País: España.

Año: 1975.

Duración: 111 m.

Género: Terror.

Director: Narciso Ibáñez Serrador.

Intérpretes: Lewis Fiander, Prunella Ransome, Antonio Iranzo, Luis Ciges, Marisa Porcel.

Comentario: Tom y Evelyn forman un matrimonio inglés de clase media. Ambos se dirigen a la pintoresca y remota aldea española de Almanzora, que Tom ya había visitado una década antes y ahora quiere llevar a su esposa para pasar una especie de luna de miel tardía. Tienen dos hijos, que se han quedado en casa, y Evelyn está esperando un tercero. Nada más desembarcar, advierten que Almanzora es como un pueblo fantasma y que los únicos habitantes que han encontrado son niños, los cuales se comportan muy extrañamente.

La Escena: Arrullado por la perturbadora melodía de Waldo de los Ríos -autor de la banda sonora, trágicamente fallecido un año después del estreno del filme al volarse la cabeza con un arma-, lo que parece ser el único indicio visible de humanidad en los niños resulta ser la más truculenta de sus represalias.

Curiosidades: Segunda y última película de un creador que, con tan solo dos obras, revolucionó el cine de terror moderno. Frente al gran éxito de La Residencia (1969), la cinta que nos ocupa -adaptación de la sobrecogedora novela del asturiano Juan José Plans, con influencias de El Pueblo de los Malditos y los trazos más inquietantes de Hitchcock y Polanski-, conoció en su estreno una fría acogida por parte de crítica y público, seguramente por ser todavía atrevida para la moral de una España que acababa de enterrar a Franco. Pese a estar ambientada en Baleares, se rodó en el pequeño pueblo toledano de Ciruelos, con localizaciones costeras en Almuñécar, Fornells y Sitges. Fiander y Ransome reemplazaron a los inicialmente previstos Anthony Hopkins y Mia Farrow.