JERÓNIMO BOSCO 500
EL JARDÍN DE LAS DELICIAS
El Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial fue comenzado a construir por el monarca español Felipe II en 1562 y su primera piedra se colocó un años más tarde. Apenas veinticinco años después, la obra arquitectónica estaba terminada en su casi totalidad y las labores decorativas iban por buen camino. En 1598, fecha del fallecimiento del rey, puede decirse que la tarea había prácticamente concluido. Un proceso semejante para una obra de tan vastas dimensiones no se volverá a encontrar en toda Europa a lo largo del siglo XVI. Ello posibilitó una unidad de lenguaje artístico, arquitectónico y decorativo sin igual, ya que detrás de todo este desarrollo nos encontramos con la voluntad férrea del rey y de un equipo muy coordinado de artífices encabezado por los arquitectos Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera. Felipe II atesoró en El Escorial las obras maestras de El Bosco, formando el mayor y mejor conjunto de pinturas en toda Europa. Sus pinturas causaron sensación en la corte. Junto a Tiziano, Jerónimo Bosco era el artista que más ampliamente comentó el cronista de El Escorial, Fray José de Sigüenza: "Quiero mostrar ahora que sus pinturas no son disparates, sino unos libros de gran prudencia y artificio, y si disparates son, son los nuestros, no los suyos, y, por decirlo de una vez, es una sátira pintada de los pecados y desvaríos de los hombres". Los disparates y las figuras grotescas son, en suma según este autor, las muestras de sabiduría de El Bosco. |
El Bosco fue el gran pintor flamenco de El Escorial y el tríptico El Jardín de las Delicias es una de las pinturas de mejor calidad y estado de conservación de las que nos han llegado. El 16 de diciembre de 2015 se firmó un importante acuerdo entre Patrimonio Nacional y el Museo Nacional del Prado de Madrid, por el cual, definitivamente, se quedan en El Prado las cuatro obras que, provenientes del Real Monasterio del Escorial, se depositaron en dicho museo en 1936, con motivo de los disturbios de la Guerra Civil, lo que fue confirmado por el correspondiente decreto y acta de 1943. Estas obras son El Jardín de las Delicias y La Mesa de los Pecados Capitales del Bosco, El Descendimiento de Van der Weyden, y El Lavatorio de Tintoretto. Aunque había fallecido en 1516, El Bosco fue uno de los pintores favoritos de Felipe II, que había podido admirar sus obras en sus juveniles viajes a Flandes. Las principales obras de este artista entraron en las colecciones reales filipinas como, por ejemplo, El Jardín de las Delicias. Pinturas tan impresionantes como el Cristo coronado de Espinas o Cristo camino del Calvario todavía hoy pueden admirarse en el monasterio. Como sucedía con Tiziano, El Escorial era el edificio con mayor número de obras maestras de El Bosco que se podía contemplar en Europa. La pintura flamenca de El Bosco, Joachim Patinir o Michel de Coxcie tuvo en el Monasterio de El Escorial una importancia pareja a la italiana. Obras fundamentales de estos artistas, como Cristo camino del Calvario (imagen inferior) o Cristo coronado de Espinas de El Bosco (aunque la autoría de este último ha sido descartada en el año 2005 por Vermet), Paisaje con San Cristóbal y el Niño de Patinir o la Caída en el camino del Calvario de Coxcie, que rodean al magnífico Retrato de Felipe II de Antonio Moro, son solo algunos de los extraordinarios ejemplos del gusto de Felipe II por la pintura procedente del Norte. |
Centrándonos en El Jardín de las Delicias (hacia 1500-1516), se trata de un "tríptico sobrecogedor que, cuando está cerrado, nos muestra una inquietante burbuja de cristal que a modo de un matraz alquímico representa la Creación. Y una vez abierto, nos encontramos ante el despliegue propio del microcosmos de Hieronimus", en palabras de Fernández Urresti. La obra pertenece a la etapa de madurez del autor (1480/1485-1505/1510). El panel central mide 220 x 195 cm y cada una de sus alas 220 x 97 cm. El panel izquierdo representa la consumación de dicha Creación en la forma del Jardín del Edén, con la Fuente de la Vida en el centro y un Dios joven celebrando el matrimonio entre Adán y Eva. El jardín que aparece en el panel central ya no es el mismo, sino una alegoría de la lujuria inspirada en un poema alegórico del siglo XII titulado Romance de la Rosa, donde es descrito el más famoso de los jardines de amor medievales. Por último, el panel derecho es el infierno como castigo del anterior pecado, en la línea didáctico-moral del Bosco, quien para Berger lleva a cabo en esta tabla una profecía de nuestro tiempo; lo que profetiza El Bosco con su infierno es la imagen del mundo que hoy nos transmiten los medios de comunicación, un delirio especial de emociones inconexas bajo el impacto de la globalización y su malvada necesidad de vender incesantemente. |
FUENTES http://www.lahornacina.com/dossiermadrid47.htm CRUZ, Francisco. "Lo grotesco en el Jardín de las Delicias", en Analecta, nº 2, Viña del Mar, 2007, p. 2-17 FDEZ. URRESTI, Mariano. Felipe II y el secreto del Escorial: una biografía maldita, Madrid, 2007, p. 390. |
Exterior del tríptico cerrado |
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