El investigador Jesús López Vivero, del que recientemente dimos a conocer la atribución a Jorge Fernández de Fernández de la Piedad que recibe culto en la basílica sevillana de María Auxiliadora, relaciona con el escultor tres tallas de Cristo crucificado en un estudio publicado en la revista Amargura 2024, que edita la Hermandad del Santísimo Cristo de San Felipe, Cofradía de Nazarenos del Señor de la Amargura y María Santísima del Mayor Dolor (Carmona).

La atribución al Cristo de la Misericordia, imagen que preside el altar mayor del Convento de Santa María la Real de Bormujos, se basa en las semejanzas formales y estilísticas que muestra con el crucificado de la Hermandad de la Amargura de Carmona; una imagen de 1521, documentada en 1993 por Fernando de la Villa, que fue clave para el acercamiento serio en torno a la obra de Jorge Fernández, y revolucionó los estudios sobre el escultor y su época.

López Vivero considera que el esquema del Cristo de Bormujos, posiblemente una de las creaciones más tardías de Jorge Fernández, es muy similar al de Carmona; si obviamos la moña que Francisco Buiza añadió al perizoma y el hecho de que su cabeza haya sido mutilada para el uso de peluca. El autor parece abandonar los esquemas tardogóticos y entrar en una fase más naturalista, anunciando novedades que luego se harían más patentes con la llegada de Roque Balduque.

La segunda imagen es también de Carmona. Hablamos de un Cristo crucificado de la iglesia conventual de Santa Clara, obra que se encuentra en un retablo dieciochesco cerca del presbiterio. También en este caso López Vivero parte de las semejanzas con el Cristo de la Amargura y otros crucificados relacionados con Fernández.

El investigador denuncia de paso el lamentable estado de conservación del crucificado de Santa Clara, que dificulta su lectura estética. Entre sus daños y desperfectos destacan los de la zona de la frente, de forma que parece que su corona de espinas haya sido literalmente arrancada del bloque craneal.

Por último, López Vivero menciona un pequeño crucificado (50 centímetros de altura, aproximadamente) que está en la sacristía del templo de San Jorge del hospital sevillano de la Santa Caridad; concretamente, en la parte inferior de una vitrina junto a otros objetos e imágenes de formato igualmente reducido.