LA OBRA DE MANUEL JUAN CARRILLO
MARCO (IV)
SANTO SEPULCRO - CIEZA
Texto y fotografías de Roque Belda
Si hablamos de la obra de este gran escultor ciezano, y concretamente de su obra en Cieza, hay una gran obra que no puede pasar desapercibida, estoy hablando de un gran grupo con el que el escultor demostró su gran habilidad en la elaboración de tronos, de estofados, y de una distribución magistral de las imágenes que componen el paso. Estoy hablando del “Santo Sepulcro” más conocido como la “Cama de Cristo”.
Este grupo se basa en distintos relatos de los cuatro evangelistas, uno de ellos es este de Mateo que dice así: "José de Arimatea se llevó el cuerpo de Jesús y lo envolvió en una sábana limpia; después lo puso en el sepulcro nuevo excavado para él mismo en la roca, rodó una losa grande a la entrada del sepulcro y se marchó". (Mt 27,59-60). Fue encargado en la década de los 50 por la cofradía de “Los Dormis”, ya que en Cieza ya procesionaba una cama o sepulcro realizado por el propio Carrillo Marco en el año 1951, pero debido a diversas causas dejo de procesionar y se encargo el grupo actual. El nuevo grupo fue realizado entre los años 1951 y 1963.
Durante sus primeros años, el conjunto estuvo formado solo por tres ángeles, añadiéndosele posteriormente otro. Estos acompañan a la imagen de Cristo muerto, dos en la cabecera y los otros dos en los pies. De los ángeles se puede destacar el gran movimiento que ejercen hacia la talla principal y también los estofados que encontramos en dos de estos ángeles. Para realizarlos, Carrillo Marco se inspiró en los rostros de su mujer y sus tres hijas.
La imagen de Cristo se despliega sobre una larga cama, que le da al paso ese toque tan característico por el que recibe su sobrenombre. Las piernas quedan ligeramente flexionadas, a diferencia de la parte superior del cuerpo, que, elevada para una mejor visión del espectador, reposa sobre la cabecera. En el costado encontramos la herida de la lanzada, señal del martirio sufrido. También, si observamos el paso desde la parte delantera, vemos que el Cristo es totalmente simétrico, y que el grupo forma una estructura piramidal. El rostro desprende una gran serenidad que transmite a la vez una impresionante sensación de un cuerpo que se balancea entre la vida y la muerte.
Toda esta maravilla de conjunto desfila por las calles ciezanas sobre un trono que el mismo Carrillo Marco realizó- quién mejor para llevarlo a cabo que el propio escultor que ha tallado las imágenes- formado por tres bases: sobre la se alza la cama; bajo ésta va una segunda sobre la que van apoyados los ángeles, y en la que encontramos un farol que ilumina el paso; por último, encontramos la tercera y última base sobre la que se elevan las demás y en la que, al igual que las otras, hay un gran número de brazos de luces que envuelven completamente el paso.
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