En esta singular pintura (48,3 x 37,1 cm) que forma parte de la colección permanente del Museo Fitzwilliam de Cambridge se puede ver a Juan el Bautista bautizando a Jesús a orillas del río Jordán frente a la gran multitud que ha acudido a una de las predicaciones del precursor de Cristo.

Su autor, el pintor barroco holandés Arent de Gelder, también llamado Aert de Gelder (Dordrecht, 1645-1727), fue uno de los discípulos más tardíos y brillantes de Rembrandt. De hecho, la influencia del maestro explica el énfasis narrativo y la humanidad de los personajes bíblicos que pone Gelder en escenas como la que nos ocupa, frente al distanciamiento cortesano que mostraban las nuevas modas contemporáneas del XVIII.

En el Bautismo, Gelder muestra una composición circular en el cielo con varias luces brillando sobre Cristo y San Juan. Dicha composición no muestra la tradicional representación de nubes y querubines rodeando las otras dos figuras de la Santísima Trinidad, sino únicamente al Espíritu Santo en forma de paloma y centrando un gran disco de tonos dorados del que parten unos rayos casi caligráficos.

Dicho objeto acapara el protagonismo de la escena, y por sus características ha sido considerado ufológico por los expertos en parapsicología. Los personajes, incluidos los dos principales, aparecen con las anatomías casi esbozadas, incluidos los que están en primer plano, limitándose el detallismo en este caso a los ropajes.

El Bautismo de Cristo de Gelder demuestra que, desde el punto de vista artístico, su trayectoria no puede ser considerada como una imitación pasiva del maestro Rembrandt, sino que está formada por piezas que denotan inventiva en la narración, gusto por lo teatral y una fuerte carga emotiva de los personajes.