San Martín de Porres (1579-1639) es el santo negro que actualmente goza de mayor veneración en el mundo, hasta el punto de haber sido nombrado patrón de la armonía interracial. En vida fue un curandero activo durante el siglo XVII en Perú. Mientras vivió en el priorato del Santo Rosario de Lima, curó a sus hermanos dominicos enfermos; más tarde, viajaría por todo el Perú para curar a los enfermos y pobres.

El nacimiento de Martín y de su hermana Juana en Lima fueron un escándalo, ya que su padre era español y su madre una liberta de orígenes africanos nacida en Panamá. Aunque reconocidos legalmente por su padre, los niños fueron criados por su madre, y Martín con el tiempo encontró un hogar en el mencionado priorato como donado, cargo que le permitió vivir con los dominicos a cambio de realizar sencillas tareas.

Los frailes de la comunidad notaron la paciencia, el temperamento firme y la disposición que Martín mostraba hacia los enfermos. A pesar de algunos frailes prejuiciosos, la comunidad hizo caso omiso de las leyes peruanas que restringían a los afrodescendientes el convertirse en miembros de la comunidad religiosa, y Martín profesó sus votos para convertirse en hermano lego del priorato limeño del Santo Rosario.

Martín fue asignado a la enfermería donde cuidaba a los enfermos, ganando fama por su bendita paciencia y por curar milagrosamente a los enfermos. Luego, como hemos dicho, viajaría para cuidar a los enfermos que no podían pagar la atención médica, primero a Lima y luego a varios puntos del país.

Entre las muchas personas conmovidas por la vida de San Martín de Porres está el fraile dominico y escultor estadounidense Thomas McGlynn (1906-1977). El religioso, formado artísticamente en Roma, era miembro de una generación con muchos prejuicios hacia los afroamericanos; sin embargo, su estudio sobre la figura del santo limeño de piel oscura cambió la perspectiva de McGlynn con respecto a la comunidad afroamericana, inspirándolo, entre otras cosas, a esculpir y producir varias imágenes del amado santo.

Solo en el Providence College, universidad privada y católica, de la Orden de Predicadores (dominicos), ubicada en Providence (Rhode Island, USA), hay dos esculturas del santo labradas por McGlynn. Junto con el colosal simulacro mariano en mármol que hizo para Fátima (Portugal), es la obra más conocida del autor.

La versión que nos ocupa, situada en el campus frente al St. Martin Hall, es una poderosa escultura en bronce de unos 213 cm de altura que ha sido definida por el experto Thomas More Garrett como una inspirada combinación de fuerza física y disposición espiritual del santo. El crucifijo y la escoba representan su profundo amor por Dios y su servicio a la comunidad, respectivamente.

La versión original de la escultura, en yeso, se conserva en la casa dominica de Washington D.C., y a menudo se comenta que su creación contribuyó a la canonización del santo en 1962. La primera versión en bronce, de pequeño formato, recibe culto en El Vaticano.

La escultura que tratamos muestra al santo de pie y calzado, con la sotana ceñida por un cinturón a la cintura. Su cabeza mira hacia abajo, los ojos entrecerrados como si estuviera reflexionando o rezando. En su mano derecha sostiene una cruz contra su pecho, mientras la izquierda sujeta la escoba, atributo por el que también San Martín fue también conocido en vida (Fray Escoba). Esta versión en bronce fue diseñada originalmente para el cementerio de Saint Raymond en el barrio neoyorquino del Bronx, de ahí que fueran eliminados los ratones dada la aversión que podrían causar al estar situada en un camposanto.

La segunda versión del Providence College está en el McGlynn Sculpture Court y lleva el nombre del escultor. Es también de bronce, mide 121 cm de altura y preside una fuente de dicho parque de esculturas. Otras versiones en madera, bronce y mármol negro se encuentran en Rhode Island, Tennessee y Carolina del Norte.

Pese a la gran veneración del santo, pocas son las obras de arte realizadas en torno a su figura en fechas recientes. En España, dentro del ámbito escultórico, destacan las tallas en madera policromada realizadas por los artistas Víctor García Villalgordo (2017, imagen inferior izquierda) y Manuel Madroñal Isorna (2018); en bulto redondo para Torrevieja (Alicante) y de vestir para Salamanca, respectivamente. Ambas fueron presentadas en La Hornacina. En el ámbito pictórico, podemos mencionar la representación de busto, en óleo sobre lienzo de pequeño formato (55 x 46 cm), del pintor sevillano José Luis Castrillo (detalle, imagen inferior derecha).