EL SALVADOR EN EL IAPH. CONSERVACIÓN DE UN PATRIMONIO HISTÓRICO DEVOCIONAL

31/10/2007


 

 

La consejera de Cultura, Rosa Torres, y el cardenal de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, inauguraron ayer en el Alcázar de Sevilla la exposición El Salvador en el IAPH. Conservación de un Patrimonio Histórico Devocional, que muestra 42 de los 53 bienes de la colección artística de la Iglesia del Divino Salvador, que ha restaurado durante cuatro años el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), y que permanecerá abierta al público hasta el próximo 9 de diciembre, antes de ser devueltos el templo.

La selección de las 42 pinturas, esculturas, orfebrería, textiles y piezas del patrimonio documental que han sido escogidas para este evento ha respondido a criterios de valor cultural e interés científico en su investigación y restauración. Según detalló el viceconsejero del ramo, José María Rodríguez, en la rueda de prensa previa a la apertura, la Consejería ha invertido 797.432 euros en la recuperación de estas obras del patrimonio cultural de Andalucía, pertenecientes la segunda iglesia más grande tras la Catedral, que se levanta sobre los restos de la antigua Mezquita Mayor de la ciudad.

La exposición ofrece la oportunidad de contemplar la mayoría de estas piezas de modo aislado artísticamente, ya que a su regreso a la Iglesia del Salvador, quedarán incluidas en el programa iconográfico y litúrgico del templo. En concreto, Cultura prevé que tras la muestra, las obras sean trasladadas al templo el 15 de diciembre, ya que el compromiso asumido por la Junta era terminar el trabajo antes del 30 de dicho mes. La reapertura de la iglesia está prevista para marzo de 2008. Del mismo modo, se pretende presentar al público las conclusiones de las investigaciones realizadas en el proceso de intervención, caracterizado por el rigor científico y el máximo respeto por el original.

Por su parte, el director del IAPH, Román Fernández-Baca, señaló que aunque todas las obras tratadas presentan un gran interés, cabe mencionar por su especial significación la escultura de San Cristóbal (1597-1598) de Juan Martínez Montañés; los dos colosales Ángeles Lampadarios (1771-1778) de Cayetano de Acosta; la pareja de óleos de cabezas cortadas de San Pablo y San Juan Bautista (1670) de Sebastián de Llano Valdés. También resaltó la pintura de Santa María Magdalena (1632-1634) de Pedro de Camprobín; la Cruz Parroquial (siglo XVIII) de Luis de Acosta; el conjunto escultórico Santa Ana y la Virgen (1714) de José Montes de Oca o el Libro de Reglas (finales del siglo XV-primera mitad del XVII) de la Hermandad de la Virgen de las Aguas.

El viceconsejero de Cultura subrayó que durante cuatro años, cinco talleres del IAPH y 55 de sus técnicos han estado dedicados a la recuperación de todas estas piezas.

 

 

La exposición presenta un desarrollo cronológico basado en los hitos históricos y artísticos de la iglesia en torno a los que se aglutinan estas obras de arte. El programa museológico plantea así cinco núcleos narrativos. El primero es la etapa de la fundación de la colegiata-mezquita (1248-1590), momento de la primera ornamentación del templo cristiano, que comprende una serie de bienes muebles relacionados con la primera época de la iglesia cristiana, en la que se cambia el eje de oración de la antigua mezquita para adaptarlo a templo cristiano.

El segundo núcleo de la muestra hace referencia a la época manierista y barroca (1590-1679) de la iglesia, periodo en el que se adopta un nuevo programa iconográfico al producirse la renovación ornamental del templo de la mano de artistas como Bernardo Simón de Pineda, Martínez Montañés o Juan de Oviedo.

La tercera etapa es la de la reconstrucción del nuevo templo (1679-1712), bajo el mecenazgo del arzobispo Manuel Arias y Porres y caracterizada por el enriquecimiento ornamental. Las obras respetaron la planimetría del edificio hundido en 1679 y a su terminación, lo que dio lugar a fastuosas fiestas de inauguración, se comenzó un nuevo ciclo de actividades artísticas para paliar las deficiencias ornamentales de la iglesia, encargando los propios capitulares y devotos de la feligresía numerosas esculturas, pinturas, platería, tejidos, con destino a decorar las diversas capillas.

El siguiente núcleo corresponde a la iglesia actual (1712-1852), periodo de culminación de la ornamentación. En este apartado se incluyen la mayor parte de los bienes culturales incluidos en el programa de conservación. En esta etapa histórica se quiso decorar el edificio de la colegiata de manera espléndida, para lo que se levantaron tres extraordinarios retablos que se conservan en su ubicación original: el retablo mayor, el retablo-pórtico de la capilla sacramental y el retablo-camarín de la Virgen de las Aguas.

La quinta área de la exposición se centra en la devoción a la Virgen de las Aguas, especialmente en el siglo XVIII, que por su importancia histórica y devocional se ha mantenido a través de los siglos.

 

 

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