SAN JUAN BAUTISTA NIÑO. ESCULTURAS
BENEDETTO DA MAIANO

Con información de Jesús Abades


 

 

Benedetto di Leonardo (1442-1497), llamado Benedetto da Maiano por su localidad natal, próxima a Florencia, fue un escultor y arquitecto y formado, al igual que su hermano Giuliano, en la talla en madera. Tras ingresar en el gremio de escultores florentinos, en 1473, se asoció con Antonio Rossellino, y comenzó a labrar espléndidas piezas en mármol para capillas, tumbas, púlpitos y bustos. Los relieves narrativos fueron la especialidad de Benedetto, quien produjo muchas composiciones encantadoras con la Virgen y el Niño caso de la que nos ocupa, llegando a influir en maestros del Alto Renacimiento como Andrea Sansovino o Miguel Ángel.

Este pequeño relieve en estuco de la Virgen con el Niño y San Juanito (imagen superior), dispuesto en su marco original (83 x 62 cm, 63 x 42 cm sin el marco), muestra gran calidad en la policromía y el estofado, con especial atención a los adornos del atuendo de María, utilizándose recursos comparables a las pinturas sobre tabla de la época. El extremadamente hábil nivel pictórico sugiere la intervención del pintor Neri di Bicci (1418-1492), quien también tenía estrechos vínculos con el hermano de Benedetto, Giuliano, que además era arquitecto y ebanista, y cuya rica y delicada labor pictórica fue intensamente solicitada y valorada por la más variada clientela de Florencia: desde familias nobles de la ciudad, como los Rucellai, los Spini o los Soderini, hasta los pequeños comerciantes, pasando por los párrocos del entorno y los abades de poderosas órdenes religiosas.

Se trata de un relieve propio de la devoción doméstica, realizado en numerosas ocasiones para el dormitorio matrimonial de un cliente respetable, pues existía la creencia de que la Virgen ofrecía protección para la esposa en el, por entonces, arriesgado momento del parto. Concebido con fuerte sentido pictorialista, incluyendo el friso inferior tan propio del momento, que en este caso lo ocupa una cabeza alada de querubín, este relieve concede gran protagonismo a las figuras de la Virgen y el rollizo Niño, desnudo pero con abalorios en muñeca y cuello, que contemplan y casi arrinconan a un diminuto San Juanito, orante y abrumado ante su divinidad.

Existen ejemplares similares, en estuco y terracota, conservados en varias colecciones privadas y museos, caso del Hermitage de San Petersburgo, el Jacquemart-André de París, el Victoria y Alberto de Londres o el Museo de Bellas Artes de Budapest. Este en cuestión, uno de los de mayor calidad, pertenece a la Tomasso Brothers Fine Art Collection. Según Pope-Hennessy, si todos dependen de un prototipo de mármol perdido no se puede afirmar, pero no hay razón para cuestionar la responsabilidad de Benedetto da Maiano en su diseño, que parece coincidir en el tiempo con su "Virgen y el Niño" para los Strozzi en Santa Maria Novella (Florencia).

También Benedetto da Maiano cultivó el tema en mármol, como podemos ver en la pieza de la Colección de la Banca Monte dei Paschi di Siena (imagen inferior), con partes doradas (86 x 61,5 cm). Este relieve, antes atribuido a Bernardo Rossellino, ya ha sido reasignado como obra de nuestro artista, siendo realizado en torno al año 1490, cuando labraba los relieves marmóreos para la tumba-altar del Beato Bartolo en la Iglesia de San Agustín, en la localidad de San Gimignano, también próxima a Florencia.

En esta última pieza se potencia más la figura de San Juanito, que al igual que en el relieve anterior viste pieles de animales -característica de los santos ermitaños; en este caso, es una alusión a la vida ascética llevada de adulto en el desierto por el Precursor de Cristo- y lleva una cruz que simboliza el sacrificio de Jesús. En este caso, también cuelga de su brazo izquierdo un pergamino con el mensaje, parcialmente mutilado, "ECCE AGNVS", en referencia al cordero de Dios citado por San Juan en su Evangelio (Jn, 1 36). El fondo liso azul, flanqueado por dos querubines, cambia en la pieza de Siena a un decorado que imita los tejidos renacentistas. La composición sigue dominada por la figura de la Virgen, que con las manos juntas en oración mira pensativa a un animado Jesús acostado sobre sus rodillas mientras su primo lo sujeta cariñosamente. Son muy típicos de Benedetto los ropajes; envolviéndose el manto, como en el estuco, alrededor del brazo de la figura.

 

 

FUENTES

POPE-HENNESSY, John. Catalogue of Italian Sculpture in the Victoria and Albert Museum, Londres, 1964, pp. 161-62.

QUINTERIO, Francesco. Giuliano da Maiano: "Grandissimo Domestico", Roma, 1996, pp. 123 y 255-257.

 

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