LA OBRA DE MANUEL JUAN CARRILLO
MARCO (II)
RESUCITADO - CIEZA
Joaquín Caballero Segura
Siguiendo con la trayectoria del escultor ciezano Manuel Juan Carrillo Marco, hay que destacar una de sus primeras creaciones de tipo pasionario: el grupo escultórico de Jesús Resucitado, una obra que, conjuntamente con el grupo escultórico de La Samaritana del mismo autor y la Santísima Virgen de la Piedad, del genial valenciano José Capuz Mamano, se bendijo en Cieza el Domingo de Ramos del año 1943.
La escena se corresponde con el siguiente pasaje evangélico: "Cuando levantaron los ojos, vieron que la piedra, aunque era sumamente grande, había sido removida. Y entrando en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, vestido con ropaje blanco; y ellas se asustaron. Pero él les dijo: No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el crucificado. Ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar donde le pusieron" (Marcos 16, 4-5).
El grupo escultórico de Jesús Resucitado está formado por tres figuras: Cristo, un Ángel que levanta la losa del sepulcro, y un centurión, éste último acabado para la Semana Santa del año 1944. Como imagen central vemos a Jesús saliendo de la tumba, sobre una nube plateada que sirve de apoyo a la talla en el trono, recreando el resultado victorioso del sacrificio del Mesías. Dotada de mucho acierto y delicadeza, la imagen de Cristo es elegante y rica en piadosos matices. Sostiene con la mano derecha un banderín, símbolo del triunfo de su resurrección.
Por otro lado, en el lado derecho del conjunto aparece el Ángel sentado junto a la piedra del sepulcro, dirigiendo la mirada hacia el Maestro. Por último, hay que destacar la que es, a mi juicio, la imagen más interesante del grupo: el centurión situado a la izquierda de la escena, que se desploma asustado al ver que Jesús sale transfigurado del sepulcro. Como anécdota destacar que el rostro del centinela es un autorretrato de Carrillo Marco, cuyas facciones quedan reflejadas en este soldado, una de sus primeras piezas de carácter penitencial, que casi podríamos decir también que parece desplomarse ante la belleza y magnificencia que emana de la efigie de Jesucristo.
Es de justicia destacar el resultado tan brillante que alcanzó Carrillo Marco con esta obra, resolviendo con destreza el modelado y la policromía de cada una de las tres imágenes que conforman este magnífico grupo, eje principal de la procesión ciezana del Resucitado, cuyo atractivo se hace presente con el famoso acto de “La Cortesía”.
Fotografías de Roque Belda y José María Cámara Salmerón
Primera Entrega en este |
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