Perteneciente a la cofradía zamorana de Jesús Nazareno (vulgo Congregación), este conjunto procesional se encuentra entre lo mejor de la producción sacra de Benlliure. Tallado en madera de caoba y ukola, representa a Jesús camino del Gólgota, ayudado por el Cirineo mientras Santa María Magdalena se lamenta en el suelo a su paso. Todas las figuras son de talla completa y muestran, como sucede en muchas de las creaciones de bulto del escultor, una fina policromía a través de la cual son visibles las vetas del material.

Aunque el autor lo tituló con el nombre de El Redentor Camino del Gólgota, finalmente fue bendecido en 1931 con la abreviatura de Redención. En su primera salida procesional salió a hombros con banzos exteriores, pero debido al gran peso de las figuras y la negativa impresión de las andas, se decidió colocar otras con ruedas, tal y como desfila en la actualidad. La mesa del paso fue diseñada por el propio Benlliure y tallada por su discípulo Juan García Talens, con relieves alusivos las virtudes teologales y las obras de misericordia (1).

La obra está resuelta con efectos expresivos de profundo verismo que acentúan su patetismo, caso de la pesada cruz rectangular del Nazareno -en la que vemos otra vez el espejo que hace de nimbo para la cabeza-, su mirada implorante al cielo, el esfuerzo del Cirineo a la hora de disponerse a cargar el madero y la Magdalena concebida como una teatral plañidera de largos cabellos desplomada por el dolor.

El estudio anatómico de las tres figuras es excelente, y el modelado de sus semblantes, tanto en detalles como en facciones, posee los mejores caracteres típicos del autor. Las manos son igualmente magníficas, con los dedos en movimiento y marcados volúmenes en las falanges. La hechura cristífera, lógicamente la principal de la escena, se halla ataviada con áspera túnica blanca, aunque Benlliure deja al descubierto su torso para ofrecernos otro ejercicio de virtuosismo escultórico, con los músculos y las costillas muy bien analizados y trabajados.