CENTENARIO DE RAFAEL BARBERO
ÁNGELES (SEVILLA)
Juan Martínez Alcalde y Joaquín de la Peña Fernández
El paso del Nazareno de las Penas (Cofradía de San Vicente) representa un verdadero compendio de exquisitez y buen gusto. Para decorar su canastilla hizo Rafael Barbero una bellísima colección de ángeles niños -dieciocho querubines que circundan las cartelas, ocho querubines de mayor tamaño para las esquinas superiores de las andas y dos querubines de los llamados "cirineos" para sustentar la cruz del Señor-, figurados en las más traviesas y juguetonas actitudes, los cuales se reparten en las andas de Antonio Vega Sánchez -talladas siguiendo un proyecto de Castillo Lastrucci- con la misma gracia que un cuadro de Murillo. Para las esquinas del trono realizó Rafael Barbero -empleando un ciprés seco del cementerio- cuatro evangelistas sedentes -tan bien caracterizados y patinados que un crítico de arte creyó eran del siglo XVIII- y cuatro cartelas en relieve en madera de ciprés, tallada y policromada, que representan las escenas del Nacimiento de Jesús, Entrada en Jerusalén, Oración en el Huerto y el Expolio. Por último, para los faldones, Barbero labró un magnífico apostolado con carnes de marfil, inspirado en las pinturas del templo sevillano de la Magdalena. Con mucho, dicho conjunto procesional, realizado entre 1958 y 1962, figura entre lo mejor que se ha producido en la escultura sevillana del pasado siglo XX. |
Al mismo Barbero se deben también otras obras decorativas para los pasos de la Semana Santa hispalense: las jugosas cartelas del paso del Nazareno de las Penas de San Roque, las figuras de las andas del Cristo de las Almas y los relieves del paso del Cristo de la Buena Muerte, de San Julián. En este último -realizado según proyecto del orfebre y diseñador Cayetano González- labra unos angelitos de madera de naranjo en su color, cuya tonalidad blanquecina causa un agradable contraste con la madera oscura del fondo. También son suyos los cuatro querubines desnudos que sujetan los candelabros del paso de la Soledad de San Buenaventura y la imaginería del paso neogótico de la Hermandad de Santa Cruz. |
Al igual que otros de los ángeles de Rafael Barbero, como los que realizó para los respiraderos del magnífico paso del Santísimo Cristo de las Almas, Crucificado titular de la cofradía sevillana de Los Javieres, el escultor entronca aquí con la mejor tradición barroca sevillana de ángeles-virtudes o pasionarios que dejaran plasmada el gran maestro Pedro Roldán y su círculo de seguidores. Las líneas estilizadas en su totalidad dan un aire espiritual a estas pequeñas figuras angélicas que, por otra parte, resaltan sobre el fondo dorado de la canastilla merced a un fuerte colorido. El leve giro de las cabezas y el movimiento de las cabelleras en forma de guedejas no descomponen la serenidad de estas obras de Barbero, que parecen estar más allá del tiempo y del espacio. En el año 2005, con motivo de la limpieza del dorado del paso y la restitución de piezas sueltas del mismo o que se encontraban en mal estado -tareas realizadas en el taller de Manuel Calvo Carmona-, los ángeles fueron restaurados por la escultora Encarnación Hurtado Molina -bajo la dirección de Juan Carrero- quien realizó una limpieza superficial de las estatuillas -cuyas alturas oscilan entre los 45 y 50 cm- y repuso la parte delantera del pie de uno de los ángeles, así como algunos dedos de las manos y algunas alas que entre todos les faltaban. |
FUENTES Con información de Encarnación Hurtado Molina, a la que agradecemos las fotografías aportadas y su inestimable colaboración en la realización del presente escrito. MARTÍNEZ ALCALDE, Juan. "Obras decorativas menores", capitulo VI de "La imaginería cofradiera sevillana en el siglo actual", publicado en el diario ABC, Sevilla, 14-03-1976, p. 11. AA.VV. Arte de las Hermandades de Sevilla, Obra Cultural del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Sevilla, 1986, p. 23. |
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