EL PRADO EN FEMENINO II

08/05/2024


 

 

Después de la extraordinaria acogida del itinerario El Prado en femenino, que se ha convertido en referente para otros museos y colecciones, el Museo Nacional del Prado de Madrid presenta, desde hoy y hasta el 8 de septiembre, una segunda edición que nos invita a celebrar el coleccionismo de distintas mujeres de las casas reales europeas cuya contribución fue decisiva para el engrandecimiento de la antigua colección real y, por consiguiente, del actual Prado.

Siguiendo un criterio cronológico, el primer itinerario se centraba en aquellas mujeres cuyas actuaciones coincidían con los años comprendidos entre el nacimiento de Isabel la Católica y la muerte de Isabel Clara Eugenia (1451-1633). En esta segunda edición, avanzamos hacia el siglo XVII para centrar nuestra mirada en nuevas promotoras artísticas cuyas vidas quedan enmarcadas entre las figuras de Isabel de Borbón y Mariana de Neoburgo (1602-1700). Destaca por su excepcionalidad la reina Cristina de Suecia, a quien debemos el conjunto más valioso de escultura clásica del Museo Nacional del Prado, pero también obras pictóricas tan fundamentales y representativas de sus colecciones como las tablas de "Adán y Eva" pintadas por Alberto Durero.

La firme voluntad del Prado por visibilizar el papel de la mujer en el arte y por destacar la contribución de estas promotoras hace que este itinerario vaya acompañado de un libro centrado en sus protagonistas, cuatro piezas audiovisuales que se estrenan en coproducción con CaixaForum y un ambicioso programa de actividades entre las que destacan: visitas con la comisaria del recorrido, creación de recursos de contenido digital, guías para las familias, un curso de formación para el profesorado, un ciclo de cine, una pieza de danza o una nueva editatona.

La continuidad y la participación transversal de las distintas áreas del Prado en este proyecto lo sitúan en la línea de las iniciativas que, en este ámbito, han desarrollado el Rijksmuseum y la National Portrait Gallery, y demuestran su firme compromiso por contar la historia más ampliamente y mostrarla desde un punto de vista más inclusivo, creando nuevos relatos en los que las mujeres son protagonistas por derecho propio, como es el caso que nos ocupa: las promotoras artísticas, las patronas de las artes, las mujeres que impulsaron esta institución y contribuyeron poderosamente a formar sus colecciones y a las que a través de este proyecto el Prado les brinda un más que merecido homenaje.

 

 

El Prado en femenino II. Promotoras artísticas de las colecciones del Museo (1602-1700) analiza la construcción y difusión de la imagen de poder femenino en el siglo XVII. El patronazgo artístico y cultural desarrollado por las mujeres de las casas reales europeas fue fundamental en el proceso de creación de una imagen propia que contribuyó, en gran medida, a afianzar su posición política y fortalecer su autoridad en la corte.

También se aborda la construcción y evolución de la imagen de poder de uno de los personajes más destacados del panorama político del siglo XVII español: Mariana de Austria, reina regente de España entre 1665 y 1675. Fuertemente cuestionada por su condición femenina, su origen extranjero y falta de experiencia política, Mariana sufrió una ardua oposición desde comienzos de su regencia. En este contexto claramente adverso resulta fascinante comprobar cómo Mariana construye una imagen propia de poder, acercarnos a los elementos identitarios de esta imagen y a las estrategias iconográficas adoptadas para legitimar su posición política y fortalecer su autoridad en la corte.

El Prado en femenino II examina uno de los encargos artísticos más destacados de cuantos Isabel de Borbón realiza como reina consorte, poco después de que su esposo, el rey Felipe IV, heredara la Monarquía Hispánica.  Se trata de un conjunto compuesto por, al menos, 26 pinturas destinadas a decorar la recién renovada Torre de la Reina en el Alcázar de Madrid. La importancia de este conjunto reside en distintos aspectos que las convierten en un conjunto excepcional: el elevado número de piezas que lo conforman, la calidad de los artistas que lo componen, el significado de las obras (cuyas iconografías fueron, sin duda, cuidadosamente elegidas por la mediadora de este encargo, Isabel Clara Eugenia), incluir el conjunto más grande de pinturas atribuidas a Rubens que llega a la corte española (con excepción del "Apostolado", cuya entrada situamos en torno a 1613), y el hecho de permitirnos explorar los intercambios artísticos y culturales entre las cortes europeas del barroco.

Por último, esta edición se dedica a la reina Cristina de Suecia, una extraordinaria amante del arte y la cultura y una de las más destacadas coleccionistas de la Edad Moderna. Reina de Suecia entre 1632 y 1654, su abdicación y conversión al catolicismo la acercaron a la corte española de Felipe IV, buscando el apoyo del monarca, al que obsequió con algunos de los retratos más imponentes la soberana y con piezas tan valiosas como las citadas tablas de Durero. Cristina reunió una destacada colección de escultura, muy apreciada por la selección y singularidad de las piezas, por su presentación típicamente barroca en salas temáticas y por las restauraciones que realizaron algunos alumnos de Bernini. Gran parte de estas obras fueron adquiridas en 1724 por Felipe V e Isabel de Farnesio.

 

 

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