Originario de Egipto, Mauricio fue reclutado por el ejército romano y, a la cabeza de la legión tebana, enviado al norte de los Alpes para someter a una tribu rebelde a las órdenes del emperador Maximiliano. Al llegar a Octodurum, en la actual Suiza, el emperador ordenó a sus tropas acampar y hacer un sacrificio propiciatorio en honor de los dioses romanos. La legión de Mauricio, que era cristiana, se negó repetidas veces a participar en el ritual, pese a las amenazas de Maximiliano, que finalmente ordenó ejecutar a todos los insubordinados.

Por su procedencia y formación militar los artistas suelen representar a San Mauricio como un hombre negro de gran estatura y pelo rizado. La clámide de la soldadesca romana dio paso en la Edad Media a la cota de malla o armadura de la época, como podemos ver en esta escultura del Museo Victoria y Alberto de Londres, relacionada con el escultor del gótico alemán Tilman Riemenschneider.

El santo muestra el pelo crespo, propio de su raza. En su mano derecha sostenía una lanza, que en opinión del experto Goldschmidt podría ser una lanza de torneo, mientras que su izquierda descansa sobre la empuñadura de la espada. Debajo del quillón aparece la letra "M" que indica quizás la representación de San Mauricio. El hecho de que el dorso sea plano sugiere que fue tallado para un retablo. Probablemente fue policromado en origen como un santo guerrero negro, si bien nada se conserva de la policromía actualmente salvo pigmentos de color rojo en los labios y restos de estucado en la zona de la frente.

Las últimas investigaciones apuntan a que la figura, tallada en torno a 1508-1510 en madera de tilo con unas medidas de 133 x 34 x 21 cm, perteneció a un altar de la localidad alemana de Halle, en el territorio de Sajonia, cuyas trazas fueron realizadas por Tilman Riemenschneider. Parece muy probable que el santo también se base en un diseño de Riemenschneider, aunque su talla resulta rígida y simplificada si la comparamos con las piezas labradas de propia mano por el escultor, más complejas y elaboradas tanto en su realismo superficial como en unos ropajes que parecen tener vida propia, por lo que debemos hablar de una escultura de su taller.

Como San Jorge, San Mauricio figuraba entre los santos patronos de caballeros y soldados. Además es patrón de alpinistas y toreros y de los países de Austria y Suiza, este último supuesto lugar de su martirio. También goza de gran devoción en Alemania; de hecho, en la catedral de Magdeburgo, también en Sajonia, se conserva una escultura en piedra policromada del santo (imagen inferior), de hacia 1240-1250, considerada el primer simulacro conocido de un santo de piel oscura, además de una de las mejores esculturas de la Edad Media alemana.