LA OBRA DE MANUEL JUAN CARRILLO MARCO (V)
VIRGEN DE LA SOLEDAD - ULEA

Sergio Cabaco. Fotografías de José María Cámara Salmerón


 

 

El escultor e imaginero ciezano recrea bajo su personal impronta el modelo salzillesco de la Mater Dolorosa, tan extendido en la Región de Murcia como en otros puntos del territorios nacional, con esta imagen de la Virgen de la Soledad, labrada en el año 1945 para la villa murciana de Ulea.

Se afirma que la popular iconografía de María en sus Dolores se creó en Flandes durante el siglo XVI; sin embargo, otras teorías atrasan en el tiempo su aparición y la sitúan en territorio germánico. El símbolo de su aflicción tiene una doble representación: bien un solo puñal que recrea la profecía de Simeón recogida en el evangelio de San Lucas; bien, como en la obra que nos ocupa, un corazón clavado con siete puñales, número de dolores de la Virgen fijado en del siglo XVII: tres de la infancia de Jesús y cuatro sufridos en su Pasión.

Derivación del tema de la Dolorosa es la representación de la Virgen en su Soledad, de amplia repercusión en España a partir del periodo barroco gracias al modelo de vestir que el jiennense Gaspar Becerra labró para los Mínimos de la Victoria de Madrid, tristemente destruido en la Guerra Civil.

Sin embargo, esta imagen de Carrillo Marco, como hemos mencionado anteriormente, sigue la corriente salzillesca -tan ampliamente difundida en la zona- instaurada por el maestro murciano y continuada dignamente por sus más aventajados discípulos, y no guarda más semejanzas con el simulacro de Becerra, de semblante silente y cabizbajo, que las manos entrecruzadas, en actitud devota y orante.

La Soledad de Ulea posee una correcta y sobria factura en la ejecución del rostro, cuyos llorosos ojos se elevan implorantes hacia el cielo, así como en su juego de manos y en la composición general de su cabeza, con la cabellera partida a dos aguas y el habitual detalle del mechón derramado sobre el hombro derecho, cuya composición en rotundas hebras onduladas es muy característica del artista ciezano.

La obra figuró en la exposición La Pasión según Carrillo, clausurada el pasado 5 de diciembre, formando conjunto con el Cristo Yacente de Cieza, una de las piezas mejor valoradas del autor.

 

 

Cuarta Entrega en este

 

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