LA OBRA DE ALEJANDRO CARNICERO (III)
RESUCITADO (SALAMANCA)

Juan Fernández Saorín


 

 

Para la misma cofradía salmantina de la Vera Cruz se le atribuye un Resucitado, fechado por Virginia Albarrán hacia 1726, de magnífico modelado, belleza y gran morbidez, denotando la capacidad creadora de su autor.

Jesús aparece triunfante y con posicionamiento clasicista y apolíneo. Le acompañan cuatro ángeles colmados de delicadeza y dulzura, que usan diferentes instrumentos musicales y anuncian la Resurrección de Cristo. Este Resucitado sustituiría al realizado por Jerónimo Pérez o Pedro Hernández en el primer cuarto del siglo XVII.

Además, dicha cofradía de penitencia posee un interesante Nazareno de rasgos faciales casi idénticos a los representados en la imagen del Ecce Homo de La Caña, que algunas voces tratan de atribuir a Carnicero.

Según el historiador Rafael López Borrego, Alejandro Carnicero llega a Salamanca en el año 1707, entrando de aprendiz en el taller del artista José de Larra Domínguez, cuñado de los afamados José, Joaquín y Alberto de Churriguera, siendo su primer trabajo importante la colaboración con su maestro en la realización del Retablo de la Catedral de Zamora cuando apenas contaba con 19 años de edad.

Se sabe que Carnicero trabajó la madera, el mármol y la piedra, siendo desde joven grabador a buril, como así lo indica el historiador Ceán Bermúdez, realizando grabados de muchas de sus obras, lo que facilitó su difusión.

 

Nota de La Hornacina: Extractos del artículo "Alejandro Carnicero, Escultor y Grabador", publicado en la revista Anástasis, Cofradía de Ánimas de Cieza (Murcia), nº 8, 2010, pp. 20-33.

 

Fotografía de Óscar Pérez Gómez

 

Anterior entrega en este

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com