Los ángeles lampareros del Santo Ángel fueron colocados a las siete de la mañana de ayer en su emplazamiento en lo alto de los pilares del presbiterio. Según Juan Dobado, en la mayoría de las iglesias estos ángeles han estado siempre maltratados, llenos de cables y de puntas, siendo, quizás por su ubicación, meros elementos decorativos para poner flores, banderas u otros elementos, de ahí que cuando se afronta la restauración de los mismos, al contemplarlos de cerca, podemos notar lo mucho que han sufrido. Es por ello que esta restauración, según Dobado, va a suponer para Sevilla el redescubrimiento de este tipo de obras.

Respecto a su autoría, Dobado afirmó que el excelente resultado de una restauración que ha permitido recuperar el esplendor original de los ángeles mediante la eliminación del barniz oxidado y de los repintes  generalizados que presentaban las obras, entre otros trabajos, deja a los historiadores del arte una posible investigación sobre la misma, aunque todo apunta a que proceden del gran taller o de la gran escuela fundada por el maestro Pedro Roldán, en la que se integran sus discípulos y seguidores, entre ellos varios miembros de su familia.

El prior subrayó en varias ocasiones la calidad de las piezas y apuntó una fecha en torno a 1830 y 1840 en la que fueron repolicromados. Al menos desde entonces, explica Dobado, los ángeles no habían sido movidos de su emplazamiento hasta ahora, de ahí los grandes depósitos de polvo y otras suciedades que acumulaban durante casi dos siglos, lo que unido a los diversos repintes y a la avanzada oxidación del barniz resinoso que los cubría, hizo que su aspecto estuviera bastante oscurecido y su estado de conservación muy degradado.

A continuación, el prior del Santo Ángel dio paso a Antonio Díaz Arnido, uno de los restauradores, para explicar al detalle la intervención, no sin antes dar las gracias por la ayuda recibida para una intervención cuyo importe ha sido de 8.000 euros, habiendo aportado más del 60% dos feligreses de la iglesia y en torno a un 20% la Real Maestranza de Sevilla, siendo el resto completado con pequeñas donaciones de numerosos feligreses.

Díaz Arnido, que ha realizado junto con Manuel Antonio Ruiz-Berdejo Cansino la rehabilitación de los ángeles en unas dependencias conventuales habilitadas al efecto, se apoyó en una proyección audiovisual para explicar el diagnóstico que presentaban las obras y su propuesta de intervención, así como los criterios y la metodología seguidos en todo el proceso de restauración de los ángeles, del que tienen la información completa en este enlace. Arnido quiso destacar, entre otros detalles, la riqueza de los estofados de las telas que han sido recuperados, así como los elementos decorativos de los cascos, todos ellos ocultos bajo los repintes monocromos aplicados siguiendo los dictados del gusto neoclásico que imperaba en el siglo XIX.

Por último, tras las palabras del restaurador, el acto concluyó con una nueva intervención de Juan Dobado, quien añadió el detalle de las alas del ángel situado a la derecha, que no son las originales y, probablemente, se añadieron con motivo de los daños producidos durante la invasión francesa, cuando el templo fue utilizado como caballeriza militar, perdiendo todos sus retablos y con muchas de sus esculturas maltratadas. Asimismo, informó que el nuevo trabajo de Ruiz-Berdejo y Díaz Arnido en el Santo Ángel comenzará tras la próxima Semana Santa y consistirá en la recuperación de la policromía original del retablo de la Inmaculada Concepción tallada por Pedro Duque Cornejo; una policromía, según Dobado, muy parecida a la del retablo mayor.