Este monumento colombino representa el momento en que Isabel I de Castilla, llamada Isabel la Católica otorga al navegante Cristóbal Colón, el 17 de abril del año 1492, unos documentos conocidos como las Capitulaciones de Santa Fe, a través de los cuales la soberana se compromete a autorizar y financiar la expedición marítima del recién nombrado almirante vitalicio a las Indias.

La obra, inaugurada en octubre del año 1892 para conmemorar el IV Centenario del Descubrimiento de América, responde a criterios narrativos, de ahí que esté tratada por Mariano Benlliure con gran minuciosidad y con una preocupación semejante a las de la pintura de historia (1). Originalmente estuvo situada en el Paseo del Salón hasta que en el año 1962 pasó a ocupar el eje central de la Plaza Isabel la Católica, en el inicio de la Gran Vía granadina.

Recientemente restaurada, fue labrada por el autor en su taller de Roma, empleando bronce para las figuras, relieves e inscripciones -en el trono se mezclan los motivos góticos propios de la época con la taracea típica del entorno granadino-, y piedra para el elevado pedestal sobre el que se asienta.

Frente a la humilde actitud de Colón, que aparece sumiso y prostrado ante la reina entregándole los documentos -en principio este monumento iba a representar la entrega de las Capitulaciones de Granada de manos de Boabdil, el último rey nazarí de la ciudad de la Alhambra, lo que puede explicar la servil postura del almirante-, sobresale la imponente figura de Isabel la Católica, ataviada con ricas galas y entronizada sobre alfombra y escalas, lo que realza aún más, si cabe, la escultura.

BIBLIOGRAFÍA

(1) http://www.arteespana.com/marianobenlliure.htm