, más bien me he servido del caso mencionado para evidenciar la mentalidad de las hermandades frente al Arte. Es un claro ejemplo del rechazo y manipulación que cofrades, sin autoridad artística, someten al arte y a los artistas desde su punto de vista no especializado. Sevilla siempre ha preferido la dulzura, la delicadeza y la belleza en sus obras de arte, especialmente las de este tipo, que la abstracción o la rudeza de ciertas corrientes como el expresionismo. ¿No crees que un giro hacia otro lado supondría perder la esencia de su estilo? Veámoslo del siguiente modo: girar en torno a un mismo eje no significaría perder la estructura... En tu artículo criticas también el hiperrealismo por alternativa inadecuada para ofrecer otras tendencias. Más que inadecuado diría insuficiente, aunque hay matices que, por falta de espacio, no pude incluir en dicho artículo (tengamos presente que posee un formato para una revista, en este caso Morón Cofrade). Así pues, con esta pregunta espero poder completarlo. El hiperrealismo en sí, desde mi punto de vista, se queda falto de imaginación al "volver a recrear" lo ya creado. No obstante, estamos viendo líneas de trabajo hiperrealistas que poseen un verdadero interés apoyándose en la ciencia y revisiones contemporáneas. En este sentido, se están buscando soluciones inéditas, a distintos niveles, que vienen a aportar nuevos valores al concepto y técnicas de la Imaginería. Actuaciones de este tipo, en las que se manifiesta contemporaneidad en la Imaginería, son las que marcan las diferencias y enlazan con la categoría de los grandes maestros del pasado; abriendo las puertas hacia otra etapa histórica, al mismo tiempo. Sin embargo, existen otras corrientes hiperrealistas de las que opino que se quedan en la superficie, en lo aparente, en el puro tecnicismo más que en el contenido conceptual y material del arte. Para mí, eso de que una escultura o imagen "parezca de verdad o parezca que está hecha en el siglo XVII" no es motivo de orgullo y me viene a causar el efecto contrario a lo que tiene que transmitir una obra de arte desde sus plenas posibilidades para el contexto en el que ha sido creado. Esta clase de comentarios son los que sólo están a la altura de cualquier espectador, con lo cual, me parece un fin artístico muy pobre; aunque aplaudible y respetable, por supuesto. |
Conferencia sobre Antonio Illanes |
Exposición Creencias y Posibilidades |
¿Existe cultura artística entre los imagineros? ¿Crees que hay entendimiento real entre lo que es arte y no? Partamos de la base de que Imaginería es ESCULTURA y ésta, a su vez, es ARTE. Algo que es tan evidente, lamentablemente, es una causa de confusión entre espectadores e, incluso, autores. Nos referimos a espectadores y autores no especializados, claro. En consecuencia, esta confusión es promocionada por el desconocimiento, la publicación de artículos por parte de periodistas cofrades expertos, pero no en arte. O qué decir de aquellas organizaciones y ferias donde se vende la Imaginería como artesanía, por ejemplo. Los maestros imagineros han concebido la imagen como escultura, contando con su transmisión sagrada, y con ello se ha producido arte. Hay escultores que se han dedicado, mayormente, a la Imaginería o que han alcanzado la popularidad con ella; no obstante, en su obra subyace una sólida formación en cuanto a las distintas ramas del conocimiento. Haciendo un breve repaso, en líneas generales, el maestro escultor que dedicó parte o gran parte de su creación a la temática religiosa es dependiente de su contexto, naturalmente. Así, la escultura española del siglo XVII está fundamentada por las características propias del Antiguo Régimen, en la que la Iglesia era un estamento privilegiado. A ello, hay que unir la potencialidad de la Contrarreforma que viene a justificar el sentido artístico y espiritual de ese tipo de Escultura. En un plano internacional, tras originarse la Revolución liberal, será a partir de Rodin cuando la escultura rompe con el clasicismo académico y evoluciona. Su desarrollo se deriva al arte del siglo XX, bajo nuevas posibilidades conceptuales y materiales. Es aquí cuando el escultor recibe otras oportunidades para expresarse y, en este contexto, la Imaginería notó también cambios en su lenguaje (como escultura y obra de arte que es, por encima de todo). Sirva como ejemplo la Imaginería del valenciano Mariano Benlliure o la del gaditano Luis Ortega Bru, quien introduce la vanguardia en la escultura religiosa procesional sevillana, aunque no plenamente. Definir y clasificar el Arte es algo muy complejo y delicado, dado que requiere de un aprendizaje específico y de una profundidad en los conocimientos que no está al alcance de todos los espectadores. Entender el significado global del arte, partiendo de la Imaginería, es un ejercicio incompleto pues se requiere de un conocimiento integral y universal en sus distintas áreas de estudio. En cualquier caso, opino que el arte es una actividad intelectual. Bajo esta premisa, estoy convencido de que a muchos de los imagineros actuales no les interesa o inquieta la Imaginería como un desarrollo del intelecto. Esta especialización unidireccional contribuye a que los imagineros sean valorados como protagonistas de un arte aislado y, según quién y cómo los promocione, pueden rebajar su rango de intelectualidad al de artesanía. Partamos de la base en la que los imagineros son escultores y los escultores son artistas y los artistas son intelectuales. Sobre estos asuntos ya se han manifestado, con mayor autoridad, autores de alto prestigio (MIÑARRO LÓPEZ, Juan Manuel: "Antonio Illanes: una imaginería concebida como escultura". LXXV Aniversario del Santísimo Cristo de la Sagrada Lanzada, Sevilla, 2004). ¿Piensas que la clientela a la que muchas veces tiene que hacer frente un imaginero empaña u obstaculiza su creatividad artística? Por supuestísimo que sí, es una realidad. No obstante, se puede matizar y decir que dentro de la clientela de este tipo hay personas que respetan en mayor o menor medida la creatividad artística; aunque, a decir verdad, se trata de una minoría. Y esto, más que un problema, es un hecho que viene a justificar esa incapacidad por la que la Imaginería no es tomada como arte libre, por lo cual se condena su propósito natural. Originalidad, detallismo, acabado perfecto, que cada creación sea distinta a las demás... Y todo ello hecho por la misma persona; es decir, el imaginero. ¿Cuesta mucho, con esas condiciones que suelen imponerse en la actualidad, hacer una obra de imaginería? No todos los artistas tienen la misma aspiración. Tampoco se debe tomar como norma general lo que para unos es considerado imprescindible en su obra. Está claro que esos valores que apuntáis, sobre todo los que tienen que ver con lo superficial y las modas pasajeras, son los únicos que la gente puede llegar a apreciar desde sus capacidades. Una obra de arte, independientemente de la técnica y procedimiento empleados, debe poseer armonía en su conjunto, originalidad y creatividad. Hoy "hace una imagen" cualquiera que haya aprendido a modelar lo suficiente y que, por otro lado, encuentre asociaciones o nuevas hermandades dispuestas a aprovecharse de la ilusión de estos principiantes. De manera muy simplificada, podría decirse que ni siquiera se necesita saber tallar, dados los recursos y avances tecnológicos... que dejan "las tallas" listas para pasarles el raspín, en el "mejor" de los casos. ¿Qué ventajas tiene dedicarse a la imaginería y no a cualquier otra de las ramas del arte? Tras mi experiencia, la necesaria para responder esta cuestión, creo que dedicarse exclusivamente a la Imaginería es un inconveniente para el desarrollo íntegro del artista y, por ende, para el Patrimonio Artístico y Cultural. La Imaginería se mueve dentro de un círculo muy cerrado que yo he entendido como un ambiente perjudicial para la creatividad artística. Pero como dije antes, no todos tenemos la misma aspiración... |
Busto de mármol |
La Segunda Oportunidad |
¿Eres de los que piensas que la imaginería del siglo XXI es arte contemporáneo o solo ves obras que, como dice la cita de Kandinsky, por revivir principios artísticos del pasado son como niños muertos antes de nacer? Lo dice Kandinsky en De lo Espiritual en el Arte (1912) y creo que, como genio del siglo XX, su sentencia es clara y contundente. También Jesús lo fue sobre los fundamentos del cristianismo... y aún hay quien se aferra, ante la verdad de los hechos, en su ceguera artística y espiritual. Aún así, se ejecutan imágenes de un altísimo nivel pero, creo que no trascenderán como arte propio del siglo XXI. Más bien, generalmente, me referiría a "Imaginería actual" que a "Imaginería contemporánea". Además, al hilo del artículo mencionado, me dirijo al concepto de imaginería como "arte tradicional" y "extemporáneo" dado que, desde mi perspectiva, es una expresión artística que sigue anclada en el Barroco. Y enlazando con el siglo de oro, se están dando excepciones que vienen a abrir nuevas puertas, como indiqué con anterioridad. Me refiero a una escultura que está dando como resultado una Imaginería producto de la exploración y la investigación artística y científica. Pero ya comenté que no sólo me dirijo a los artistas, sino a la demanda y a los espectadores y, en concreto, al contexto de la Imaginería procesional sevillana. Ante todo, soy partidario de conservar nuestro patrimonio y nuestra historia pero, por otro lado, entiendo que la historia continúa y que se debería de seguir enriqueciendo y no, necesariamente, rechazando el pasado. Este desarrollo se debería fundamentar sobre una nueva demanda, partiendo de una Iglesia diferente y de unas nuevas hermandades dispuestas a innovar de verdad y no a copiar a las demás. Jesús puede llegar a ser representando más allá de cómo ya se ha hecho, pero para ello hay que vincular la vanguardia a la sociedad y reciclar el oro por la lucidez y la humildad. Bajo mi punto de vista, la Iglesia del hombre ofrece una imagen incompleta de Jesús, cuya verdad supera al cristianismo en el que se encierra. Al menos yo, estoy saturado de ver siempre lo mismo, por muy bien hecha que esté una imagen o muchos golpes de pecho que puedan darse. Personalmente, son muy pocas las imágenes actuales que puedan llegar a emocionarme y que, además, me ofrezcan otros tipos de representaciones con las que sentirme identificado. De hecho, sólo podría arrodillarme, artísticamente hablando, ante el incomparable, auténtico, soberbio y magistral Crucificado de la Universidad de Córdoba. ¿Qué tiene Antonio Illanes que te gusta tanto y que lo hace, según tú, ser distinto a los demás? El escultor sevillano Antonio Illanes Rodríguez, me apasiona. Admiro su obra a partir del excelente crucificado de la Expiración, de mi localidad de Morón de la Frontera (Sevilla). Cuando comencé a profundizar sobre su vida y obra, advierto que detrás de ese imaginero, por el que es conocido, hay un importante escultor español y un personaje relevante para la cultura sevillana de su época. Sus obras atesoran una calidad plena y una maestría en la técnica de la talla escultórica al alcance de muy pocos. Es un autor original y su producción es diversa. De los escultores españoles dedicados a la Imaginería, sin lugar a dudas, era uno de los artistas más completos y fundamentales. Elevó la categoría de la Imaginería del siglo XX y, sobre la escultura en general, estaba a la altura de los más destacados autores en la línea de clasicismo mediterráneo. Luego, posee otra Imaginería donde subyace la vanguardia, pero esta no procesiona. Finalmente, es un imaginero que podemos definir como intelectual, a diferencia de la figura del imaginero tradicional. Un escultor implicado con el desarrollo del arte, que escribe y reflexiona. Constituye el paradigma de esa introducción de la vanguardia en la mentalidad del artista sevillano, al escribirle en su madurez a su maestro Francisco Marco: "Ingenuamente, quiero preguntarte si verdaderamente pueden llamarse esculturas, si caben dentro de la acepción tradicional de la palabra, estas hechuras ortopédicas, retorcidos alambres, hierros enmohecidos soldados a modo de monstruosas osamentas... Y todo coronado por rimbombantes y artificiosos títulos. Si estos "aparatos" son arte ¿qué es entonces lo que hacemos nosotros? ¿Debemos arrojar los cinceles, y dejar paso al nuevo "arte otro"? ¿Estaremos perdiendo nuestra vida, nuestro tiempo?". ¿Qué tal ha ido tu primera exposición monográfica? ¿Te has sentido respaldado por tus paisanos? A lo largo de las tres semanas de exposición, la misma ha estado bien visitada. Se han acercado profesionales relacionados con la élite cultural de Morón, compañeros, familiares, amigos y el público, en general. He procurado que la misma se presentara como una actividad significativa sobre la que poner en tela de juicio muchos de los valores que la exposición ha contenido. En mi blog encontrarán una síntesis de todo ello. Por otro lado, también acogimos como actividad la visita del Aula de la Experiencia de Morón (perteneciente a la Universidad de Sevilla) con una propuesta pedagógica. He intentado que la exposición fuera algo vivo, en este sentido. Me ha sorprendido que, personas sin ningún tipo de formación específica, se hayan llegado a interesar sinceramente por la abstracción. Generalmente, la variedad de contenidos ha cubierto la diversidad de percepciones populares y especializadas. Por otro lado, destacar que esta exposición constituía una transición personal en mi trayectoria. Muchos se han percatado de las claves que lo justificaba, de esas distintas luchas emocionales, filosóficas y espirituales que han quedado recogidas en el proceso experimental. Referente a la Imaginería, he querido reinvertir el concepto que de ella tenía y mostrarla desde una visión más contemporánea y universal del arte. Este experimento, que tengo que seguir madurando, está sintetizado en el Crucificado que he modelado con papel. Una apuesta personal, bajo una técnica que yo mismo estoy desarrollando y que me aporta otras posibilidades expresivas, así como personalidad. Por último, ¿qué aporta o podría aportar el trabajo de Sergio Parra Medina al mundo del arte en general y al de la imaginería en particular? ¿Dispones de soluciones para todos o algunos de los problemas que comentas? Ante todo, quiero ser yo mismo. Es una tarea que me está costando doble esfuerzo. Por un lado, ya es complejo el propio proceso de introspección personal y, por otro, tengo muy arraigada la esencia barroca de la que pretendo salir para explorar otros horizontes. Sin embargo, aún desconozco hasta qué punto soy capaz de apartarme del barroquismo. Sí tengo claro que voy a sacrificar el seguir "cómodamente" dentro de la tradición por aportar contenidos diferentes, y extender la Imaginería a la universalidad del arte. No obstante, ahora más que nunca me encuentro unido a la representación de Jesús e, incluso, su representación subyace en la pintura abstracta que da título a la exposición Creencias y Posibilidades. De hecho, en su proceso creativo se han resumido las claves de mi evolución personal y de ese doble esfuerzo que planteo. Sobre si dispongo de soluciones para los propios problemas que planteo, al menos, estoy experimentando y tratando de materializar las conclusiones a las que voy llegando. Es un proceso interesante, del que estoy en su etapa inicial, y sé que se trata de un discurso que tiene potencialidad para seguir trabajando sobre ello. Esto es producto de mi visión personal de la creación artística, la cual pienso que se debe de hacer por amor y en absoluta libertad (mientras se pueda)... quizás la recompensa sea mayor, "al amar a aquellos que no me aman...". |
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